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Dépor

Mario, el chico de los goles importantes

Soriano desbloqueó un partido cerrado ante el Zaragoza con un trallazo a la escuadra que se une a su creciente lista de tantos de bella factura con el Dépor

Mario Soriano conecta un disparo que impacta en Pomares durante el Zaragoza-Deportivo
Mario Soriano conecta un disparo que impacta en Pomares durante el Zaragoza-Deportivo
Fernando Fernández

Cada vez que el Deportivo necesita un golpe de inspiración, aparece él. Mario Soriano, el futbolista de los goles importantes que también se recuerdan por su belleza. En Zaragoza volvió a hacerlo: una falta en el vértice del área, un toquecito de Yeremay para ganar un poco de ángulo y un disparo a la escuadra que cambió el rumbo del partido. Otra vez Soriano. Otra vez, el jugador que está acostumbrando a la afición blanquiazul a que sus goles sean sinónimo de arte y relevancia.

El madrileño volvió a ser decisivo en el Ibercaja Estadio con un lanzamiento impecable que abrió un encuentro cerrado y empujó al Dépor hacia un triunfo valioso. Después, Yeremay acaparó gran parte del protagonismo con una acción brillante en el 0-2 de Mella, pero lo de Soriano no es una excepción. Es casi un ritual. Un patrón que se repite desde que el Dépor regresó a Segunda.

Soriano retornó de su cesión en el Eibar el verano de 2024 con la misión de ser uno de los referentes del proyecto en la categoría de plata. Y con el objetivo individual de mejorar su eficacia de cara al gol. Lo consiguió. La pasada campaña firmó cinco tantos, todos ellos con premio. Solo uno, en el empate ante el Zaragoza en Riazor (1-1), no acabó en victoria. El resto fueron determinantes, casi siempre para marcar el tanto definitivo del triunfo. Y casi todos, de postal.

En Riazor, ante el Eibar, marcó un tanto decisivo en el descuento con un disparo seco y potente tras una acción de pizarra en un córner (1-0). En El Plantío volvió a decidir con un remate raso y ajustado tras una llegada desde atrás que dio la victoria al Dépor (0-1). En el Carlos Tartiere ante el Oviedo no marcó el tanto decisivo (1-2), pero abrió la lata con una volea impresionante desde la frontal que tocó en el larguero antes de entrar en la portería de Escandell. Y cerró su cuenta del curso con un zurdazo ante el Cádiz (1-0) tras controlar con el pecho y empalar el cuero sin dejarlo caer. Cinco goles en la 2024-25, cuatro victorias. Y la mayoría de ellos dignos de museo.

En esta temporada 2025-26, el guion no ha cambiado en ese sentido. Estrenó su casillero en la jornada inaugural en el Nuevo Los Cármenes, en el triunfo frente al Granada (1-3) con otro tanto que abrió el camino. La belleza en aquella jugada del 0-1 no fue solo mérito suyo, sino que fue un ejemplo de precisión coral. Luismi Cruz conectó con Yeremay, que inventó un taconazo genial al que Eddahchouri respondió con otro gesto idéntico antes de asistir a Soriano. Y el madrileño definió con firmeza ante Luca Zidane. Gol y ventaja.

Su segundo de la temporada llegó en Zaragoza, otra vez para deshacer el empate inicial y otra vez con una ejecución impecable. Falta al borde del área, toque corto de Yeremay para salvar la barrera y derechazo imparable de Soriano. “Le he dicho a Yeremay que creía que no iba a salir la barrera y me la ha puesto perfecta. La quería pegar a ese palo y me ha salido justo a la escuadra”, explicó el ‘21’, que lo volvió a hacer. Volvió a ser el chico de los goles importantes. Y bellos.

“Obviamente los números son importantes para mí, para mi futuro y para ayudar al equipo. Quiero ser más determinante a la hora de llegar al área, ser más decisivo y tener efectividad cuando tenga una o dos ocasiones”, explicó en marzo en una entrevista a este diario. Y lo está cumpliendo.

Durante buena parte del curso, como en anteriores, Soriano ha retrasado su posición para participar más en la salida y la elaboración, actuando con funciones de mediocentro en un doble pivote. En Zaragoza, con dos mediocentros por detrás que le liberaban en campo rival, volvió a moverse en zonas de la mediapunta, su hábitat natural. En la primera mitad rozó el gol con una volea desde la frontal tras un rechace y en la segunda dejó su sello con el misil del 0-1.

Los goles de Soriano en Segunda siguen el patrón de sumar belleza e importancia. Pero su historia con el Dépor empezó antes. En Primera Federación ya había dejado su firma en partidos clave. Sin ir más lejos, en la final del playoff de ascenso de 2021-22 ante el Albacete marcó un tanto que, sin embargo, no bastó para subir. En la 2022-23 también marcó en una derrota ante Unionistas. Son, de hecho, las dos únicas derrotas del Deportivo con un gol suyo.

El balance global habla por sí solo. Quince victorias, dos empates y solo esas dos derrotas en los encuentros en los que ha visto puerta. Una estadística que confirma que cuando Soriano marca, el Dépor sonríe. Y no solo porque sus goles acercan al equipo a resultados positivos, sino porque además son pequeñas obras de arte.