El Sevilla afronta la jornada en el grupo J con la posibilidad de sellar el pase a los dieciseisavos, para lo que le bastará empatar en Lieja ante el Standard belga, rival que se toma el partido como una final para llegar a la última cita con opciones de seguir en el torneo.
Los sevillistas viajaron ayer a la ciudad belga reforzados en su moral como líderes en solitario de LaLiga tras las primeras trece jornadas, pero conscientes de que el Standard debe ganar para no depender de lo que haga el Krasnodar ruso y llegar al último partido en el campo del Akhisar turco, colista del grupo, con serias opciones de estar en dieciseisavos.
Debe servir de enseñanza para el equipo que dirige el entrenador Pablo Machín el que su rendimiento fuera del estadio Ramón Sánchez Pizjuán en la fase de grupos fue muy mediocre, pues perdió en Rusia en su primer desplazamiento (2-1) y consiguió un agónico triunfo en Turquía ante la ‘cenicienta’ del grupo.
Por ello, la cita en el estadio Maurice Dufrasne es una gran prueba para el pentacampeón de la Liga Europa y no existe ninguna confianza pese al 5-1 que lograron en Sevilla.
El técnico soriano tiene las bajas del defensa Sergi Gómez, sancionado tras ser expulsado en el último choque en Turquía; del carrilero diestro Jesús Navas, con una lesión muscular en el sóleo de la pierna izquierda; y del medio francés Maxime Gonalons, operado de una fractura en el maléolo tibial izquierdo. Por eso, Machín ha convocado a Gnagnon.
