
Nadie mejor que el exjugador deportivista José Manuel Aira, ahora entrenador y experto conocedor de la categoría de bronce del fútbol estatal para desgranar una temporada mediocre como la firmada por el RC Deportivo en el curso 20-21, donde no ha podido ni siquiera asomarse a la zona de ascenso.
Expreparador del Marbella, con el que tampoco pudo cumplir el sueño de militar el próximo ejercicio en la Liga SmartBank, analiza las causas por las que gallegos y andaluces no han podido adaptarse con éxito a la Segunda B.
¿Qué expectativas te marcas a nivel profesional en estos momentos?
Pues estoy esperando, ahora mismo estamos viendo cómo se mueve el mercado para ver si dispongo de alguna opción de entrenar; tenemos que ver las oportunidades que puedan surgir, independientemente de categorías.
¿Cuáles son tus prioridades?
No se trata de eso sino de poder desempeñar nuestra profesión y ver si tenemos oportunidades que merezcan la pena este año.
¿Te importaría probar fortuna en el extranjero?
No, para nada, no le cierro la puerta a ninguna posibilidad porque está muy difícil trabajar y hay que valorar todas las opciones.
Como gran conocedor de la Segunda B, o la futura ‘Pro’, ¿crees que tienes mucho terreno ganado en esta división?
Salvo un par de experiencias en el extranjero y el breve paso por Segunda división, la mayor parte de mi carrera ha tenido lugar en esta categoría. Solo me quedaría por entrenar en el grupo III porque en el resto ya hemos competido y los conozco bastante bien.
¿Tienes aún clavada la espinita de no haber podido acariciar los laureles en un club con aspiraciones como el Marbella o ya has pasado página?
No se trata de pasar página sino de aprender de los errores cometidos; con independencia de los resultados no paso página nunca. Estoy seguro de que mi paso por el Marbella me ha hecho mejor entrenador porque como cuerpo técnico hemos aprendido mucho en este impás en el que no nos han salido bien las cosas. Debemos analizar todo y no volver a cometer los mismos errores.
Viendo los tropiezos de clubes como Depor, Marbella, Numancia, Cultural o el propio Marbella, ¿crees que es más complicado que nunca amoldarse al tercer escalón del fútbol español?
Siempre es una categoría difícil y exigente pero este año reunía todas las condiciones para que fuese más difícil todavía; el formato y las condiciones en las que se ha competido han provocado que muchos proyectos con más opciones en una liga más regular se hayan quedado a las puertas. Hubo muchos factores que no controlas, como el Covid, las lesiones, muchas circunstancias que no dependen del trabajo en sí del cuerpo técnico o del diseño de una plantilla. Si analizamos los 16 equipos que se han metido en el playoff se ve que no han tenido problemas de Covid importantes. Eso es un dato a tener en cuenta.
¿Sufristeis mucho el virus en el cuadro marbellí?
Tuvimos bajas en momentos muy exigentes y en jugadores decisivos; además tuvimos tres roturas de cruzado en hombres clave del plantel y que te hacen mucha ‘pupa’. No son excusas pero es la realidad. Debemos ser autocríticos y también pensar en lo que hemos hecho mal nosotros.
El Depor también sufrió al final de la primera vuelta un aluvión de bajas de jugadores clave como Uche, Keko o Miku, que diezmaron mucho el ataque herculino...
Sí, y eso te condiciona lógicamente porque tienes plantilla pero, siendo sinceros, todos sabemos que en un grupo hay jugadores clave, con más peso y eso resta mucho.
El cuadro coruñés configuró una plantilla repleta de hombres de calidad, que casi más semejaba de Segunda que de Segunda B...
Parto de la base de que hoy en día en el fútbol los pensamientos de que vas a arrasar y te vas a llevar una liga o una competición de calle son de barra de bar; ahora mismo todos los equipos compiten, están bien preparados y tienen dos o tres jugadores capaces de resolver un partido. Si no hay mucho compromiso, trabajo y hambre como equipo, es muy difícil lograr el éxito.
¿Qué le pudo haber faltado al Depor este año?
Pues como a muchos otros equipos, incluido también el Marbella, creo que hubo un proceso de adaptación a la competición que no ha sido tan rápido como en otros equipos. El tardar en adaptarte te ha llevado a estas alturas. El principal problema del Deportivo ha sido la adaptación a la categoría inferior. En una liga a 38 jornadas el Deportivo hubiera estado en los puestos para intentar ascender.
Faltó mucha pegada en el mayor presupuesto de los 102 equipos de la categoría...
Los partidos que he visto del Deportivo demostraron que faltaba ese jugador determinante para finalizar hasta la aparición de Miku. Cuando al venezolano le das oportunidades sabes que va a hacer gol pero a los otros jugadores que actuaron en punta de lanza les costó mucho más.
¿Crees que mejoró el equipo con Rubén de la Barrera?
Esa mejora viene por la adaptación del jugador a la categoría; los entrenadores somos facilitadores de ayuda al futbolista, de intentar hacerlo mejor en cada partido y en cada categoría pero al final son ellos los que deciden. El Deportivo fue in crescendo con el desarrollo de la competición y Rubén consiguió que el equipo mostrase otro nivel, sin desmerecer en absoluto el trabajo previo de Fernando Vázquez.
¿Has echado mucho de menos al público en los estadios?
Sí, claro, al final el fútbol es un deporte pero también un espectáculo que necesita de la aportación del aficionado. Los entrenadores y los jugadores competimos para hacer feliz a la gente; creo que su regreso va a ser un espaldarazo importante para el Deportivo, porque tendrá a 20.000 o 22.000 personas animando. Que no es lo mismo que en otros clubes.
En época de pandemia y en la categoría de bronce pero 22.411 socios...
Esto habla de un sentimiento que se ha ido fraguando con el paso de los años en A Coruña con su Depor. Esto va más allá de categorías y de títulos. Todo el mundo desea estar en Primera y en la Champions pero se está viendo que el deportivismo en las malas también está. Cada año que pasa hay más socios y notas mucho el apoyo en el estadio. Cuando iba a Riazor me sentía orgulloso de haber pertenecido a este club por la manera en que se anima a los jugadores
Por último, ¿cuántas temporadas consideras que son necesarias para retornar a Primera División?
No lo sé, creo que más que plantearse esta cuestión se debe plantear cuánto tiempo necesitamos para competir bien en el primer partido de la temporada 21-22. Pienso que no hay nada como vivir el día a día y el momento.