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Tras lo visto en los últimos lances coperos, no deja de ser una buena noticia que Óscar 'Pinchi' comience a asomarse en las alineaciones del primer equipo. Quizás esta aparición y otras más sean un espejismo después de la eliminación del Depor de la Copa del Rey.

Lo cierto es que la política deportiva que se lleva a cabo con la cantera sigue generando dudas.

Las sospechas que sobrevuelan el Mundo del Fútbol sobre la supuesta filtración de informes de jóvenes promesas blanquiazules a representantes y agentes de jugadores no hacen más que extender sombras de desconfianza en relación al trabajo que se realiza desde Abegondo.

El reciente fichaje del joven guardameta nigeriano Francis Ozoho para el equipo juvenil -donde en la actualidad entrenan hasta cinco porteros-, es otro elemento que añade perplejidad sobre la forma de entender el cuidado a la cantera local.

Inevitablemente estos movimientos recuerdan a episodios bastante reprochables del fútbol reciente. Fue hace 25 años cuando el entonces presidente del Atlético de Madrid, el funesto Jesús Gil, optó por desmantelar la cantera rojiblanca porque -en su opinión- resultaba cara para el Club. Liquidó las categorías inferiores pasando de ocho equipos (versiones A y B de juveniles, cadetes, infantiles y benjamines) a tan sólo dos y de manera testimonial ya que por imperativo federativo se exigía a los equipos de primera y segunda mantener algún equipo en categorías inferiores. El siguiente paso que dio el mandatario colchonero fue una operación puramente especulativa basada en traer al Vicente Calderón a supuestas perlas del fútbol africano que apenas sabían pegarle al balón. Ocho años después, sin canteranos que nutriesen al primer equipo, el Atleti descendió a segunda división. Ah, se me olvidaba, entre las decenas de jóvenes promesas que tuvieron que salir del Atleti estaba un tal Raúl González. ¿Se acuerdan?

Esto no quiere decir que haya que poner trabas a la hora de buscar talento fuera de España pero sería preferible encontrar la fórmula para que crezca y evolucione todo el potencial que existe en la actualidad en Abegondo. Buscar oportunidades a los chavales, guiar su formación deportiva y humana, y, sobre todo, generar ilusión a las promesas que acuden todos los días a entrenar al Mundo del Futbol.

En cualquier caso, invertir en jugadores locales tiene ventajas. En primer lugar, el compromiso y vínculo emocional será siempre mayor que el de un foráneo. En segundo lugar, siempre será menos costoso que traer jugadores llegados de otras latitudes. Sin duda cuidar y potenciar Abegondo es una buena inversión de futuro.