Pilatos y el Bayer Leverkusen
"Ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos, ni ahora somos el Bayer Leverkusen”. Aunque invirtiendo el orden de los factores, el vestuario del Deportivo parece querer tomar como punto de apoyo para levantarse de la dura derrota en Málaga esta brillante reflexión de Manolo Preciado, uno de los entrenadores más carismáticos del fútbol español en el siglo XXI, cuando dirigía al Sporting. Eligiendo las palabras de forma más diplomática, eso es lo que viene a decir Miguel Loureiro cuando se le pide valoración sobre cómo se ha llevado la primera semana en la que el equipo encaja un bofetón.
Y tiene razón el jugador de Cerceda. No han sido pocos los ejemplos durante la última etapa en el barro en los que el Deportivo parecía ir lanzado hasta que se estampaba por primera vez. Conviene, como bien apunta el jugador, en recurrir al equilibrio. A ese ‘never too high, never too low’ de Ricky Rubio, que desde luego tiene menos pegada que las palabras gruesas del técnico, pero que sirve igualmente para afrontar con frialdad el momento en el que vienen mal dadas.
Tres jornadas sin ganar después y con la visita a uno de los feudos complicados de la categoría de plata como es El Sardinero, el encuentro de este domingo será una buena prueba para medir los nervios de una plantilla que, a diferencia del año pasado, sí se ha fijado el objetivo del ascenso desde el minuto uno. Ambicioso, sí. Peligro ante la posibilidad de plomo en las piernas. También.
Han sido muchos los futbolistas que han sucumbido a la presión que supone buscar la gloria llevando la camiseta blanquiazul en los últimos años. Por eso es importante, con palabras pero luego con hechos sobre el verde también, esa forma de afrontar los contratiempos de jugadores como Loureiro, que no se dejan impresionar por el primer resultado negativo. Por el primer runrún.
Es ahora trabajo del resto de la caseta seguir el camino y hacerle ver al resto de sus compañeros que es imposible alcanzar el premio gordo sin ningún tipo de sufrimiento. El mejor ejemplo está ahí dentro con el último ascenso. Y quedan varios supervivientes para saber lo que es. Al fin y al cabo, los Villares, Yeremay, José Ángel y compañía estaban peor a estas alturas hace dos años. Cuando tras salir en descenso del Toralín podían tener la tentación de pensar que eran la última mierda que cagó pilatos, pero supieron remar para convertirse a partir de enero en algo muy parecido al Bayer Leverkusen.

