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O Noso Deporte

Un Jacobo Garrido nuevo: más feliz y con una bala extra

Afronta el Mundial centrado en su prueba de siempre, 400 libres, y en una nueva, 100 mariposa

María Varela
22/09/2025 18:09
Jacobo Garrido, en Singapur junto a un cartel del Campeonato del Mundo
Jacobo Garrido, en Singapur junto a un cartel del Campeonato del Mundo
Cedida

Es un Jacobo Garrido nuevo y así quiere que se vea en Singapur, que desde el domingo acoge una nueva edición del Campeonato del Mundo de natación adaptada. “Ha sido una temporada muy diferente para mí”, reconoce. El coruñés decidió dar un cambio a su vida después de los Juegos Paralímpicos de París, los segundos en su palmarés con tan solo 22 años. Buscaba ser más feliz, lejos del CAR de Sant Cugat que para él era sinónimo de ir todos los días con presión a entrenar. Se unió al Club Natación Terrasa, donde se puso a las órdenes de Raúl Navalón junto a un grupo de nadadores sin discapacidad y se lo tomó con calma hasta Navidad para ir progresivamente aumentando la intensidad y llegar ahora en su mejor momento físico y mental. Su participación empieza hoy con una bala extra, unos 100 mariposa que ha incorporado a su repertorio y que pueden ser una vía directa al podio a través del relevo español. Dos días después afrontará los 400, su ojo derecho y posiblemente la prueba con más nivel en su clase, la S9. Y ya para terminar, el sábado los 100 libres. “Estoy en un buen momento. Solo queda plasmarlo en la piscina”.

“Llego con muchísimas ganas, este año cada vez que he ido a una competición importante, como Campeonatos de España o World Series, rendí a un nivel bastante bueno. Sobre todo mejoré mucho en el 100 mariposa, que es una prueba que a mí me encanta nadar. Tuve una gran mejora sin entrenarla y desde junio la he empezado a  prepararla específicamente, así que me gustaría hacerlo bien”, apunta. Le ha cogido cariño a esta bala extra, pero su prueba siguen siendo los 400 libres en los que ya tiene dos diplomas olímpicos, además del título mundial de 2018. “Este año de momento no ha salido un tiempo tan bueno como otros, pero creo que llego en un momento en el que estoy en mi mejor momento de forma de siempre. Creo que puedo hacer mejor marca y por lo tanto bajar mi récord de España. No sé cuánto puedo bajar, pero bueno, con hacer 4.15 me iría bastante contento, sobre todo para ser mi primera temporada en el club y que ha sido diferente”, admite.

“Me lo tomé bastante tranquilo”, aclara. Todos los deportistas necesitan pisar el freno alguna vez, sobre todo después de los Juegos y lo que supone estar cuatro años centrado en un objetivo. Estuvo cinco semanas de vacaciones, las más largas desde que empezó a tomarse en serio la natación, ya cuando estaba en el Liceo. Hasta octubre no se incorporó al club y en los tres meses hasta enero se lo tomó con calma, dándose un tiempo de adaptación “al estilo de entrenamiento y a toda la vida nueva que estaba haciendo”. En Navidad volvió de viaje con su familia, un último respiro antes de ponerse en serio. “Sobre el 10 de enero ya me puse focus a trabajar y entrenar duro. Los resultados fueron saliendo”, relata. Y llegó el verano, al que confiesa que le tenía un poco de miedo, porque en el club se iba a quedar solo entrenando mientras que en el CAR siempre tenía compañía. “Mis compañeros convencionales ya estaban de vacaciones, pero no se me hizo nada duro, yo pensé que me iba a costar un poco más, pero como había empezado tarde, no se me hizo después largo”. Aunque también contó con una ayuda externa, incluso de un rival: “Estuve una semana entrenando con los italianos, incluido Simone Barlaam, y la verdad es que muy, muy bien con ellos, me adoptaron como si fuera uno más”.

Objetivos

Entre sus objetivos, habla de bajar sus marcas en las tres pruebas que va a disputar. “En el 100 mariposa hay que hacerlo lo mejor posible para intentar nadar el relevo, ya que me gustaría mucho formar parte de él, lo mismo que en el 100 libres, para lo que tengo que ser el S9 español más rápido”, expone. “En el 400 libre pues...”, se para a pensar, “luchar todo lo que pueda, bajar marca y ojalá conseguir entrar en el podio aunque creo que estará complicado porque hay mucho nivel, como siempre, pero creo que puedo estar ahí para pelear con los grandes”.

Para Garrido, es diferencial el cambio que dio. “Nadador feliz, nadador rápido” es una frase que en el mundo de la natación está empezando a resonar evidenciando ese cambio no solo de metodología, sino de idiosincrasia después del elevado número de casos de síndrome de burn out que han salpicado a la piscina. “El ambiente en el club es muy diferente, a mí la verdad me gusta más, siempre lo dije. Hay menos presión. La gente entrena porque le gusta y va a los entrenos a divertirse, a pasárselo bien, pero siempre dándolo todo”, analiza.

“En el CAR vas a entrenar como, por así decirlo medianamente, si fuera tu trabajo. Hay más tensión. El ambiente es mucho más sano y mucho mejor en el club”, añade. Y eso ayuda en el día a día. “Sobre todo a nivel mental, vas con muchas más ganas al entreno”, reconoce. Y eso que subió el volumen de metro: “Empecé a entrenar más metros, más intenso. Raúl, mi nuevo entrenador, se adaptó muy bien a mí, hicimos algún test y cambió algunas cosas para conseguir mi mejor rendimiento”. Ahora solo falta ver reflejada su felicidad en el agua.