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Liceo

El Liceo remonta al Calafell y culmina su semana grande como nuevo líder de la OK Liga

Los verdiblancos remontaron en la segunda parte el gol a los dieciséis segundos de juego de los visitantes y ya son el único equipo invicto de la categoría

Paiva, Saavedra y Carballeira celebran un gol del Liceo
Paiva, Saavedra y Carballeira celebran un gol del Liceo
German Barreiros

Líder y único equipo invicto de la OK Liga. El Liceo termina su semana grande con una victoria contra el Calafell por 3-2 en la que tuvo que sudar para darle la vuelta al gol visitante a los dieciséis segundos de juego. No lo consiguió, pese a su superioridad, hasta la segunda parte, con tres tantos, dos de Nuno Paiva y uno de Arnau Xaus, en cuatro minutos que pusieron la guinda al triunfo del martes contra el Barça en el Palau Blaugrana. Presión e intensidad volvieron a ser la receta, con un duelo de porterías entre un inspirado Martí Serra en su vuelta a casa (incluso dio la vuelta de honor tras el partido con los locales) y un solvente Blai Roca. Al verdiblanco, de hecho, solo le batieron en los segundos iniciales y en los finales. 

No tardó el Calafell ni medio minuto en cobrarse la resaca del Palau. Casi ni la mitad necesito. Saque de centro, Aleix Marimón encaró a Dava Torres, chutó y adentro. Dieciséis segundos. No era un escenario nuevo, porque el Liceo ya había empezado por detrás en la primera jornada contra el SHUM y en la segunda en la visita al Cerdanyola. Pero la entidad del rival ya era diferente en esta ocasión.

Porque el de Guillem Cabestany es un equipo muy trabajado y ordenado y los cuatro jugadores en pista se pusieron manos a la obra en la construcción del muro defensivo, al que Martí Serra también contribuyó bajo los palos que defendía la temporada pasada. Con él se encontró Toni Pérez, haciendo su fatigoso trabajo en el área, a veces lustroso, otras no tanto porque se tiene que pegar con todos para hacerse un hueco en un espacio minúsculo. Y pese a lo complicado del asunto contactaron con él hasta dos veces seguidas y a la tercera dispuso de un mano a mano que evitó Serra.

El paso atrás de los catalanes fue evidente, en parte por su propio planteamiento, en parte porque así le obligó el Liceo, subiendo la línea de presión como tan bien le había salido en el Palau unos días antes. También como allí Bruno Saavedra, que salió desde el banquillo con la fuerza y el empuje que le caracterizan, robó en media pista, se metió entre tres contrarios y remató cayéndose, probando los reflejos de Serra y pidiendo que quizás en la acción podía haber algo punible.

Toni Pérez reclama gol contra el Calafell
Toni Pérez reclama gol contra el Calafell
German Barreiros

Los árbitros no vieron nada, como tampoco acertaron con el gol fantasma de Toni Pérez. En otra buena combinación con la referencia interior, el asturiano cazó la asistencia y remató a gol, pero la bola dio en el hierro interior de la portería y tan pronto como entró salió. El delantero se llevaba las manos a la cabeza mientras el árbitro hacía el gesto de que no había pasado nada. Le acababan de birlar su gol 201 con la camiseta verdiblanca. 

Hasta el descanso el partido tomó un claro calor verde. El Calafell se limitaba a esperar agazapado para intentar salir a la contra sin que Blai Roca diese muestras de debilidad. Mientras, en el lado contrario el Liceo acumulaba llegadas. Volvió a la carga Saavedra, que mandó demasiado alto un pase atrás que le hizo Carballeira tras un robo en la frontal del área. Y para irse al descanso, los locales reclamaron un penalti sobre Nuno Paiva. La salida hacia vestuarios fue tensa. El capitán visitante Jepi Selva se llevó una amarilla en las protestas.

La táctica de la boa constrictor

Quiso tomarse un descanso el Liceo en el inicio del segundo tiempo, dejándole un poco la bola al Calafell, a ver si le quemaba tanto como parecía. Y efectivamente a los de Guillem Cabestany no les interesaba para nada entrar en ese juego, sobre todo después de un mano a mano de Saavedra salvado por Serra. Así que se volvieron a deshacer de ella y los coruñeses aceleraron. Con una presión asfixiante, actuaron como una boa constrictor, apretando, apretando, hasta que a los catalanes no les quedó oxígeno.

La azul a Sergi Folguera pudo facilitar el trabajo, pero poco le duró la alegría porque el Liceo vio cómo en superioridad le sacaban otra azul, a Toni Pérez, que igualaba las fuerzas con un poco habitual tres para tres. Y fue en ese momento cuando por fin apareció el hueco. Nuno Paiva patinó por la frontal hasta encontrar el sitio, chutó y acertó por el primer palo. Fueron unos minutos mágicos porque hizo casi lo mismo Arnau Xaus a continuación, ya con los dos equipos con todos los efectivos en pista, y cerró la fiesta otra vez el portugués. En cuatro minutos habían legado tres goles, todos los que se habían negado antes a entrar.

Intercambio de roles

Quedaban 14 minutos y tocaba contemporizar, jugar con el marcador a favor. El Calafell se vio obligado a hacer lo que no había hecho en todo el partido, que era llevar el peso del juego y los verdiblancos se dedicaron a no arriesgar, como si se hubiesen invertido los papeles así de repente, como en estas películas en las que con un hechizo los padres pasan al cuerpo de los hijos y viceversa. Aun así pudo sentenciar con una directa por la décima falta, pero Serra conocía demasiado bien a Arnau Xaus

Y si en un portería el exverdiblanco paraba todo, también en la otra Roca se seguía reivindicando. Solo cuando faltaban 29 segundos Aleix Marimón metió el miedo en el cuerpo al Liceo con otro misil que era el 3-2. Le dio a los suyos incluso la posibilidad de buscar el empate en una última posesión sin portero y en superioridad. Defendió bien el Liceo para cerrar una semana mágica en un Palacio entregado. Remontada. Tres de tres. Y liderato como único equipo invicto de la OK Liga después de cinco jornadas.