
Jordi Adroher: "Pasé muchas horas sobre los patines cuando era pequeño"
El exjugador del Liceo, conocido como el Mago y ya retirado, visita este fin de semana A Coruña y aprovechará para dar unas tecnificaciones a niños de la ciudad
Jordi Adroher (Ribas de Freser, 1984) estará de visita este fin de semana en A Coruña. Ya retirado desde hace tres meses, aprovecha que su SHUM Maçanet, al que devolvió a la máxima categoría antes de colgar los patines, juega la primera jornada de la OK Liga contra el Liceo para volver a un Palacio de los Deportes de Riazor en el que vivió alguno de sus mejores momentos como profesional y no solo con la camiseta del Liceo, que vistió dos temporadas y con la que levantó tres títulos. Aprovechará también para dar unas tecnificaciones en el colegio a niños de la ciudad que podrán aprender de primera mano los trucos del Mago.
¿Cómo le va la vida de jubilado?
Bien, es otro etapa. La verdad es que lo tenía muy meditado, muy pensado que había llegado el momento de dejarlo, Y ahora valorando otras cosas que antes no tenía tanto tiempo para hacer, como por ejemplo estar más tiempo con la familia, con las niñas... Disfrutar de otras cosas.
¿Pero lo dejó todo o va ejercer otras funciones al otro lado de la valla?
No, del todo no. Estoy haciendo tecnificaciones aquí en el club de toda mi vida, el SHUM Maçanet, donde también estuve en el campus de verano. Al hockey voy a seguir vinculado porque es lo que me apasiona. Y así de golpe no se puede dejar.
¿El hockey es como un virus que te infecta para toda la vida?
Exactamente. Esto es una pasión que tenemos los que jugamos y la tenemos para siempre. En una cosa u otra voy a estar vinculado porque es lo que he hecho siempre y lo que más me apasiona.
El hockey es como un virus, nunca lo voy a dejar de todo
¿Tuvo una retirada soñada, devolviendo al SHUM a la OK Liga?
Fue muy bonito. Se juntó todo. Acabar aquí en casa con los míos y con el premio de subir de categoría. Fue un año muy bonito y que lo disfruté mucho.
¿No le dio tentación de seguir un año más para irse en la máxima categoría?
Hay que saber cuándo dejarlo. Ya iba un poco justito y ahora la OK Liga es otro nivel y otras exigencias. Por eso pensé que lo mejor era dejarlo ya.
Se retiraron el mismo año Marc Torra, Jordi Bargalló y usted. ¿Es como el fin de una era?
A los de mi generación nos llegó el momento de irlo dejando, es ley de vida. La verdad es que la edad no perdona, pero por lo menos disfrutamos todos juntos muchos años y fue un honor jugar con ellos.
¿Le quedó algún sueño por cumplir?
Yo creo que no, disfruté un montón. Me siento un afortunado por todo lo que me ha dado el hockey. Desde estar en otros países, conocer otras culturas, otros idiomas, muchos compañeros, estar en todos los clubes por los que he pasado... Estoy muy contento por todo ello.
¿Y algún arrepentimiento?
No, al final las cosas pasan por algo, son elecciones y de todo hay que aprender, pero arrepentimiento no.
Hay que saber cuándo dejarlo, ya iba un poco justito
Estuve en las tres principales ligas del mundo, España, Portugal e Italia. ¿Con cuál se quedaría?
En Italia solo estuve un año, nueve meses, pero fue muy enriquecedor. Estuve allí con Cabestany y viví la experiencia de jugar allí. Creo que todas las ligas tienen algo. En Portugal sí que es cierto que últimamente se ha profesionalizado mucho la competición, con los clubes que tienen el fútbol detrás. Aquí en España el nivel también es alto también, por supuesto. Cada una tiene sus cosas.
Estuvo en Reus, Barça, Liceo, Benfica, Oliveirense... Prácticamente todos los grandes.
Una suerte, porque además al ser equipo punteros competían por ganar títulos, que es lo que al final buscamos todos.
¿Podría quedarse con alguno?
Es muy complicado. Todos son importantes porque todos cuesta mucho ganarlos. No me podría quedar con uno. Quizás con el primer Mundial con la selección española que jugamos en casa, en Vigo. Fue especial por ser el primero.
¿Y con un gol?
Buf, eso sí que es difícil. Quizás hubo uno que se hizo más viral, que fue en un Europeo con la selección española contra Francia.
Es recordado también por las faltas directas y se retira justo en el momento en el que, por las nuevas normas, se van a tirar menos.
Estaba escrito que lo tenía que dejar ya (se ríe).
¿Qué le parecen las normas nuevas?
Siempre que sea para evolucionar y mejorar nuestro deporte creo que está bien. Hay que ver cómo se va asentando el reglamento.
¿Eran demasiado decisivas las faltas directas?
