El Dépor salva un punto que no disimula el bloqueo ante un Valladolid con diez (1-1)
Un penalti incomprensible de Tomeo en el tiempo añadido le dio a Yeremay la oportunidad de empatar un partido en el que el Deportivo no supo superar a un Pucela en inferioridad numérica

Hace un mes era líder y ahora está fuera del playoff. El Deportivo prolonga su peor tramo de la temporada con un nuevo tropiezo, el quinto consecutivo, ante un Valladolid que supo jugar mejor tanto en igualdad como en inferioridad numérica. El equipo coruñés continúa atrapado en un bloqueo futbolístico que se hizo evidente, aunque de forma distinta, en cada mitad: en la primera, sin soluciones ante la presión blanquivioleta; en la segunda, sin ideas frente a un Pucela compacto y pragmático tras la expulsión de Marcos André. Solo un error de Pablo Tomeo permitió equilibrar el fallo anterior de Barcia para cerrar un empate de errores y de penaltis.
Antonio Hidalgo presentó una pequeña revolución en el once respecto a la derrota en El Sardinero. Mulattieri recuperó el puesto en punta en detrimento de Zaka y el técnico sorprendió dejando en el banquillo a dos de sus ojitos derechos, Gragera y Luismi Cruz, para ajustar la estructura del equipo con la entrada de Lucas Noubi en defensa. El belga formó por primera vez como titular en la zaga para ejercer un rol similar al de Ximo Navarro y contribuir a contrarrestar el poderío en el juego directo del 1-4-4-2 del Pucela. El centro del campo blanquiazul también se reordenó con la entrada de Stoichkov en la mediapunta y el retraso de Soriano al doble pivote.
De poco sirvió el intento de recuperar ciertos mecanismos de los mejores partidos del Dépor —ante Mirandés y Huesca— porque se jugó a lo que quiso un Pucela agresivo y valiente. El Valladolid de Almada fue capaz de posicionarse alto y de hundir poco a poco a un Dépor asfixiado en la salida de balón. El equipo coruñés no encontró la fórmula para superar la presión alta de los visitantes y tampoco funcionó lo que otras veces con Mulattieri en el campo: el juego directo. Tomeo y David Torres se lo pusieron muy difícil al italiano en cada envío largo.
Con el árbitro permitiendo acciones al límite y un Dépor completamente desactivado en aquello que se supone es su punto fuerte —el trato de balón con jugadores como Barcia, Soriano, Yeremay o el propio Mulattieri—, el contexto ideal quedó servido para el Valladolid, que pronto empezó a inquietar a Germán Parreño.
En una de las múltiples recuperaciones visitantes tras un balón largo del Dépor, el Pucela ganó la disputa y montó un ataque en tres toques. Biuk asistió a Marcos André, el tiro del punta lo despejó Germán y Latasa mandó el rechace a las nubes. Acto seguido, un fallo garrafal de Quagliata permitió otra ocasión para Marcos André, que de nuevo se topó con el meta blanquiazul. No fue la última pérdida que desembocó en peligro. En el minuto 30, Yeremay se dejó robar el balón y el Valladolid armó otro contragolpe vertiginoso entre Iván Alejo y Peter Federico, cuyo disparo se marchó fuera por poco tras un leve desvío de Soriano.
El error de Barcia
El Dépor, desbordado y con el runrún empezando a crecer en Riazor, terminó por pegarse un tiro en el pie en una acción desafortunada de un Dani Barcia irreconocible. El central perdió una disputa en el área con Marcos André y, en su intento de frenarlo, le echó el brazo al hombro. El punta se fue al suelo y el lío ya estaba montado: penalti y gol de Latasa, con un lanzamiento ajustado al palo. El 0-1 no espabiló al Dépor, que cerró la primera parte sin estructura, sin posicionamiento, y con el árbitro perdonando la roja a Barcia tras una falta sobre Peter Federico.
