Jugando en Legoland
El Deportivo actúa esta semana en dos estadios con gradas provisionales, situación con escasos precedentes como Castellón, Cáceres, Cerceda, Jerez de los Caballeros o Guadalajara

Lego nació en 1932 y sus bloques de construcción para niños se convirtieron, ya en 1968, en parques de atracciones: Legoland. Igual que la fábrica de juguetes danesa, las gradas supletorias han ido creciendo en el mundo del fútbol, hasta el punto de que ya se construyen recintos desmontables en su totalidad. El Deportivo jugará por primera vez en uno de ellos el domingo, en Zaragoza. Y hoy mismo lo hará en otro, en Castro-Urdiales, con un graderío provisional exclusivamente montado para este encuentro.
El club coruñés no ha jugado en demasiadas ocasiones en los Legoland del fútbol. Los escasos precedentes se limitan a eliminatorias de Copa del Rey, reformas o reconstrucciones de estadios o encuentros en campo neutral por clausura del estadio del equipo local.
La visita del Dépor en diversas eliminatorias de Copa del Rey en las últimas décadas obligó a varios equipos a ampliar las localidades de su estadio para satisfacer la demanda de entradas de los aficionados. Jerez de los Caballeros (1998-99) o Cerceda (2004-05) son dos ejemplos. En el campo de la Ciudad Deportiva de la localidad extremeña pudieron darse cita unos 5.000 aficionados. En la población coruñesa lo hicieron alrededor de 3.500, en un campo con una sola grada fija para 1.000 espectadores.
El curioso Javier Marquina
En el Campeonato Nacional de Liga, uno de los casos más significativos fue el partido frente al Castellón en la campaña 1986-87. El conjunto blanquinegro se encontraba inmerso en la construcción del actual estadio de Castalia, en el mismo solar pero levantado en perpendicular con respecto al antiguo. El equipo ‘orellut’ emigró durante aquel curso al campo Javier Marquina, en Grao de Castellón, a 7 kilómetros del centro de Castellón de La Plana, junto a la playa, lo que dejó curiosas imágenes televisivas con el oleaje del Mediterráneo al fondo. El Marquina solo disponía de una pequeña tribuna. El Castellón fue levantando a lo largo de la temporada diferentes graderíos provisionales. El Deportivo visitó Castellón en la quinta jornada, el 21 de septiembre de 1986. Los locales vencieron por la mínima un partido en el que las crónicas hablan de la presencia de entre 5.000 y 6.000 espectadores.
En la temporada 1991-92, el Deportivo tuvo que medirse al Atlético de Madrid en campo neutral, debido al cierre del Vicente Calderón. El CP Cacereño ganó la puja a la UD Salamanca para ser anfitrión del partido, pues ofreció un millón de pesetas más (18 a 17) que el club charro. El Príncipe Felipe tenía capacidad para 8.000 espectadores. En ambos fondos se instalaron sendos pequeños graderíos con capacidad para unos 4.000 aficionados más. El recinto se abarrotó con más de 12.000 hinchas, que vieron cómo el Deportivo sorprendía a los colchoneros (1-2).
Invasión de Guadalajara
Curioso fue el caso que se dio en la visita al estadio Pedro Escartín de Guadalajara en la temporada 2011-12. El Deportivo volvía a Segunda después de veinte años consecutivos en la división de honor y allá donde iba arrastraba una ingente cantidad de aficionados. El club alcarreño se vio obligado a instalar una grada supletoria en un fondo —ya tenía una durante toda la temporada en lo que en Riazor sería la grada de Preferencia— para recibir a la marea coruñesa, compuesta por 2.000 aficionados deportivistas.
Riazor también dispuso de gradas supletorias durante algunas épocas. A comienzos de los años 70 se instaló un pequeño graderío tras la portería del fondo del Palacio de los Deportes. Más adelante, tras el derribo de la vieja Tribuna para construir la actual con motivo de la reforma del estadio para el Mundial 82, los socios de dicha localidad fueron reubicados en una grada de mecanotubo y cubierta. Fue durante toda la temporada 1980-81, en la que el equipo militó en Segunda B. Varias ediciones del Teresa Herrera también contaron con una tribuna en esa ubicación. En las últimas campañas en la tercera categoría, el Deportivo jugó en campos con alguna tribuna supletoria, como en Coruxo, Lugo —también en Segunda— o Cornellà.
El drama de Furiani
Durante muchos años, la instalación de gradas supletorias estuvo prohibida —lo sigue estando por la UEFA— a consecuencia del conocido como ‘drama de Furiani’. Minutos antes del comienzo la semifinal de Copa de Francia de 1992 entre el Bastia y el Olympique de Marsella, una de las tribunas provisionales instaladas en el estadio Armand-Cesari (situado en Furiani, localidad limítrofe con la capital de Córcega) se vino abajo. El desplome dejó enmedio del amasijo de hierros 18 vidas y más de 2.300 heridos de diversa consideración.
Las mejoras en los materiales de este tipo de construcciones, unidas a la obligatoriedad de las localidades de asiento y numeradas, han permitido que las gradas supletorias vuelvan al fútbol, como ya lo han hecho en otros deportes. Desde hace muchos años han sido utilizadas sin problema alguno en los deportes de playa, como el voley playa y el fútbol playa. Incluso ya desde los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, algunas sedes olímpicas se levantaron de este modo, siendo desmontadas a su conclusión. El caso más conocido es el del Basketball Arena, erigido 100% con materiales reciclables. Ya antes de los Juegos, el comité organizador llegó a un acuerdo con el Barnet FC para que las butacas se pintasen de naranja y negro, los colores del club londinese, para ser aprovechadas en la reforma de su estadio, The Hive.


