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Nico Clouston, posando para DXT Campeón
Fuera de juego

Nico Clouston: "Yeremay me hacía caños a diario"

El influencer y ex campeón de España con el Dépor juvenil recuerda su paso por el fútbol y su presente en las redes. "Siempre me ha encantado conocer a gente, moverme, acumular experiencias…"

La vida de Nico Clouston Juane (Culleredo, 2002) ha dado un cambio radical. Campeón de España con el Dépor Juvenil en Marbella hace apenas cuatro años, se ha convertido en uno de los influencers más reconocidos de A Coruña. Dejó el fútbol tras pasar por la cantera del Deportivo, por el Silva y por el Atlético Arteixo. Ahora comparte a diario con sus más de 20.000 seguidores recomendaciones de locales de gastronomía, ocio y moda de la ciudad herculina.

¿Qué tal está en este momento de su vida? ¿Cómo es el día a día de Nico Clouston? 

Dios, es una pasada. Estoy súper contento y muy pleno. Feliz con todo, con el no parar, que yo creo que eso va dentro de mi personalidad. Tengo ya cosas agendadas para las próximas dos semanas, casi una al día mínimo. Siempre me ha encantado el tema de conocer a gente, moverme, acumular experiencias… Estoy aprendiendo un montón, gracias sobre todo a las redes sociales, pero bueno, también a porque yo me muevo. Mi día a día varía. Intento ir por la mañana a clase, estoy en quinto de Derecho y ADE. Intento ir a las clases obligatorias y más o menos lo estoy consiguiendo, no me preocupa porque va bien el otro apartado y siento más que esa es mi pasión porque toca mucho lo periodístico, el marketing, relaciones públicas, un poco todo. Lo que más me gusta es que cada día es distinto, aunque todo va siempre en la misma línea para el camino que quiero recorrer.

Formó parte de la plantilla de aquel Dépor Juvenil que se proclamó campeón de España, ¿cómo recuerda esa época?

Fue un año extraño porque fue el primero postpandemia, que había todas las restricciones. Empezamos entrenando sin poder chocarle la mano al compañero prácticamente. Reflexionando sobre esto ayer, es curioso, pero nunca tuve esa información dentro del mundo del fútbol como para saber a qué nivel de presión estaba… Me explico, no tenía esa presión que puede tener otro chaval que sabe exactamente la situación, momento, categoría y nivel en el que está. Estaba en un momento de disfrutar, de: ‘Estoy aquí porque he hecho un buen año’. Lo sabía, estaba convencido y aún encima sin darme cuenta de la generación que venía detrás, que era una locura… Lo descubría a medida que entrenábamos, ya los primeros días ya pensé: ‘Aquí hay un subidón de nivel, tengo que estar finísimo porque al mínimo error, fallo o mal entrenamiento ya estoy en el banquillo’, aunque eso es súper sano en una plantilla.

Entonces estaba estudiando una ingeniería que no me estaba gustando y eso me ayudó a enfocarme en el tema futbolístico. Lo recuerdo como un momento en el que estábamos todos al máximo rendimiento. La plantilla funcionaba, ganábamos, los entrenamientos eran, aparte de competitivos, divertidos. Óscar Gilsanz los enfocaba de una manera muy lúdica para pasarlo bien, competir entre nosotros y que hubiese esos piques sanos. Fue un año muy enriquecedor y aún encima, siendo de los mayores me tocó tener un papel más de padre de los ‘Mellas’ que venían con 15 años. Yo en ese momento tenía 18, ya conducía y llegaba él casi con más pelos en el pecho que yo, porque Mella es de otra categoría, es un adelantado a su época.

Nico Clouston, durante la entrevista con DXT Campeón

Tenían a toda la ciudad enganchada. ¿Cómo fue la celebración del campeonato de España? ¿Alguna anécdota? Lo que se pueda contar, claro.

