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Depor

LA LUPA | Un Leganés que vive de la energía

Un equipo que transmite energía, que busca constantemente atacar la profundidad a base de movimientos verticales. Paco López está creando a un Club Deportivo Leganés a su imagen y semejanza. Porque, más allá de muchos matices y ámbitos de mejora que debe ir puliendo, el conjunto pepinero ya enseña el sello habitual de los equipos del técnico de Silla, un preparador que abraza el vértigo y desecha la pausa. 

Así es el Leganés que se ha visto en este inicio liguero. Sobre todo, en su debut en casa, en el que fue capaz de amenazar constantemente al Cádiz gracias a ese característico estilo que exige constante concentración al equipo rival.

Porque jugar contra el Leganés es incómodo. No por intentar descubrir cómo romper su entramado defensivo —como sucedía con el Burgos—. Tampoco porque obligue a largas fases de juntarse sin balón. No, el Leganés no somete por posesión. Pero sí es un colectivo insistente, que busca acelerar en pocos pases. Poca horizontalidad, mucha verticalidad. Al espacio, pero también al apoyo para progresar y acabar atacando una y otra vez la espalda de la última línea rival. Cuanto antes. Insiste, insiste e insiste. Es agotador.

Asimétrico

Va al ataque y juega directo. Y para ello, se vale de un 4-4-2 que acabó convirtiendo en clásico en el Levante, hace ya cerca de un lustro. Paco López vuelve a tener en Butarque mimbres para ser un equipo que mire hacia delante y construya a toda velocidad. El técnico valenciano no ha engañado en los primeros encuentros oficiales y ha apostado por un dibujo y  un tipo de jugadores que le permite ser un bloque muy dinámico, con capacidad para repetir esfuerzos.

En el ‘Lega’, López apuesta por dos puntas, dos extremos puros y dos centrocampistas de ida y vuelta. Todo muy canónico, aunque con matices. Porque en fase ofensiva, se estructura de manera asimétrica. Para empezar, el cuadro blanquiazul parte con tres centrales. Lalo Aguilar, que el pasado curso firmó un buen curso a préstamo en Albacete, se ha hecho con el perfil derecho de una zaga en la que el capitán Jorge Sáenz es jerarca. Ejerciendo como lateral izquierdo sin balón y central zurdo en ataque se ha afianzado el poderoso Marvel, que afronta su segundo curso en la categoría después de su experiencia en Córdoba.

Esa zaga de cuatro se transforma en tres con pelota porque Rubén Peña, fichado de Osasuna, es el encargado de darle la amplitud al equipo por el carril derecho y coge altura. El abulense regresa a Madrid ya convertido en lateral a sus 34 años, aunque todavía con amenaza en la conducción de pocos metros y un excepcional pie derecho para meter balones al área.

Las características de Rubén Peña encajan perfectamente con las de Naim García. El extremo zurdo regresa también a casa después de tres temporadas cedido en la Ponferradina, el Barça Atlètic y el Racing de Ferrol. Este curso puede ser el de su confirmación gracias a su capacidad para aparecer por dentro.

El madrileño es uno de los futbolistas que dota de juego interior al ‘Lega’. Suele pedirla al pie, pero también sabe atacar el espacio con desmarques de ruptura en ese carril intermedio en el que se ubica y, así, darle una solución cercana por delante a Peña.

Si Naim suele ser una luz en el sector diestro a la espera del regreso de Juan Cruz, el Leganés ve cómo por el lado izquierdo es alguno de sus dos puntas el que desciende para ofrecerse también como solución sobre la que progresar. Precisamente en ese perfil zurdo es el extremo el que juega abierto y termina de transformar la asimetría del 4-4-2 en algo más parecido a un 3-2-4-1. Ahí, en la zurda, destaca Duk, que se ha quedado tras llegar al club el pasado invierno y apunta a ser una de las sensaciones de Segunda.

A toda velocidad

Precisamente el caboverdiano es uno de los futbolistas capaz de transmitir sus características a la personalidad del equipo. Duk, diestro a pie cambiado, ‘se pincha’ fuera para recibir y encarar o, directamente, atacar la espalda del lateral. Sin ser especialmente habilidoso, sí tiene capacidad para salir hacia su pie natural y también hacia fuera. A eso le ayudan sus excepcionales condiciones atléticas.

Si Duk dota de amenaza al Leganés y en el banquillo espera un Pauwel del mismo perfil, lo mismo se puede decir de la doble punta pepinera. Y es que Diego García y Miguel De la Fuente conforman una complementaria dupla de arietes. Ambos son puro derroche, incansables a la hora de tirar desmarques y cuerpear.

Pero a pesar de sus similares características, se entienden bien. Ya saben lo que es compenetrarse para ascender a Primera y también jugar en la élite. Si uno va al apoyo, el otro fija a los centrales. Si uno se queda más estático, el otro traza una ruptura. Son una pesadilla y ayudan a transformar cada ataque posicional en una transición. Aunque también a la contra sobresalen, como demostraron en Huesca fabricando entre los dos el 0-1. Comas, Barcia y Loureiro tienen trabajo a la hora de vigilar su espalda y deberán trabajar en las ayudas para no ser superados. Aunque quizá el Deportivo debería centrarse en incomodar a los pasadores para que no puedan lanzar sobre sus puntas, más que en intentar apagar el fuego una vez estos están en disposición de quedarse el balón.

Los dos extremos y los dos puntas marcan el estilo de un ‘Lega’ que apenas busca construir por el carril central, donde el doble pivote Cissé y Diawara ni son especialistas en la creación, ni pretenden serlo. Balón a los costados y, a partir de ahí, a profundizar o a jugar al lado opuesto.

Espacios sin control

Esa facilidad para elevar el ritmo de los partidos permite al Leganés ser un equipo que estresa al rival. Pero, el vértigo casi siempre trae una moneda de cambio difícil de contrarrestar: el descontrol.

Así, aunque el conjunto pepinero no está siendo un equipo que pierde el balón en situaciones peligrosas y, por tanto, no le están pudiendo correr demasiado, su plan defensivo no está del todo optimizado. Y, al final, eso acaba generando espacios a través de los que atacar es más sencillo.

El ‘Lega’ pretende presionar relativamente arriba en 4-4-2 y orientar a sus rivales a las bandas para, una vez ahí, elevar el nivel de acoso y tratar de recuperar el balón. Sin embargo, el bloque de Paco López todavía no es un bloque coordinado ni agresivo en los duelos, pese a su buen perfil físico. Así, sus distancias entre líneas y dentro de la misma línea son importantes cuando el equipo rival logra encadenar una secuencia de pases que mueve al conjunto madrileño.

Así, si el ‘Lega’ no matiza su plan, el Deportivo puede tener una oportunidad si es capaz de atraer a las primeras líneas de presión y encontrar al hombre libre o generar una ventaja a partir de una recepción al apoyo. Porque aunque Diawara y Cissé no suelen ‘saltar’ a la vez —uno va arriba y el otro se queda más cerca de los centrales—, no es difícil imaginar a los mediapuntas del Deportivo encontrando soluciones en ese contexto.

Y es que el Leganés ha logrado adelantarse en los dos partidos de liga que ha jugado. Pero incluso así, asumiendo menos riesgos, ha sido incapaz de amarrar triunfos. Vigoroso sí. Sólido, menos.