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Antonio Encinas, redactor de El Norte de Castilla
Dépor

¿Cómo nos ven? | Antonio G. Encinas, periodista de El Norte de Castilla: "Pandiani era una mala bestia y siempre nos la armaba en la Copa"

"El Dépor tiene una joya, de estos que deciden partidos y que se ha quedado para echar una mano", subraya el redactor de el diario castellano de referencia

“Los estadios que más me gustaba visitar eran Riazor y San Mamés”, confiesa Antonio G. Encinas (Arévalo, Ávila, 1973), redactor de El Norte de Castilla desde 1997 y quien cubrió una veintena de enfrentamientos entre el Deportivo y el Real Valladolid entre 2000 y 2012, cuando cubrió la actualidad del club pucelano. Posteriormente estuvo en local y desde 2020, escribe sobre política, pero no puede evitar mirar de reojo a lo que sucede alrededor del conjunto blanquivioleta y a todo lo que tiene que ver con un balón y el 105x68 del Nuevo José Zorrilla.

Cubrió una etapa en la que el Pucela compitió siete temporadas en Primera División y cinco en Segunda. ¿Cómo la recuerda?

Fue una época muy intensa porque el Valladolid tuvo muchísimos problemas económicos. Cuando yo llegué, el club acaba de cambiar de propietarios. Estaba Nacho Lewin de presidente, pero duró menos de un año porque el que ponía la pasta, que era el empresario Pedro María Saralegui, falleció y sus hijas no estaban por la labor de estar metidas en un club de fútbol. En ese momento, apareció la figura de Carlos Suárez como nuevo dirigente y fueron unos años convulsos porque no había pasta, así que aunque Suárez navegaba, el barco hacía aguas por todos los lados. Fue una época muy complicada a nivel económico y en lo deportivo, con muchos vaivenes. Lo curioso es que viendo lo que ha pasado después, no ha cambiado porque la situación económica ha mejorado, pero la deportiva es incluso peor que antes.

Vivió dos descensos y un ascenso. ¿Con qué recuerdos se queda de aquellos años en los que cubrió la información del club blanquivioleta?

Principalmente hubo dos momentos tremebundos para mí. Aquella primera temporada en la que empecé a hacer el Valladolid, la 2000-01, evitó el descenso a Segunda gracias a que ganó en Riazor (1-2), con goles de Kaviedes y Fernando Sales, en un estadio donde el Dépor solo perdió ese partido. El Pucela cerraba esa Liga jugando en Riazor, después recibía al Barcelona en Zorrilla y acababa en el Bernabéu contra el Real Madrid, así que prácticamente todo el mundo le daba por descendido. Ganamos en Riazor, algo increíble, y encima, con un gol de Sales, que solo metió dos aquella temporada. Empatamos con el Barça (2-2) con un gol de Kaviedes de chilena y perdimos en Madrid (2-1), pero dio la casualidad de que el Mallorca le ganó al Oviedo y nos salvamos de puro milagro en la última jornada. Ese momento fue tremendo, pero lo que es realmente disfrutar fue en Segunda División la temporada del ascenso con Mendilibar, la 2006-07, cuando el Valladolid subió ocho jornadas antes del final, increíble. Fue una temporada excepcional, además, que habíamos venido de un verano extrañísimo, con unos fichajes que no los conocía nadie, Iñaki Bea, Sisi, José Luis Capdevila, Álvaro Rubio, Borja Fernández, Mario Suárez... gente que en aquel momento no nos decía nada, pero Mendilibar armó un equipo espectacular. Dos años después, logramos la permanencia en el campo del Betis, con un empate en la última jornada, e hicimos que el equipo bético bajara. Fue un drama porque recuerdo ver volar vallas por la calle.

La temporada en la que empecé a hacer el Valladolid, la 2000-01, evitó el descenso a Segunda gracias a que ganó en Riazor, donde el Dépor solo perdió aquel partido

Dépor y Pucela son dos históricos en Primera y Segunda, que se han enfrentado en 92 ocasiones, pero que llevan sin jugar desde 2013. Cuesta creer que haya pasado tanto tiempo.