Se puede contar todo, no la liamos tanto (risas). Un poco antes cuando nos proclamamos campeones de grupo fuimos a un local aquí de A Coruña, nos reservaron una parte. Yo no sé si había restricciones o no, pero en ese momento no las había (risas). Llevábamos la mascarilla colgada y luego sí que, después de eso, fuimos al Twinfin, que es mi local de confianza por decreto, y nos trataron genial. El dueño, deportivista, nos invitó a chupitos. Fue un día de: ‘Oye, es domingo, nos lo hemos ganado, podemos desconectar unos días’, porque ya teníamos que preparar la siguiente fase, pero ese día sí que fue una celebración graciosa.

Luego cuando le ganamos al Barça en Marbella recuerdo la celebración en el bus. Nos dieron unas pizzas, comida rápida y nos paramos en una gasolinera a comprar cerveza y demás. Luego pasó lo que pasó... y es que acabamos todos infectados de coronavirus. Noel fue el primero, pero en cuanto cayó Noel... ya fuimos todos detrás porque en el bus, como es lógico, después de haber ganado un campeonato de esas características, íbamos abrazados y celebrando. El recibimiento de los Blues fue espectacular. El del Ayuntamiento fue también un orgullo, y bueno, así lo recuerdo, como un momento en el que no te das cuenta de lo que acabas de conseguir, básicamente. Todo el foco a nivel nacional era espectacular. De hecho, en el vídeo de Mella de: ‘Ni Barça ni Madrid...’, estaba yo al lado. Estaba viviendo algo que sería historia años después sin darme cuenta prácticamente.

¿Cuándo se despertó su interés por el fútbol y cómo fue el proceso hasta el momento en el que llega a las categorías inferiores de Dépor?

Buena pregunta… mi interés nace de amigos. Yo fui un chico con el fútbol muy tardío, o sea, me empezó a gustar con diez años. Es una barbaridad porque hoy en día yo creo que con dos ya o tres ya hay chicos que juegan con la pelota. Yo con diez años dije: ‘Bueno, mira, en lugar de jugar al escondite o al pilla-pilla en el recreo, voy a llevar un balón al cole y vamos a probar al fútbol’. Recuerdo que el balón era el mítico del Barcelona de color dorado firmado por toda la plantilla, yo creo que lo tuvimos todos. Ahí empezamos a jugar en el recreo y dije: ‘Ostras, soy rápido, más o menos coordinado, alto...’. No sé si fue mis padres o unos amigos que me convencieron para meterme en un equipo, que fue el Ponte Pasaxe, ya desaparecido. Entrenábamos en un campo lleno de barro, ahí descubrí lo que era el fútbol de verdad. Me empezaron a explicar las posiciones y como me vieron muy completo empecé de mediocentro y a los pocos meses ya era el capitán, por mi madurez, imagino. Era la figura central del equipo y me gustaba ese papel. Y ahí llegó el Montañeros, que ya fue un nivel más.

Entré en la dinámica como un tiro, metí 30 goles esa temporada y me llamó el Calasanz. Ahí ya veo de qué va la cosa. Hay interés, se sientan entrenadores a hablar contigo, te explican cómo funciona todo un poco, las fichas, que hay que pagar o que no… todo era nuevo para mis padres y para mí. Hice la media luna perfecta. Empecé entre mediocentro y delantero en el Montañeros, me hinché a goles. Luego extremo en el Calasanz, porque dejé de meter goles pero daba asistencias. Siempre tuve buenas nociones tácticas más que técnicas, entonces como lateral defendía bien, sabía ver los espacios y defender a extremos hábiles, y al final pues terminé como central, que ahí de verdad encontré mi posición. Yo creo que la polivalencia es de lo más importante en el fútbol, como se puede ver en Loureiro actualmente. Continúas un poco por inercia, porque si tienes buen nivel casi te ves obligado a seguir con la rutina. Cada uno tendrá su percepción, yo a la larga me di cuenta de que no era mi pasión como para dedicarle tanto tiempo.

En el Dépor compartía vestuario con chavales que ahora están en el primer equipo. Barcia, Mella, Yeremay… ¿Cómo les está viendo?

