
El Depor cerró un año de transición, ya que ha cumplido los objetivos marcados dentro de una etapa temporal más grande, la que ha de llevar al club a la deseada estabilidad.
Deportivamente se acabó 2016 con el mejor sabor de boca de la temporada, junto con la permanencia lograda en primavera. El equipo no jugó bien en el final del ciclo de Víctor en el banquillo y no ganó en el inicio de Garitano. Todo ello ha provocado el nerviosismo en algunas ocasiones, pero finalmente se cierra la puerta del pasado y se abre la del nuevo año con el equipo mirando hacia el frente, con decisión y esperanza de seguir ganando partidos y jugando bien al fútbol.
A nivel económico no hay más que parabienes. La sociedad sigue liquidando la deuda a pasos agigantados, cumpliendo, ganando confianza y esperando a colocar parte de lo que debe a un fondo de inversión. Hay dinero en caja, se paga al día, se trabaja y se generan ingresos para el Depor, aunque es evidente que estar en Primera y recibir más de cuarenta millones por derechos televisivos es una de las claves básicas para la supervivencia del RC Deportivo.
En el apartado social, Riazor vuelve a ser una sola voz. Está claro que los consejos de administración de los clubes siempre tienen y tendrán detractores, pero se ha superado la transición presidencial de la mejor manera posible para la entidad, que es lo más importante, y los accionistas dan un respaldo tan mayoritario a los rectores del Deportivo como antes ocurría con el propio Lendoiro. Los 110 años de club, el escudo, se merecían seguir caminando tras los graves problemas que se superaron y deben seguir superándose. Lo importante es que la afición vuelve a estar unida y sustenta como nadie a su club. Es la base de todo.
LOS MÁS JÓVENES
Hablando de cantera, en un apartado que ha tenido el foco informativo esta temporada por las declaraciones de José Ramón sobre el funcionamiento de Abegondo, es evidente que se trabaja para mejorar. Pero la cantera requiere una enorme dosis de paciencia. El consejo hizo cambios tan pronto asumió el mando del club y no hace mucho de ello. De la captación en la base, que es clave, se puede responsabilizar a esta directiva por la de los dos últimos años y medio.
Para que una cantera funcione han de pasar bastante más tiempo y a veces bastantes más cosas. De la exigencia económica, de los descensos, salen en muchas ocasiones las oportunidades para los jugadores de las categorías inferiores, que también deben dar un paso adelante, eso sí, para ser recibidos por el primer equipo y seguir creciendo como profesionales. Los frutos de la cantera deben llegar, pero habrá que aguardar. Por otra parte son muchos los padres de futbolistas que por unas u otras razones simplemente deciden que sus hijos deben jugar en otros clubes. Insistiendo en que la captación es la base, Abegondo quiere seguir creciendo por ese y otros caminos.