MI VIDA EN BLANQUIAZUL | Pedro Asensio: "Llevaba dos años sin ir a Riazor con mi padre por un cáncer y contra el Burgos por fin pudo volver"
Nació cuando el Deportivo ganó la Copa del Rey de 1995 y desde entonces nunca se ha separado de él, pero 30 años después, el momento más especial lo vivió hace unos meses junto a su padre

“Nací en 1995, el año de nuestro primer título, con permiso de la Copa España de 1912. Mi amor por el Deportivo empezó desde que era un niño y tengo uso de razón, gracias sobre todo a mi padre que fue quién me inculcó esa pasión. Él va a cumplir ya casi 50 años de socio y ya le llevaba mi abuelo a Grada Elevada cuando era pequeño hace aproximadamente 60 años, que se dice pronto. Y así continúo hasta hoy, y ya llevo casi 22 años de socio”.
“El primer recuerdo que tengo, aunque evidentemente muy borroso, es con aproximadamente cuatro o cinco años correteando por las gradas de Preferencia Inferior y yendo a Riazor con mi padre y mi tío. Esa temporada, por cierto, fue en la que ganamos la Liga y me acuerdo de seguir el partido contra el Espanyol en el mítico bar Zúrich de enfrente al estadio con mi madre. Al acabar cogimos un taxi y nos fuimos a Cuatro Caminos. Como yo no era verdaderamente consciente de lo que habíamos conseguido, siempre me recuerdan que estaba muerto de miedo al ver el jolgorio que había de estar toda la ciudad celebrando. Tengo la camiseta de esa misma temporada enmarcada, firmada y dedicada por el presidente Lendoiro. Una reliquia”.

“El que sí que recuerdo perfectamente es el partido del Centenariazo. De verlo en casa en la tele con mi padre e ir el día siguiente al colegio y hacer manualidades del Dépor como celebración. Me acuerdo también, evidentemente, del partido contra el Milan y el del Oporto en Riazor. Salir de clase y ver ya mucha gente del Oporto que se había desplazado. El fútbol nos debe esa Champions, igual que en su momento nos debía una Liga… y la acabamos consiguiendo”.
“Y después todos los recuerdos que tengo con el club ya son más complicados. Los playoffs… me acuerdo que fueron unos palos durísimos. Yo pensaba verdaderamente que nos habían echado un mal de ojo y era imposible que volviéramos a celebrar un ascenso porque todo siempre salía cruz. El día del Mallorca, que era la noche de San Juan, al acabar el partido no tenía ganas ni de bajar a la playa con mis amigos y recuerdo un ambiente bastante enrarecido. Lo del caso Fuenlabrada fue más una mezcla de incredulidad y cabreo por cómo se gestó todo y la forma en la que nos perjudicaron gravemente. A pesar de todo, el sentimiento de pertenencia y la satisfacción que da el ser del Dépor a pesar de todas las frustraciones y desencantos, lo compensa todo. Es algo tan arraigado que por muchos palos que nos llevemos, siempre vamos a estar ahí, pase lo que pase y sea contra quien sea. Yo siempre digo que a mí no me gusta el fútbol, a mí me gusta el Dépor".

“Si tuviera que quedarme con solo un recuerdo con el Deportivo, es en la temporada del ascenso a Primera con récord de puntos, la 2011-12. El ambiente que se respiraba ese año era increíble, el juego del equipo, todo. Además, fue el año del golazo de Lassad contra el Celta en Riazor para ganar 2-1, y el del gol de Borja en el último minuto en Balaídos para ganar 2-3 en la vuelta. Espectacular. Por el otro lado, el peor recuerdo que tengo es el partido contra el Valencia que perdimos 0-2 en Riazor en la temporada 2010-11 y supuso el descenso a Segunda, después de 20 temporadas seguidas en Primera. También son muy especiales los que supusieron algún ascenso, como el Dépor-Huesca de la temporada 2011-12 o el último Dépor-Barça B del gol de falta de Lucas. También fue muy importante para mí el primer partido de esta temporada, ya que llevaba casi dos años sin poder ir con mi padre por culpa de un cáncer y ese día por fin pudo volver. Aún así, él nunca se perdía ni un solo partido”.

“Una anécdota que siempre cuento es un desplazamiento en bus, en verano, a Almendralejo para ver el Extremadura-Dépor. Unas catorce horas de bus, un calor infernal y encima se nos estropeó el bus a la vuelta. Lo bueno es que por lo menos ganamos 0-1 y David Simón me regaló su camiseta al final del partido. También recuerdo otro desplazamiento en bus a Málaga en playoffs que parecía que no íbamos a llegar nunca…Además soy tan friki que colecciono todo lo que puedo del equipo, especialmente camisetas. Debo tener unas 50 tranquilamente y muchas de ellas antiguas o vintage, chándales, pantalones, etc”.