No tengo tanta relación con ellos. Cuando les escribo o les respondo una historia siempre son muy cercanos, pero bueno, siento que no quiero molestar. Tienen su rutina, su vida, pero sé que hay ese cariño con todos. De hecho le escribí a Kevin cuando metió su primer gol en Cartagena. Una relación muy cordial. 

El mayor cambio que he notado en ellos es a nivel físico, una barbaridad, sobre todo que han ancheado, están mucho más fuertes. Recuerdo una disputa de Barcia contra un delantero que quizá lleva diez años en Segunda División, y el tío la ganó. Tienes que estar muy fuerte para que una disputa así se vea como una más. Por eso noto mucho el cambio físico, porque lo demás lo hacían ya cuando jugábamos juntos. Recuerdo en el último partido que Yeremay sacó un caño en el medio del campo que me los hacía a mí a diario. Siempre lo cuento y en ese partido le dije a mis amigos: ‘Esto me lo hacía a mí cada entrenamiento’. Y es porque sabe, quiere y tiene el don, que parece que no sabes ni cómo, porque otro lo intenta y se tropezaría. Parece que vuela, para darle ese último toque y hacerte el caño.

Con quien tengo una muy buena relación dentro de la plantilla, esto ya como curiosidad, es con José Gragera, que lo conocí en una tienda de ropa y he quedado a tomar un par de cafés con él. Es un buen hombre, se le ve muy centrado, estudia, tiene el fútbol como prioridad, porque hay futbolistas que quizá no saben distender entre el fútbol y la vida, y me llevo muy bien con él.

En esa plantilla campeona también estaban Trilli y Guille Bueno, que ahora vienen a Riazor con el Valladolid. ¿Con ellos sigue teniendo relación?

Lo mismo que con los otros. A veces compruebas si te continúan siguiendo en Instagram, porque ahora que subo muchas cosas igual piensan que soy un pesado. Entiendo que si continuase con el fútbol me siguieran porque tienes ahí ese nexo de ver dónde acabas o cómo te va, pero ahora que me dedico a una cosa totalmente opuesta si les resultara pesado lo entendería. Pero no, absolutamente todos me continúan siguiendo.

Bueno, igual les interesa también el contenido que crea ahora.

Yo estoy seguro de que sí, porque he visto ya alguno en restaurantes que yo he ido… No quiero decir que sea por mí (risas). Me llevo muy bien con los hermanos de Trilli y el hermano de Guille ha sido muy amigo en Holanda de un muy amigo mío. Es que al final parece mentira pero el mundo es un pañuelo…

Vuestro entrenador era Óscar Gilsanz, que el año pasado dirigió al primer equipo. Usted que lo ha tenido cerca… ¿Cree que merecía esa oportunidad y considera que deberían haberle dado continuidad este año?

Más que merecida. No voy a entrar en el estilo del juego porque no quiero encajonar al Dépor, pero la oportunidad era más que merecida. No digo que tuviera una flor en el culo, pero allá donde iba había resultado y se notaba una mejoría. Yo era su primer defensor, ya con mis amigos, cuando empezaron los peores resultados o esa racha mala que hubo, yo les decía que confiaran que ese hombre sabía lo que hacía. Se demostró que aunque estés en Tercera División puedes aplicar esos conocimientos a quizá un par de categorías más. La continuidad… ahí entran factores que, quién sabe, no quiero meterme mucho porque igual la confección de la plantilla querían por una parte que fuese distinta y él no estaba o sí estaba de acuerdo. Pero bueno, estoy seguro que con la plantilla que hay este año, con Óscar como entrenador también estarían rindiendo a muy buen nivel.

Después de ese momento que se proclaman campeones de España usted deja el equipo. ¿Cómo afrontó tener que salir justo en ese momento y cómo gestiona un chaval un ‘no’? 

