TOCAR FONDO
De toda la comparecencia de prensa que dio el sábado Tino Fernández, un acierto a nivel comunicativo del club tras el bochorno ante el Leganés, hubo una frase muy significativa del máximo mandatario blanquiazul: "Ojalá hayamos tocado fondo, así solo podremos ir para arriba".
Daba la sensación por sus palabras que era algo que incluso deseaba.
Cuando esperas que estés bajo mínimos, que ya a peor no puedas ir, es porque necesitas la excusa para dar un giro de 360 grados.
Las horas en el deportivo para Gaizka Garitano están seguramente contadas, cuando las cosas fallan siempre se señala al mismo.
Con más o menos responsabilidad, que no dudo de que tiene mucha, también habría que ver las actuaciones de algunos jugadores, que ante un partido de tal envergadura no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Tino Fernández no tiene que preocuparse, visto lo visto en Butarque, el equipo claramente tocó fondo. Lo peor de todo es que el máximo dirigente se aventuraba el sábado a decir que un triste consuelo podría ser que el Depor no acabase en descenso al finalizar la jornada.
No solo es culpa del técnico, haber caído hasta tal punto de impotencia e indolencia es también el resultado de una dinámica negativa que semana a semana va lastrando la mentalidad y moral de los futbolistas. Es inevitable que cuando no ganas lleguen las dudas.
Están muy bien las sensaciones y las ocasionadas generadas, pero el deporte vive de resultados y de puntos en el casillero y si esas cosas faltan de nada sirven las palabras ni las buenas intenciones. Sea justo o injusto, funciona así.
Llega ahora un nuevo período para el Deportivo y su afición y si como predice Tino solo se puede ir para arriba tendrá que ser todos a una. Es cierto que siempre se apela a la hinchada, que empieza a estar, con razón, harta de vivir año tras año temporadas de sufrimiento.
Pero solo de la mano del equipo y con la entrada de aire fresco es posible revertir una situación que se ha puesto terriblemente cuesta arriba para un equipo desdibujado.
La inercia tendría que llevar al plantel para arriba, pero hoy todavía duelen las heridas.
Por lo que no se ganó, por lo que se perdió, por ciertos comportamientos que hubo en el campo y fuera de él (como el saludo de Bergantiños y otros jugadores como Guilherme al acabar el partido a la afición desplazada).
Precisamente el de Sagrada, el que menos culpa tiene (sigue inédito en Liga) se acercó a los seguidores también a la salida del estadio y antes de subirse el autobús.
¡Cuánto tienen que aprender todavía algunos!
Independientemente de lo que nos deparen las próximas horas (al escribir este artículo Gaizka Garitano sigue siendo el técnico blanquiazul) esperemos que tocar fondo no solo implique despegar hacia arriba si no que, además, traiga consigo alguna enseñanza para no repetir los errores del pasado.