Hidalgo pensó lo mismo y no quiso darle ninguna excusa a Daniel Palencia para dejar al Dépor con diez. Arnau Comas entró por Barcia —con Noubi pasando al centro de la zaga y Loureiro al lateral— y adiós a un problema que, curiosamente, se le vino en contra al Pucela. A Marcos André, que estaba llevando a los centrales locales por la calle de la amargura, se le cruzaron los cables y levantó el pie a una altura temeraria ante Mella. El árbitro no dudó. Segunda amarilla y expulsión.
El técnico coruñés también tuvo en cuenta la tarjeta de Quagliata en el siguiente cambio y metió a Luismi Cruz por el lateral italiano para matar dos pájaros de un tiro: evitar la posible expulsión de un Quagliata descontrolado y sumar talento para tratar de recuperar el control de un partido que, aunque con un jugador más, todavía no era del Dépor. Cada ataque blanquiazul fue un quiero y no puedo ante un Valladolid ya instalado en su campo, con un claro 1-4-4-1. Como si de remar en arena se tratase, el conjunto coruñés solo funcionó a tirones. En uno, Mulattieri condujo y conectó un trallazo desde la frontal que Guilherme desvió a córner.
Bloqueo ante diez
Los minutos se fueron entre pérdidas de tiempo del Pucela, la precipitación del Dépor y un choque de cabezas entre Loureiro y Latasa que obligó al defensa a emular a Pablo Vázquez el curso pasado, con gorro de piscina para frenar la hemorragia. Yeremay, por su parte, prolongó su tendencia a protagonizar un piscinazo por partido, lo que terminó de calentar a una grada de Riazor que entendía que el árbitro podía señalar penalti.
El Dépor se estrelló una y otra vez en el tramo final contra el muro levantado por el Valladolid. Entrar por dentro era casi imposible y, aun así, insistió en estrechar el campo. No dio amplitud y, cuando lo hizo, fue Loureiro quien apareció libre por la derecha, sin saber aprovechar la ventaja.
El balón parado pudo traer el empate. Pero apareció Guilherme, que apenas había sido exigido antes. El portero del Pucela sacó un pie salvador a un remate de Loureiro y, en el rechace, a Noubi se le hizo de noche y la mandó fuera.
Sin embargo, si Barcia le había dado al Valladolid la opción de adelantarse en la primera mitad con un penalti evitable, Pablo Tomeo devolvió el favor y cometió una pena máxima todavía más incomprensible, con un claro agarrón a Zaka en el tiempo añadido. El árbitro acudió al VAR y señaló los once metros para alivio de un Dépor que empató por medio de Yeremay. Un punto que suaviza ligeramente la caída, pero no disimula la sensación de un equipo que va perdiendo a pasos agigantados todas las virtudes que exhibió al comienzo de la temporada.
Dépor 1 - 1 Valladolid
Deportivo: Germán Parreño; Mella, Noubi, Loureiro, Barcia (Arnau Comas, m.46), Quagliata (Luismi Cruz, m.59); Villares (Cristian Herrera, m.77), Soriano, Stoichkov (Eddahchouri, m.67); Mulattieri y Yeremay.
Valladolid: Guilherme; Iván Alejo, Tomeo, David Torres, Guille Bueno (Javi Sánchez, m.89); Peter Federico (Chuki, m.86), Juric, Ponceau (Alani m.81), Biuk (Amath Ndiaye, m.89); Latasa y Marcos André.
Goles: 0-1, m. 34: Latasa, de penalti. 1-1, m.90+8: Yeremay, de penalti.
Árbitro: Daniel Palencia (C. Guipuzcoano). Expulsó al visitante Marcos André por doble tarjeta amarilla (m. 45+1 y m.50). Amonestó a Barcia (m.32), Quagliata (m.43), Mulattieri (m.73), por parte del Deportivo; y a Latasa (m.79), por parte del Valladolid.
Incidencias: Estadio de Riazor, 19.482 espectadores. Partido correspondiente a la jornada 11 de LaLiga Hypermotion 2025-26.