Fíjate. Nosotros antes viajábamos con el equipo a todos los lados, pretemporadas incluidas, y una de las ciudades que puedo recorrer sin GPS es A Coruña. Primero, porque ya he ido de vacaciones alguna vez o he pasado por allí porque me gusta mucho el norte, pero también porque nos enfrentamos un montón de veces en la Liga y en la Copa, que nos tocó muchas veces. Recuerdo a Pandiani, que era una mala bestia y siempre nos la armaba aquí en la Copa. También recuerdo aquella entrada de Juanma Peña a Valerón que fue muy polémica porque lesionó al canario. Fue uno de los equipos con los que más jugamos esos años, pero después, entre los descensos de uno y otro, no se volvió a dar. Parecía que no querían que nos encontráramos más.

¿A qué le sabe un Dépor-Valladolid?

Te hablo de ese primer recuerdo que tengo en Riazor, donde nos jugábamos la permanencia prácticamente ante ese Dépor, que era una barbaridad cómo jugaba, y con Riazor hasta arriba. Pensé, bajamos fijo porque después vamos a perder también contra el Barça y el Madrid. Riazor es un estadio espectacular por el ambientazo que ha habido siempre. No es de esos grandes estadios como el Camp Nou o el Bernabéu, pero siempre tiene un ambiente espectacular. Los estadios que más me gustaba visitar eran, sobre todo, Riazor y San Mamés.

¿Qué jugador de aquel Dépor le dejó boquiabierto?

Me acuerdo mucho de aquel equipo, desde Donato, Mauro Silva, Bebeto... toda esa panda que jugaba, que era espectacular, pero le tengo mucho cariño a Djukic, que allí era el mariscal, pero cuando era entrenador vino aquí un poco como a probar. Estábamos en Segunda División y recuerdo que dijo "nosotros tenemos que jugar por el ascenso porque somos Valladolid" y el "somos Valladolid" se quedó como un slogan, como un mantra aquella temporada. De hecho, años después, en ascensos posteriores, se ha quedado como un slogan de orgullo del Real Valladolid, y eso lo consiguió Djukic. Me pareció un tipo con muchísima personalidad y carisma. Ya me gustaba como jugador, pero luego le estamos muy agradecidos por lo que hizo aquí. Duró poco aquí porque se lo llevó el Valencia, que estaba en crisis, y el Valencia, como hace con todos, lo trituró en cuestión de meses y nunca más se supo, pero esas cosas pasan. Si se hubiera quedado aquí, le habría ido mejor (risas).

Recuerdo aquella entrada de Juanma Peña a Valerón que fue muy polémica porque lesionó al canario

Ahora que está fuera del fútbol a nivel profesional, en qué nota más el cambio respecto a aquellos años.

Nosotros, para empezar, ya no viajamos con el equipo, ni nosotros ni prácticamente nadie. Sale muy caro y realmente no consigues nada porque de qué te sirve viajar si después del partido, en la sala de prensa, no puedes hablar con los jugadores dos minutos ni con el entrenador porque ahora está todo tasado, que si primero habla la tele, que si luego no sé quién, no se puede preguntar esto ni lo otro porque molesta... Mire, váyase usted a tomar por saco. Eso no es lo que hemos vivido. Aquí hemos tenido a Ronaldo de presidente, que se creía que esto era el Real Madrid y empezó a cerrar entrenamientos y a cerrarlo todo. Convirtió el Valladolid en un club ostra, totalmente cerrado. Encima, no funcionó a nivel de gestión porque hizo el ridículo más grande. Lo del año pasado fue la vergüenza más grande que ha podido pasar un aficionado, que me recuerda a lo que está sufriendo esta temporada el Zaragoza. Me duele por la vergüenza que sentimos de ir a todos los campos a que nos humillaran. Es increíble sumar solo 16 puntos en toda la temporada. Eso es lo que consiguió este fútbol ostra de Ronaldo y estos clubes gurús. Es una pena, cuando este era un club, y tú lo conoces, muy de ciudad pequeña, familiar, donde hay gente trabajando desde hace muchos años, donde los medios de comunicación no molestan porque, como sucede en A Coruña, los medios tiran por su equipo, no contra el equipo. No tenía sentido ese cierre, ese hacer un club ajeno a la ciudad y a los medios. Se ha perdido porque una vez que rompes eso, es muy difícil que vuelva. Eso ha cambiado y no me gusta. De hecho, si tuviera que volver a deportes ahora mismo, no lo haría, y fíjate que estoy haciendo política, osea que... (risas) dan ganas de volver.

