Pisando fuerte
Son muchos los acontecimientos que han envuelto al Básquet Coruña últimamente. Hace 30 años que fundamos este club. En su nacimiento se marcaron varios principios, tanto sociales como deportivos. Alguno se dejó de cumplir, como es priorizar al jugador de casa.
Pero la evolución del baloncesto, la falta de conocimiento formativo, apostar por el juego especulativo y la desaparición de las fronteras obligaron a abrir la mano para competir en ligas profesionales.
También se implantaron conceptos que eran bandera, como la imaginación, la previsión, la planificación, la anticipación y la austeridad. Aderezándolos con el conocimiento; no solo del juego del baloncesto, sino también de los entresijos en que se sustentan las decisiones a nivel nacional y regional.
Los 6.000 que pagan su abono y las 700 familias que componen la escuelas del club provocaron, por medio de las redes sociales y otros medios, que el consejo de administración tomase una decisión firme y contundente, tras las dudas mostradas. Contando una verdad que se mantenía callada, pero de la que muchos éramos conocedores.
No queda más que felicitar a esos 6.000 que sienten el club como propio y defienden esos valores que nos unen a todos. Una unión que despertó la fuerza necesaria para que el club adquiriera una importante dimensión y presencia a nivel nacional, adquiriendo un prestigio ejemplar. Aunque en el último año pudiesen haberse visto dañados. Cosa que, espero, quede corregida y no vuelva a pasar.
La participación de los medios de comunicación, sin ningún tipo de ambages, también mostró la defensa de esos valores por encima de todo, siendo el altavoz público del sentimiento de todos.
Volviendo al juego, el equipo sigue pisando fuerte con los resultados. Y con un estilo que encandila, a pesar de que se asumen muchos riesgos. Pero, ¿quién gana sin arriesgar? Corramos todos juntos ese riesgo que nos propone un equipo que nos demuestra que todos juntos tienen talante ganador, difícil de decrecer.
Pero hay circunstancias que generan cierta preocupación. Hay un problema en la defensa del juego interior; nos hacen muchos puntos en la pintura y no somos capaces de retardar un ataque por body check ni por anticipación. La continuación del pick and roll se defiende mal. Seguimos sin tener juego interior que nos pueda ayudar, y pienso que, con lo que tenemos de capital humano, nos va a costar para que nos llegue de cara a tener miras ambiciosas al final del año.
Sí es cierto que, de momento, somos protagonistas, pero viendo a los equipos que competirán con nosotros por la excelencia, tienen una amplia rotación, como la nuestra, pero con más físico y más peso. De todos modos, estamos a tiempo de reaccionar.
Y pisando fuerte será más fácil de arreglarlo en un corto espacio de tiempo.