No me daba cuenta de la magnitud. Sí sabía que el Dépor podía ser un trampolín a nivel deportivo y me gustó esa motivación, de hecho salí del Dépor y llegué al Silva pensando que me sentía preparado para Tercera División. Me lo tomé muy bien, de forma muy natural, yo sabía que podía ser, de hecho hubo unos días de incertidumbre que no me decían nada, se acababa el contrato porque yo había firmado un año y veía posibilidades para el Fabril, porque al final entrené esa temporada bastante con Valerón y con Villares y tampoco veía que estuviese tan lejos. Ves que es cuestión de pillar ritmo, estás muy cerca, de hecho estás entrenando con ellos que es una barbaridad.

Yo como con todo siempre cuento con que no, pero si se diese el sí, yo encantado, incluso si fuese con un papel más secundario de cuarto central o algo así, ya me parece una experiencia. Al final creo que optaron por Fito Rodríguez que, sinceramente, me parece merecidísimo. Este hombre, además amigo mío, lleva toda la vida en el Deportivo y yo básicamente fui un fichaje que creo que fue a causa de su baja de larga duración. Intenté cumplir lo mejor posible, estoy muy contento con cómo fue todo, pero entendí perfectamente que eligiesen a Fito.

Nico Clouston (3)

Vuestra generación siempre habla muy bien de la gestión de la cantera en ese momento. 

Tanto con Albert Gil como con la directiva y con Fran en ese momento de coordinador, la relación fue genial y muy natural. Me dijeron que mil gracias y ya está. No sé si habrá algún tipo de interés en su salida del club… yo por mi parte todo muy bien con ellos. De hecho veo a Albert un montón por A Coruña. Es un tío muy deportista y a veces nos cruzamos caminando o corriendo por ahí. No hemos vuelto a hablar del tema pero tenemos buena relación, a pesar de que yo le veía como una figura que me intimidaba. Venía a verte entrenar y estaba ahí mirándote a ver cómo lo estabas haciendo y yo era consciente de ello. De hecho, recuerdo un partido que di un pase clave y una asistencia contra el Racing de Ferrol, un partido súper clave que en el minuto 94 metimos gol con asistencia mía y me felicitó. Y eso fue como si te felicitaba Óscar. Estaban muy pendientes, la gestión, sobre todo a nivel emocional, la hicieron muy bien.

Luego pasó por el Silva y por el Atlético Arteixo. ¿Cuándo piensa que su andadura en el fútbol ha llegado a su fin?

Cuando llegué al Silva no conocía la categoría, que luego hay chavales que con 15 años se saben todos los equipos, son unos cracks o ‘Maldinis’ como los llamo yo. Yo no tenía ni idea y eso me ayudó un montón porque llegué al Silva desde la humildad y respeto que le tengo a la vida y empecé como un tiro. Pero el parón navideño, que me coincidió con temas personales con una pareja que tenía, y yo soy una persona que cuando no está contento con algo corta de raíz y eso se ha visto reflejado tanto en temas sentimentales como quizá en el fútbol. Estaba en unos meses de dudas, no estaba muy contento, me coinciden mil cosas, un invierno malísimo de clima, el ambiente era oscuro, en el Arteixo estábamos perdiendo bastantes partidos... Entonces pensé que no estaba disfrutando nada de ese momento en mi vida en general. Y como obviamente no iba a dejar la carrera universitaria, y me di cuenta que sin entrenar y demás estaba muy tranquilo llamé a la directiva, me abrí, les conté lo que pasaba, yo que siempre había sido muy reservado, y se llevaron un sorpresón. Me intentaron convencer pero yo ya lo había decidido. Agradecí que lo entendieran, porque al final tienes contrato y otros podían haberme mandado cumplirlo, pero les hable de sentimientos, de que me estaba consumiendo un poco todo, que me venía grande y que no lo estaba pasando bien.

¿Ahora practica algún deporte?

Estuve con el running muy a tope, pero ahora mismo, con la rutina que llevo la verdad es que no y me arrepiento pero priorizo el descanso. Porque ya si me meto aún encima a correr, estos días de no parar, igual hasta enfermo gravemente, que mi salud es otro tema... siempre caigo en cosas. Estoy intentando retomar el running, que me gustó un montón y me ayuda a pensar, y también el gimnasio que me parece un buen plus

¿Y al Dépor lo sigue, es socio y va al estadio?

