
En pretemporada no pudo hacer los méritos suficientes para encaramarse a la titularidad, que le correspondió de inicio al canario Carlos Abad.
Supo seguir trabajando en silencio, no desmoralizarse y optimizar su puesta a punto para cuando sus entrenadores consideraron oportuno su concurso.
En el trofeo de la Copa del Rey, con Fernando Vázquez al timón, demostró hechuras de buen meta frente al CD Ejido y CD Alavés.
En la Liga, con Rubén de la Barrera, su aportación resultó fundamental para frenar la caída libre del equipo y al menos amarrar un puesto este curso en la Primera RFEF.