
Quique González fue una de las grandes noticias de la temporada 2018-19, que terminó con un sabor amargo para el deportivismo, después de que el equipo se quedara a un solo gol de Primera División.
El delantero vallisoletano llegó el pasado verano al club coruñés después de que el Depor abonara al Osasuna la cláusula de rescisión del futbolista, 1,7 millones de euros.
Y el pucelano, llamado a ser la referencia en el área, cumplió. Fue el jugador que asumió el peso ofensivo del equipo (máximo realizador con 16 tantos en la liga regular y otro en el playoff) y, además, aportó muchísimo trabajo al ser un jugador que no se cansa de pegarse con los centrales.