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Dépor

Gragera, no puedo vivir sin ti

El mediocentro regresó a la lista en Málaga y accedió al puesto de titular. Ha jugado siempre de inicio cuando ha estado disponible

Gragera, buscando un pase en el Málaga-Deportivo
Gragera, buscando un pase en el Málaga-Deportivo
Fernando Fernández

Enchufar y usar. O, en inglés, ‘plug and play’. El término se entiende en el mundo de los deportes colectivos para  definir a esos atletas con capacidad para rendir en cuanto están disponibles. Prácticamente da igual el tiempo que hayan estado fuera de la dinámica de equipo que, en el momento en el que pueden volver a jugar, el entrenador los pone. Probablemente no se trate de un capricho del técnico, sino de una cuestión de confianza sustentada en el empirismo: cuando sale, rinde. No hay otro como él. Aporta una fiabilidad que cualquiera querría disponer de ella.

Algo parecido a esto debe de pensar Antonio Hidalgo con José Gragera. Porque el preparador catalán volvió a demostrar en Málaga que, si Gragera está, Gragera juega. El centrocampista asturiano regresó a la lista de convocados después de casi seis semanas sin poder estar disponible para el equipo. Pero su vuelta a la citación llegó sin el compás de la prudencia asociado. El pivote volvía a contar para Hidalgo y el técnico no se lo pensó: de la enfermería y el readaptador, al once.

De este modo, el canterano del Sporting saltó al césped en un partido oficial 41 días después de su última presencia. Esa aparición fue en aquella primera parte de Leganés tras la que José, junto a Arnau Comas y a Zakaria Eddahchouri, se quedó en la caseta. El punto estaba en que la sustitución del mediocentro llevaba asociada una lesión en el bíceps femoral izquierdo, que le mantuvo apartado del equipo durante cinco jornadas.

En ese tramo, el Dépor logró ponerse líder y no echó demasiado de menos al gijonés, a pesar de que era el único pivote posicional puro con José Ángel todavía en capilla tras su operación de pubalgia. El abanico era menor para el staff del Deportivo, pero el binomio compuesto por Diego Villares y Mario Soriano, con aportaciones puntuales de Charlie Patiño, palió relativamente la situación.

Sin embargo, en La Rosaleda, las ausencias de Ximo Navarro, Lucas Noubi y David Mella, unidas a la vuelta a la disponibilidad de Gragera condujo a que Hidalgo apostase, en la primera ocasión que tuvo, por devolverle el puesto a su ‘6’.

La idea no tuvo buen final. Porque al mediocentro se le notó fuera de forma, todavía lejos del ritmo competitivo que demanda la competición y que el Málaga se empeñó incluso en elevar. 

Como evidente atenuante actuó el factor colectivo. El Deportivo no presionó bien y obligó a que Gragera tuviese que abarcar mucho campo. Demasiado incluso para cualquier centrocampista en plena disposición. No ayudó el equipo a José, que acabó siendo sustituido en el minuto 67. Curiosamente, más tarde que Villares, su compañero en un doble pivote que había funcionado bien en las pocas jornadas en las que pudo empastar.

Buscaba Hidalgo en el descanso dotar de más capacidad para la dirección su sala de máquinas ganando a la vez amenaza ofensiva. Y quizá por eso la apuesta fue por mantener a Gragera y acompañarlo de Soriano. Finalmente, el temprano 3-0 nada más arrancar el segundo acto y el menguante físico del asturiano acabaron por conducirle al banquillo ya superada esa hora de juego.

Como en la pretemporada

Así, Antonio Hidalgo repitió en Málaga el modus operandi de la pretemporada. Porque durante el período de preparación, el entrenador del Deportivo comenzó a contar con Gragera prácticamente nada más cruzar la puerta de aquel de concentración en Inglaterra

El mediocentro fue anunciado como incorporación en forma de cesión el 30 de julio, día en el que el equipo se enfrentaba al Watford. Aquel encuentro lo siguió desde la tribuna del Vicarage Road. Tres días después, ya estaba debutando contra el Middlesbrough, en el césped del Riverside Stadium… como titular.

Y es que desde su alta, Hidalgo ha confiado en José Gragera de inicio en todos los partidos. Daba igual si era amistoso u oficial. El mediocentro de confianza de Hidalgo se llamaba Gragera.

No sorprende la fe fundada en un futbolista internacional sub-21, que adquirió un enorme peso en el Sporting siendo un crío y que fue fundamental en el ascenso a Primera del Espanyol después de que el conjunto perico pagase cerca de tres millones por el asturiano unos meses antes. Sin Jurado, el Deportivo no tiene a otro futbolistas con las imprescindibles condiciones de José. 

Sí llama la atención, no obstante, ese elevado volumen de participación teniendo en cuenta que el de Gijón llegó a la escuadra blanquiazul después de nueve meses sin jugar un partido por una lesión artrósica en el dedo de un pie que se complicó más de la cuenta.

El último día de José vestido de corto en un partido había sido el 19 de octubre de 2024, en San Mamés. El siguiente, el 3 de julio contra el Middlesbrough, al que le siguió otra participación desde el once inicial frente al Oviedo y una última contra Le Havre, en el Teresa Herrera. En total, 170 minutos en una semana, justo antes del debut liguero que disputó entero en Granada. Como tampoco fue sustituido ocho días después frente al Burgos, en casa. Aunque seguro que el Deportivo tenía las cargas controladas, el futbolista pagó el esforzado retorno después.

Es evidente que Antonio Hidalgo no puede vivir sin Gragera, a quien dio galones de capitán general desde su llegada. Por fortuna para el técnico y para el Dépor, el asturiano está de vuelta. Ya sea como titular o como suplente, para dotar de recursos desde el banquillo al colectivo.