
Eneko Bóveda vivió una temporada 2018-19 en clara progresión ascendente. Aunque fue titular en las tres primeras jornadas del curso, en cuanto Marí estuvo a punto, el bilbaíno desapareció del once y se mantuvo un segundo plano.
Solo aparecía en contadas ocasiones y no encontraba hueco ni en el eje de la retaguardia ni en el lateral derecho, demarcación en la que le veía el cuerpo técnico.
Pero el relevo en el banquillo, unido al bajón de juego experimentado por David Simón, le hizo pasar de actor secundario a protagonista absoluto. José Luis Martí apostó por el vizcaíno, que se mostró muy sólido en el tramo decisivo de la competición.