
El argentino Lionel Scaloni y el brasileño Tite protagonizarán en las semifinales de la Copa América un duelo en los banquillos desigual, entre el aprendiz que afronta su primer gran examen en una competición oficial y el maestro obligado a ganar en su casa.
Si la experiencia es un grado, el técnico de la canarinha gana por goleada a su par de la albiceleste, quien es además el seleccionador más joven del torneo.
Cuando Adenor Leonardo Bacchi, de 58 años, empezó su carrera como entrenador en 1990, Scaloni era un adolescente que aún no había ni entrado a la base del Newell’s Old Boys argentino, donde se formó como futbolista.
Y siguen los contrastes. Cuando Tite asumió la selección brasileña en junio de 2016, después de tres décadas como técnico, Scaloni, hoy con 41 años, daba sus primeros pasos sumándose al cuerpo técnico de su compatriota Jorge Sampaoli en el Sevilla.
Dos generaciones distintas, ex futbolistas, que hoy están a los mandos de las selecciones más potentes, y también más cuestionadas, de Suramérica, aunque llegaron a ellas por caminos bien diferentes.
Para Tite fue una travesía larga pasando por un sinfín de equipos hasta alcanzar su sueño. Nacido en Caxias do Sul, en el sur de Brasil, fue un centrocampista cuyo mayor éxito fue ser subcampeón del Campeonato Brasileño en 1986 con el Guaraní.
Las constantes lesiones en la rodilla le obligaron a colgar las botas e iniciar la carrera de entrenador. Empezó en clubes de poca monta del interior de la región donde nació (Guarany-RS, Caxias, Veranópolis, Ypiranga, Juventude) hasta dar el salto al Gremio de Porto Alegre. También estuvo al frente del Atlético Mineiro, Internacional y Palmeiras, pero sus mayores éxitos los alcanzó en sus tres pasajes en el Corinthians con dos títulos de liga (2011 y 2015), una Copa Libertadores (2012), un Mundial de Clubes (2012) y una Recopa Sudamericana (2013).
Caído del cielo
En el caso de Scaloni, el cargo le vino casi caído del cielo apenas el año pasado, con muy poca experiencia como técnico, pero un amplio conocimiento de sus años como futbolista en varios clubes europeos, entre ellos el Deportivo.
Su primera experiencia fue en las categorías inferiores del Mallorca hasta que Sampaoli lo llamó en junio de 2016 para que se integrase a su cuerpo técnico en el Sevilla y después se lo llevó a Argentina cuando fue nombrado seleccionador. Tras el fracaso en Rusia 2018, Sampaoli y toda su tropa dejaron sus cargos, pero Scaloni aguantó y le dieron el banquillo de la selección sub-20, con la que fue campeón del torneo de L’Alcudia. Luego, la federación argentina le nombró seleccionador absoluto.