
Una academia pionera con el sello Bargalló
El exliceísta es el entrenador de la International Skating Academy, en Tarragona, que en su segundo curso cuenta con diez alumnos, entre ellos el portero coruñés Juanjo García
Jordi Bargalló dejó el hockey sobre patines, pero el hockey no le dejó a él. El que fuera capitán del Liceo durante doce temporadas, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, colgó los patines hace unos meses, cuando terminó la pasada Liga, pero su presente y futuro siguen muy ligados a las pistas. Ya no solo como segundo entrenador de la selección española, cargo en el que se estrenó en el pasado Campeonato de Europa con una insatisfactoria cuarta posición. El gran proyecto en el que está involucrado se llama la International Skating Academy (ISA), la primera academia del mundo de este deporte, una especie de centro de alto rendimiento en la que ejerce como entrenador junto a Quim Paüls y Anna Ferrer. Una experiencia que une deporte y estudios que empezó el año pasado con tres alumnos y que para su segundo curso ya cuenta con diez, entre ellos el portero coruñés Juanjo García, que todavía es júnior y además de entrenar y estudiar en la academia, juega la liga catalana en las filas del Vilafranca.
“Es un proyecto que empezamos el año pasado y en el que la idea es hacer una academia de hockey que mezcle lo escolar con lo deportivo. Residencia, estudios y deporte todo en el mismo sitio”, explica Jordi Bargalló. Los alumnos están internos en Camp Joliu, un centro que empezó con un convenio con el Nástic de Tarragona para ser como su Masía de fútbol del Barça, y que se ha abierto a otros deportes como el hockey sobre patines, pero también el baloncesto, la vela, el pádel e incluso los karts. Y por las tardes cada uno se va sus clubes, ya que hay convenio con equipos de la zona para que jueguen en ellos: Vendrell, Vilanova, Calafell, Vilafranca y Noia. “Es como las academias de tenis que hay, pero de hockey no había ninguna, tuvieron la idea y me vinieron a buscar”, continúa. “Hay como 180 deportistas y nosotros empezamos con 3 el año pasado y ahora tenemos 10 de diferentes nacionalidades. Es un proyecto muy chulo, la verdad que es bonito trabajar con esto”, añade. “La Masía yo creo que es un poco diferente, porque te tienen que elegir. Esto es más una academia que te puedes apuntar. No pedimos nivel, sino que los chicos vengan con ganas de mejorar”, contesta
“Los chicos vienen con mochilas cargadas de sueños y ojalá los puedan cumplir”
En el grupo hay cuatro españoles, tres colombianos (internacionales en categorías inferiores), dos italianos (lo mismo) y un chino, de Macao, que además de que quizás es el que llama más la atención por su origen (“estamos muy contentos con Nikki (Wang), es muy trabajador y no se le da nada mal”), es el benjamín con solo 15 años (aunque están preparados para acoger jugadores desde los 12, cuando inician la ESO). Entre ellos está el coruñés Juanjo García, de 17 años, portero formado en las categorías inferiores del Liceo y que había jugado la última temporada en el Escola Lubiáns. “Estaba planteándome el futuro, la verdad que estaba contento en Carballo, pero había mirado para irme fuera de España, tenía cosas en Francia. Pero en el Campeonato de España de selecciones autonómicas, que fui a ver a mi hermana (Carlota, jugadora infantil del Liceo), estaba Jordi Bargalló anunciando la academia”, recuerda. Ya lo conocía de su etapa en A Coruña, aunque él era muy pequeño, y también de ir a sus campus de verano. Y no necesitó pensárselo mucho más. “Sabía que iba a ser una gran experiencia para mí y que me iba a hacer mejor persona y mejor jugador”, indica.

La jornada empieza poco después de las siete de la mañana (“en mi habitación nos gusta madrugar un poco más”) y una hora después cogen una furgoneta destino a Vilafranca, donde entrenan por las mañanas. “Aún no tenemos un pabellón en las propias instalaciones, pero van a hacer uno”, precisa Bargalló. “Entrenamos de 09.00 a 10.30”, continúa García, “y después volvemos a la academia para ir a clase hasta las 14.30, parar para comer, otro poco más de clase y por la tarde ya nos vamos cada uno a nuestros clubes y yo también voy al gimnasio alguna sesión extra”, continúa.
En la academia son cuatro porteros que tienen como entrenadora específica a Anna Ferrer, portera del Fraga y de la selección española. “Ella viene dos días. Con Jordi (Bargalló) y con Quim (Paüls) estamos todos los días. Es un lujo. Estamos siendo observados por los mejores entrenadores del mundo”, apunta el coruñés. A Jordi Bargalló incluso le sirve para matar ese gusanillo tras la retirada que siempre está ahí aunque él diga que su cuerpo no daba más de sí y que la decisión no podía aplazarse ni un año más. “A mí ya me dolía todo”, se ríe, “pero lo bueno ahora es que cada mañana me pongo los patines con ellos”.
“Es un lujo estar todos los días con los mejores entrenadores del mundo”
No vive con ellos, pero casi. Aunque tuvo que abandonar su faceta docente de profesor en un colegio, sigue residiendo en Sant Sadurní D’Anoia, pero como está a solo 20 kilómetros, puede acompañar a los jugadores durante la mañana y parte de la tarde. “Después del entrenamiento vamos con ellos para la residencia para coordinar lo necesario, bien de transporte, bien sanitario por si necesitan ir al médico o al fisio...”, resume. “Tenemos todos los servicios de alto rendimiento: videoanálisis, psicóloga deportiva, nutricionista, preparador físico... Si yo hubiera podido estar en un sitio así, me hubiera gustado mucho”, admite. “Es muy chulo y hay un ambiente muy bonito, los fines de semana nos vamos a ver unos a otros... Me está gustando mucho formar parte de esto”, sigue.
Coordinación con las familias
Juanjo García, desde luego, está encantado. Tanto, y eso que solo está empezando, que no descarta quedarse más años allí, incluso mientras cursa estudios universitarios (además de sacarse el nivel dos de entrenador), como uno de sus compañeros colombianos. También sus padres están contentos porque la experiencia ha sido un incentivo a nivel de estudios. “Le dijimos que o aprobaba o se volvía para casa”, señala su padre, con el que comparte nombre. “Sí, sí, o estudios o estudios”, contesta riendo el hijo. Y es que la coordinación con las familias es otro pilar fundamental del proyecto, sobre todo cuando algunos están tan lejos de ellas. “Los niños tienen que estar acompañados en todos los sentidos y también intentamos estar cerca de las familias. Tenemos que ser un poco como sus tutores”, apunta el ex de Liceo, Oliveirense y Noia, que bromea con que tiene dos hijos, Gina y Jordi, y ahora otros diez más: “Estoy todo el día pendiente de si suena el teléfono, por si me necesitan para cualquier cosa. Pero estoy contento de poder sumar y de formar parte de la experiencia de estos chicos, que vienen aquí con sus mochilas cargadas de sueños. Ojalá los puedan cumplir y nosotros les vamos a ayudar con todo lo que podamos”.
El objetivo para el futuro es seguir creciendo, aunque matiza que “escalonadamente”. “Queremos dar sobre todo un buen producto”, indica y reconoce que la academia es asimismo una forma de abrir el hockey a más países en el mundo: “La presencia de Nikki ha hecho que en Asia se estén interesando por el proyecto y también en Sudamérica, que muchas veces sueñan con venir a jugar a España o a Europa y así pueden dar el salto. Cuantas más cosas haya en el hockey, todos salimos ganando”.

