El Deportivo volverá a encontrarse esta temporada con dos rostros conocidos, dos nombres que defendieron la camiseta blanquiazul cedidos por el Atlético de Madrid en la aciaga campaña 2019-20 y que han sido protagonistas en las últimas horas del mercado veraniego: Víctor Mollejo y Javi Montero. Ambos cambian de aires para tratar de dar un salto en sus carreras.
El lunes se confirmó oficialmente que el extremo toledano jugará en el Burgos, a las órdenes de Luis Miguel Ramis, mientras que el central andaluz defenderá los colores del Málaga. Curiosamente, sus fichajes se han anunciado el mismo día, como si la casualidad siguiera enlazando los pasos de dos futbolistas que compartieron vestuario en Riazor hace seis temporadas.
El duro año de Mollejo
Mollejo, de 24 años, vivirá en Burgos una nueva etapa tras una temporada complicada en el filial del Atlético de Madrid, marcada por una grave lesión de ligamento cruzado que le tuvo varios meses apartado de los terrenos de juego. Apenas pudo tener continuidad en Primera Federación y, una vez finalizado el curso, optó por desvincularse del club rojiblanco, cerrando así una etapa de toda una vida: se formó en el Atleti desde muy pequeño y llegó a debutar en el primer equipo.
El extremo zurdo dejó un grato recuerdo en A Coruña, donde se ganó el cariño de la afición por su carácter competitivo, su entrega y su personalidad fuera del césped. En la 2019-20, una de las más convulsas en la historia reciente del club, jugó 36 partidos (29 como titular), marcó seis goles en Liga y hasta retrasó su posición ocasionalmente para defender la banda, pese a su perfil ofensivo. Todo en una campaña marcada por el ‘Fuenlabrote’ y un descenso traumático a Segunda B que no afectó al vínculo emocional entre Mollejo y Riazor.
Montero vuelve al sur
Con 30 partidos y 29 titularidades en aquella temporada 2019-20, Javi Montero fue otro de los jóvenes talentos que aterrizó en A Coruña cedido por el Atlético. Su paso por el Dépor estuvo lleno de luces y sombras. Disfrutó de protagonismo, pero no terminó de asentarse con regularidad en el eje de la defensa. Algunas actuaciones irregulares, con errores puntuales y penaltis evitables, empañaron una experiencia que, en todo caso, le sirvió como primer aprendizaje en el fútbol profesional.
Desde entonces, su carrera ha seguido un recorrido poco convencional. Pasó por el Besiktas turco, el Hamburgo alemán y el Arouca portugués —club por el que ha fichado este verano Iván Barbero—, antes de recalar el pasado curso en el Racing de Santander. En El Sardinero firmó una temporada más sólida, con protagonismo y jerarquía hasta que se lesionó. Cuando se recuperó perdió su sitio en el once y tras la dolorosa eliminación en el playoff de ascenso, su mujer publicó una dura publicación en redes sociales que se interpretó como un ataque al técnico José Alberto. Desde ese momento, el futuro de Montero parecía lejos de Santander, como así ha sido. Ahora regresa a Andalucía para incorporarse al Málaga, otro histórico que busca rearmarse en la categoría de bronce.
El reencuentro con Montero ya se produjo el pasado curso en el duelo en Riazor ante el Racing de Santander (1-2). Es la única vez que el central se ha cruzado con el Dépor, mientras que Mollejo ni eso. Todavía no se ha enfrentado al club blanquiazul desde su salida en el 2020. En la 2025-26 tendrá la oportunidad de hacerlo con el Burgos del también exdeportivista Ramis.