Sí, soy socio desde siempre. Bueno, desde que me gusta el fútbol, hará diez o quince años desde ese momento. Nos hicimos socios mis amigos y yo y ahí seguimos los mismos de siempre. Cambiamos de zona, estamos en Marathón Superior porque nos gusta el ambiente que hay con los Blues abajo. Es una buena grada la nuestra, muy crítica y se nota que saben de fútbol, no estamos ahí de postureo, estamos todos pendientes. De hecho, el Deportivo hoy en día es el único equipo al que sigo, si me preguntas por cualquier otro equipo o categoría, no me entero, es que no sé ni quién lidera la Liga. Contra el Sporting me emocioné con el gol de Barcia, fue una pasada. Yo pensé que había metido ya gol antes, y me dijeron que era el primero. Muy fuerte.

¿Cómo ve al equipo este año, cree que se puede lograr el objetivo?

Sí, creo que el equipo es súper joven, compensado, completo, y hablando ya de primera mano con José Gragera, que me encanta como habla ese hombre, hay que escucharle, deportivistas, de verdad. Estoy de acuerdo con él en que hay una plantilla completísima. Los delanteros son espectaculares, complementarios, todo está muy compensado. Confío más que nunca en la ascenso de este año. Soy una persona muy optimista y siempre veo el vaso medio lleno, pero de verdad, desde la frialdad y objetividad, creo que hay un equipo muy completo y un buen entrenador, ojo, que también ayuda.

¿Se atrevería a comprometerse a algo si ascienden?

Sí, algo algo que no he hecho nunca. Es una tontería, pero bueno, me raparía, no al cero, pero me raparía la cabeza entera. No me teñiría porque no estoy para arriesgar con el pelo que de momento lo estoy manteniendo (risas), pero me raparía. 

También le hemos visto en el Palacio de los Deportes apoyando al Liceo, en el Coliseum con el Básquet Coruña... ¿Es porque le gusta simplemente el deporte o por apoyar a los equipos de la ciudad?

Me gusta todo. De hecho en el Liceo otro día me lo pasé genial, hacía tiempo que no iba y me da rabia, porque yo siempre cuando me hago socio del Dépor, ya por decreto pago esos 5 euros para el Liceo. Martín Garaboa, el portero suplente, es el novio de mi prima, o sea, estamos muy relacionados. Con Dava Torres he estado tomando algo bastantes veces. Y con el Básquet Coruña este año lo que me pasó es que se me juntó renovar el abono al Dépor, unos pagos… y es cierto que en la ACB era más atractivo, pero bueno, no pasa nada, mi familia sigue yendo. Estamos todos en un grupo que se llama ‘Deportes Juane’ y vamos comentando. Tengo familiares súper frikis, otro nivel de pasión por el deporte, entonces eso al final me salpica de alguna manera. De hecho hay muchos deportes que me gustaría ir a ver porque la gente me comenta que necesitan visibilidad. Te hablo de bicicleta de montaña, por ejemplo. Es bonito apoyar a esos deportes minoritarios y me parece importante. Aunque por supuesto, el Dépor siempre va a ser el principal.

¿A usted le gustaría que hubiera Mundial en A Coruña?

Yo no ampliaría tanto el estadio. Vale que somos muchísimos (aficionados) pero aún así, simplemente porque no se dan las circunstancias, siendo tantos no somos capaces de llenarlo en todos los partidos. Hay mucha gente que viene de fuera, te coincide mal la hora...no sé. Ampliar el estadio para uno o dos partidos, no estoy seguro de cuántos serían, y de dos selecciones que no tienen nada que ver con España, me parece exagerado, sinceramente. Y sino, que se presente la candidatura con el estadio que tenemos ahora, que no está nada mal y es un pedazo de estadio, de Primera División. Luego también habría que ver quién invierte. Yo con tal de que no afecte al Deportivo a nivel económico...