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Rivales

LA LUPA | El Eibar, un armero que no renuncia al pincel

El cuadro eibarrés mezcla como señas de identidad su agresividad en bloque alto defensivo y paciencia con balón para atraer

Bautista celebra un gol junto a sus compañeros
Bautista celebra un gol junto a sus compañeros
SD Eibar

Es uno de los equipos más agresivos y que asumen más riesgos en la presión alta. Pero no basa todo su juego en ese aventurado ejercicio sin balón. Eibar es territorio de armería y su escuadra no renuncia a este carácter duro, artesanal y vinculado a la fuerza, pero que también precisa de arte. De pincel.

Manejan los de Beñat San José esta condición más plástica, pues el cuadro eibarrés es mucho más que físico y ha logrado cimentar su condición de mejor local en un juego que bebe de un fútbol relativamente asociativo

Porque sí, el Eibar quiere correr. Atacar vertical. Pero no a costa de ser directo. El cuadro azulgrana busca generarse su propio espacio a partir de atraer al rival con pases cortos en campo propio. Ahí, su habitual 4-2-3-1 se matiza para juntar a mucha gente por dentro, con el doble pivote Sergio Álvarez-Aleix Garrido como principales receptores de los primeros pases y los extremos y el mediapunta ubicados también en el carril central. 

Tiene lógica, pues el veterano José Corpas ha vuelto a ocupar el puesto por delante del lateral derecho porque ya es un futbolista que está más cómodo apareciendo en espacios reducidos que atacando el espacio. Para esa función, San José cuenta con Cubero y Buta, dos laterales de largo recorrido que se sitúan casi siempre en amplitud y no en pocas ocasiones son también los que le dan profundidad al equipo. 

No sería de extrañar que ante estas piezas y con David Mella en Chile, Hidalgo mantuviese a Quagliata en la izquierda pero adelantase a Ximo Navarro en la derecha para emparejar al luso-angoleño con un futbolista de similares facultades condicionales. 

Ausencia clave

De esta manera, el Eibar trabaja mucho la atracción por su sector izquierdo, donde se juntaban el buen pie del central Aritz Arambarri y del organizador Aleix Garrido con la valentía de Buta —que ofrece tantas dudas en la toma de decisión como manejo de las dos piernas— y los intercambios posicionales del extremo Guruzeta y el mediapunta Magunazelaia. No es casualidad que el verbo de la frase vaya en pasado, pues todo apunta a que el cuadro del Deva no podrá contar con el zaguero eibarrés, tercer futbolista que más pases promedia por encuentro en toda la Liga Hypermotion. 

El central tuvo que pedir el cambio el pasado fin de semana ante la Real Sociedad B y es probable que no pueda estar en el duelo ante el Deportivo. La ausencia no solo daña al equipo de Ipurua a la hora de desarrollar su salida de balón, sino que también le dificulta las labores de presión, ya que el ex del Leganés no tiene problema a la hora de iniciar las agresivas persecuciones que el técnico vasco solicita en determinados contextos. 

Sergio Álvarez, disputando el balón con Dadie
Sergio Álvarez, disputando el balón con Dadie
SD Eibar

Con Arbilla cumpliendo su cuarto partido de sanción por su expulsión en Huesca, Beñat tendrá que tirar de Jair Amador. El portugués de 36 años es zurdo, pero está lejos de contar con pulcritud y pausa a la hora de manejar el esférico. Y, sobre todo, sufre cuando debe salir de su parcela. Tiene por ahí un evidente punto a atacar el Deportivo tanto a la hora de orientar la presión como de buscar progresar. 

Por eso mismo, no sería descartable que Luismi Cruz se mantuviese no solo en el once, sino más enfocado al carril central que a la banda para emparejarse al portugués, descender al apoyo y tratar de desequilibrar en ese duelo. 

Porque si el equipo armero arriesga en los primeros pases con el fin de ganarse espacios a espaldas de las líneas rivales, lo hace todavía más cuando no dispone de la pelota y busca hundir al enemigo en su área.

Así, el Eibar suele iniciar ese press en 4-1-3-2, con Magunazelaia asumiendo la altura de Jon Bautista, punta que se ha ganado el sitio después del golazo anotado ante la Real B, y Aleix Garrido ganando metros desde el doble pivote. A partir de esa disposición zonal, el equipo eibarrés elige luego cómo funcionar según lo que haga su rival. Si hay descensos de algún centrocampista, acompaña Sergio Álvarez hacia delante. Si es un atacante el que se acerca al balón, es ‘su’ zaguero el que persigue. Marcas zonales que se transforman en hombre a hombre sobre los posibles receptores.

El objetivo no es otro que ahogar al contrario y recuperar. Ha funcionado hasta el momento, pues no solo es que tres de sus nueve tantos hayan llegado en transición, sino que su presión generó en sus últimos dos partidos en Ipurua un gol en propia de la Real y un penalti forzado a partir de un robo en área rival. 

Sin embargo, existe otra cara. Pues aunque el Eibar es el equipo que más balones recupera en último tercio, los contrarios también han sabido encontrar —sin penalizar— espacios a espaldas de esas primeras líneas de presión o en el lado opuesto. Vista esta tendencia, resulta coherente pensar que Antonio Hidalgo vuelva a apostar por Mario Soriano situado cerca del inicio de juego para garantizar la buena toma de decisión y ejecución de los pases. 

Perdería así el Dépor a un experto a la hora de recibir y girar, pero el equipo ya dispone de futbolistas hábiles en esa faceta como Yeremay o el propio Luismi, a los que sería ideal tratar de encontrar con pases progresivos hacia sus apoyos si el Eibar continúa ejerciendo su agresivo press alto. 

Por lo tanto, al Deportivo se le dibuja un escenario ante un rival parecido al Huesca. Hace una semana supo manejar de manera más que notable las particularidades a la hora de presionar del equipo oscense. Pero Riazor no es Ipurua, donde el Eibar cuenta sus partidos por victoria. 

Al calor de su afición ha materializado siete de sus nueve tantos, de los que casi la mitad (tres) han llegado en el primer cuarto de hora del segundo tiempo. Además, solo la Real ha logrado marcarle, ya en el añadido del último partido. Fue un gol que no cambió el resultado y le permitió asomarse a unos puestos de playoff que no pisa por un punto.

Lo hará casi seguro si vence a un Dépor que, pese a la fortaleza eibarresa, dispone de armas para clavar una pica donde nadie ha podido hacerlo todavía.