
La aparición del canario Rayco Rodríguez en febrero fue uno de los pocos acontecimientos ilusionantes de la temporada 2020-21. El delantero nacido en Las Palmas ascendió al primer equipo, junto a Diego Villares, tras cerrarse el mercado de invierno.
Ambos entraron con mucha energía desde el primer momento. En el caso del mediocampista, se confirmó como el mejor del equipo, mientras que el atacante, aunque ofreció cosas distintas y su presencia dio otro aire a la ofensiva blanquiazul, se fue diluyendo por su excesivo ímpetu, que le llevó a precipitarse bastante en la toma de decisiones y no saber resolver las ocasiones.