Tirando piedras contra mi propio tejado, que era especialista en las directas, pienso que sí, que quizás tenían un papel demasiado determinante. Por eso se tiene que ir viendo cómo van evolucionando y cómo se van asentando las normas nuevas.
Tres faltas directas suyas le dieron al Liceo su último título de la Supercopa y unos meses antes, otra directa suya y un penalti de Carballeira, el de la Copa del Rey.
Fueron unos días casi perfectos. Ganar títulos con el Liceo tiene un sabor muy especial. Tuvo la suerte de estar acertado pero el equipo tenía muy buen bloque, era un equipo súper compacto y pienso que nos merecíamos aquellas copas. Siempre recordaré mi etapa en A Coruña. Tanto a nivel familiar, porque nació mi hija Mía, como a nivel deportivo. Fueron dos años increíbles. Con Juan Copa me entendía desde el primer momento. Siempre se lo digo, venía de un momento menos bueno, con la salida del Benfica, y él me quiso y me hizo crecer como jugador y siempre voy a estar agradecido. Es de los mejores entrenadores que hay en el momento y tuve la suerte de poder estar con él. Y a nivel de equipo, también había un gran vestuario, éramos una gran piña. Así que los recuerdos son magníficos.
Los dos años en el Liceo fueron magníficos a nivel deportivo y familiar
¿Llegó a pensar que después de que en el Benfica decidiera apartarle que se habían acabado sus oportunidades, que ya no volvería a estar en un grande y a optar a ganar títulos?
Nunca tuve esa sensación porque yo confiaba en mí. Sabía que vendría otra oportunidad y así fue.
Es una buena lección para enseñarle a los niños. ¿Qué se van a encontrar los que vayan a las tecnificaciones del fin de semana?
Aportaré mi experiencia y pondré mi granito de arena para enseñarles. Me hace ilusión reencontrarme con todos ellos. Lo pasaremos bien, que eso es importante. Y por supuesto, tiraremos faltas directas.
¿Qué es lo más importante en la formación?
Para mí lo básico, sobre todo al empezar, es patinar, coger muy buena base de patín porque si no, después ya llevas un lastre que es muy importante. Después ya se va cogiendo la técnica individual y más adelante la táctica. Todo tiene su evolución. Pero lo más importante es el patín, es lo primero. Después ya vendrá lo demás. Yo empecé así, con los amigos del cole, que nos juntábamos para ir a entrenar. Aquí se trabaja muy bien con la base y pasábamos muchas horas encima de los patines. A los niños les aconsejaría que disfruten, que se lo pasen bien y que hagan las cosas con pasión.
¿Cómo era de pequeño?
Yo creo que buen chaval. Un poco rebelde, pero con buena base. Teníamos un buen grupo en el pueblo e hicimos toda la formación juntos.
¿Quiénes eran sus referentes?
En Maçanet en ese momento el primer equipo estaba en División de Honor y teníamos referentes de la casa y que además eran los que nos entrenaban. Estaban Quim Rubio y Rodri, que estuvo toda la carrera a mi lado. Los chavales nos fijábamos en los mayores.
¿Cuándo pensó que se iba a dedicar a esto?
Es algo que llega de forma natural, no hay un momento concreto, sino que vas viendo que vas subiendo de categorías y te vas encaminando. Después llegó el momento de salir de casa, pero también fue como progresivo porque me fui con amigos y compañeros de selección, como Marc Torra o Jordi Carbó, a Lloret, que estaba al lado. No fue tan complicado porque iba con amigos.
¿El gran salto fue con el Vic?
Fue un gran salto de calidad, con Pujalte de entrenador. Éramos un gran grupo de jóvenes que nos juntaron con veteranos que hicieron la labor de guiarnos un poco. Fue una gran época. Después el equipo se deshizo un poco por lo que suele pasar, que si destacas los grandes se fijan en ti.

Con el Vic ganó la Copa del Rey en 2009 en A Coruña, donde también se coronó con la selección en el Europeo de 2018 y después, los títulos con el Liceo. ¿Estaba destinado?
¡Parece que sí!
El sábado volverá a A Coruña y verá desde la grada el Liceo-SHUM de la primera jornada de Liga. ¿Con el corazón un poco dividido?
El SHUM al final es el club de mi pueblo, mi club de siempre. A ver cómo le va este año. Creo que se ha hecho un buen equipo para competir. Ya se sabe que es complicado para los equipos que suben de OK Plata. Los que suben siempre les cuesta un poco más. Además tiene un calendario complicado para empezar. pero yo pienso que el proyecto se puede consolidar.
¿Y al Liceo cómo lo ve?
Me gusta mucho el equipo que ha hecho. Se ha reforzado muy bien y tiene muy buen pinta. Creo que va a hacer una gran temporada. No salió bien la Supercopa, pero fueron pequeños detalles. Aún faltan horas de vuelo y horas en entreno. Pero ya se vieron cosas muy buenas.
¿Firmaría que el SHUM lograra la permanencia y el Liceo ganase un título?
Es una buena combinación, ¿por qué no?