¿Le inspira confianza este Pucela?

No me da mucha. Me parece que le faltan cosas muy importantes. No tiene un delantero centro con una calidad goleadora, porque Latasa no está dando ese resultado. Cuando Marcos André estaba en el Mirandés era un jugador espectacular y me encantaba, era una maravilla verle jugar, pero desde que se fue al Valencia y volvió, entre lesiones y que no sé muy bien cómo tiene la cabeza de amueblada, no termina de ser el tipo que yo creo que podría marcar las diferencias en Segunda División. También se nota la necesidad que ha llevado a hacer un equipo totalmente nuevo porque del año pasado no servía ni el que cortaba las entradas, porque fue todo un desastre y había que cortarlo de raíz. Ha hecho una plantilla nueva, prácticamente de cero, y eso es muy difícil de conjuntar. Contra el Sporting vimos la diferencia, ellos tienen a Borja Jiménez, que hace funcionar a sus equipos enseguida, y nosotros tenemos a un entrenador que ha venido de Uruguay y que todavía se está haciendo a la categoría. ¿Cuándo hemos triunfado nosotros aquí? Cuando hemos tenido en el banquillo a Mendilibar, Djukic, Sergio González, Pacheta... Entrenadores que conocen el paño. En cuanto a la confección del equipo, patina alguna cosa, pero no sé si lo podrán arreglar.

Djukic me pareció un tipo con muchísima personalidad y carisma. Ya me gustaba como jugador y luego le estamos muy agradecidos por lo que hizo aquí

¿Cómo ve el partido del domingo?

Muy complicado porque tenéis a una joya, de estos que deciden partidos por sí solos y que ha decidido quedarse para echar una mano. Creo que el Deportivo llevaba mucho tiempo esperando la oportunidad de dar este salto y decir, venga, que ya estamos ahí, ya lo estamos oliendo y ahora por fin vamos a Primera. Han sido años muy duros, de mucha frustración. Este es el veneno del deporte, que bajar es muy fácil y subir es muy difícil, y está todo el mundo muy volcado en conseguir lo que durante tantos años se ha añorado. Y cada partido en Riazor va a ser una trampa para cualquiera. Me atrevo a decir que ojito con la Copa del Rey, porque yo que conozco Riazor de los buenos tiempos tengo esa imagen. Igual me equivoco, pero es que el ambientazo es tanto como entonces o más y le va a costar muchísimo a todos los que pasen por allí.

Ahora que habla de Yeremay, aún no ha alcanzado el rendimiento del pasado curso. ¿Cómo se le ve desde fuera de A Coruña?

Desde aquí se ve que es de esos jugadores que puede tener un peor día o un peor arranque, que es normal cuando saltas a otra categoría y todo el mundo espera tanto de ti, que hace falta un tiempo para adaptarse un poco, pero es de esos jugadores que tienen talento y el talento en Segunda decide muchos partidos porque es algo que no sobra. Los errores se pagan y si vienen acompañados de que en el equipo contrario hay alguien con calidad, se pagan porque las diferencias son muy pequeñas. Es que el Valladolid, antes de empezar la décima jornada, estaba cuarto y, sin embargo, la sensación que tenemos aquí es de que no carbura. Pierdes un partido y enseguida te pones en mitad de la tabla. Hay mucha igualdad, aunque es verdad que el nivel medio de la Segunda División, para mí, ha bajado, porque también ha bajado el de Primera, porque en cuanto un chaval asoma la cabeza, se va a Inglaterra o a Alemania. Un jugador como Yeremay va a terminar marcando muchas diferencias y es una baza que tiene el Deportivo a favor.