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Dépor

El Dépor mantiene el peligro aunque el juego se apague

A pesar de la dura derrota en Málaga, el Deportivo sigue generando ocasiones claras y situaciones de gol de forma constante

Stoichkov encara a Alfonso Herrero durante el Málaga-Dépor
Stoichkov encara a Alfonso Herrero durante el Málaga-Dépor
Fernando Fernandez

"Es un poco surrealista que no hayamos marcado". La frase de Antonio Hidalgo tras la clara derrota del Deportivo en La Rosaleda (3-0) resumió el desconcierto del técnico. Fue la primera derrota de la temporada y la que dejó la sensación más amarga en un Dépor desbordado, que apenas pudo sostener el ritmo del Málaga y que transmitió la imagen de un bloque al que los rivales ya empiezan a encontrarle las costuras. El conjunto coruñés encadena el peor tramo del curso —dos puntos de los últimos nueve— y además ante el Málaga perdió el hilo del juego que había sostenido su buen inicio.

Y sin embargo, la frase de Hidalgo, dicha después del golpe más duro de lo que va de curso, es también una verdad rotunda. Este Dépor, incluso cuando se muestra más impreciso o desconectado, continúa generando peligro. Las ocasiones siguen apareciendo con una regularidad que contrasta con la irregularidad mostrada en La Rosaleda. Ante el Málaga, el marcador reflejó un 3-0 contundente, pero el partido dejó varios momentos en los que el Deportivo rozó el gol. El resultado final, al menos el casillero del equipo blanquiazul, no hizo justicia a la cantidad ni a la calidad de las oportunidades que tuvo.

"Tuvimos ocasiones suficientes como para poder hacer gol. Alfonso (Herrero) ha hecho un gran partido", explicó Hidalgo al término del encuentro. El técnico no hizo el repaso de cada una de las acciones, pero fueron abundantes. Eddahchouri se topó con el portero en un mano a mano y vio anulado un gol por un contacto con el codo en la cara de Murillo. Mario Soriano estrelló un disparo en el larguero y obligó al guardameta malaguista a otra gran intervención. Mulattieri falló un remate claro con la zurda tras una buena conducción. A Stoichov se le hizo de noche en una contra ante Alfonso Herrero. Y Gragera estuvo cerca de marcar de cabeza en una acción a balón parado, otra vía por la que el Dépor logró acercarse al área rival.

En total, tres ocasiones claras según SofaScore, diez disparos, cuatro tiros entre los tres palos y cuatro paradas del portero rival. Un balance que confirma la sensación de que, incluso en su peor versión, el equipo no pierde la capacidad de amenazar. Mientras el control del juego se desmoronaba, el ataque seguía encontrando formas de hacer daño.

Zakaria Eddahchouri pugna con Rafa Rodríguez en el Málaga-Dépor
Zakaria Eddahchouri pugna con Rafa Rodríguez en el Málaga-Dépor
Fernando Fernández

No fue un caso aislado. La producción ofensiva del Deportivo ha sido una constante en este arranque de temporada, más allá de los altibajos en el juego. En los días buenos, los números se disparan, como en Granada (1-3), ante el Huesca (4-0) o frente al Mirandés (1-5). En los días grises o menos buenos, la amenaza sigue ahí, aunque el acierto se apague, como ocurrió ante el Burgos (0-0) o el Sporting (1-0).

El equipo de Hidalgo tiene esa virtud. Incluso cuando no carbura, encuentra caminos hacia el área contraria. El mínimo de disparos del Dépor en un partido esta temporada es nueve, registrado en Ipurua (1-1) frente al Eibar. Fue un encuentro de resistencia, en el que pasó casi toda la segunda mitad encerrado en su campo. Y aun así, logró nueve tiros, tres de ellos a portería. De hecho, la ocasión más clara, la de Yeremay con la portería vacía tras superar a Magunagoitia, acabó inexplicablemente fuera.

Las cifras respaldan la impresión que dejó el ataque del Dépor en La Rosaleda y en lo que va de curso. Según datos de WyScout, el Deportivo es el segundo equipo de Segunda División que más remata, con 114 disparos totales (11,65 por partido). Su volumen ofensivo se traduce en constancia, ya que jornada tras jornada, genera un flujo estable de llegadas. Y aunque no siempre convierte esa producción en goles, la frecuencia de sus intentos habla de un equipo con vocación y talento ofensivo. Además, el 43 % de sus tiros van a portería, lo que equivale a 5,45 por encuentro, una cifra que lo coloca como el cuarto equipo del campeonato en ese apartado. Es decir, no solo remata mucho, sino que lo hace con cierta puntería.

Aún más revelador es su rendimiento en goles esperados (xG). Con 14,96 xG en total y una media de 1,66 por partido, ocupa el quinto puesto de Segunda en esta métrica avanzada, que estima cuántos goles ‘debería’ haber marcado un equipo según la calidad de sus ocasiones. Además, su ratio de 0,131 de goles esperados por remate, sexto de la categoría, refuerza la idea de que sus oportunidades son acciones con opciones reales de gol.

A pesar de esa capacidad de llegada, el equipo de Hidalgo no es de los que monopolizan la posesión. Su media es del 50,6%, situada en la mitad de la tabla (12º). Es un Dépor que puede dominar con balón, pero también morder en transiciones o a balón parado. Algo que sucedió en Málaga, donde el equipo se vio superado en muchas facetas del juego y aun así pudo marcar en varias ocasiones.

Nombres propios

Dentro de esa producción colectiva destacan dos nombres propios. Yeremay Hernández es, según Opta, el jugador con más disparos a puerta de toda la Segunda División (12), empatado con Embarba, atacante del Almería. Además, es el octavo en tiros totales (25), un reflejo de su papel protagonista en este Dépor. Su desequilibrio y atrevimiento lo convierten en la principal fuente de peligro del equipo. Yeremay es indiscutible y asume un gran volumen de juego, así que en cierta manera es normal que se encuentre en lo más alto de estos apartados.

Por otro lado, Zakaria Eddahchouri encarna otro tipo de peligro para el rival. No siempre parte como titular, pero amenaza cada vez que pisa el área y sus alrededores. Es el decimocuarto jugador de la Liga en disparos a puerta (10) y el vigésimo en tiros totales (18), números que explican su instinto. Es un delantero que tiene la portería entre ceja y ceja y sus cinco goles hasta la fecha lo confirman.

Por detrás aparece Samuele Mulattieri, que llegó con la temporada ya en marcha, pero no ha tardado en dejar huella en el volumen ofensivo. Acumula 17 tiros y se sitúa 26º en la clasificación general de rematadores. Desde su estreno con gol en Butarque, no ha vuelto a marcar, aunque ha destacado en otras facetas. Su acierto aún no acompaña, pero también cuenta con capacidad para generar situaciones de remate.

Las sensaciones en el vestuario tras la derrota en Málaga coincidieron con el análisis de los números. Sergio Escudero fue directo: "Fue un partido malo. No hemos metido las que hemos tenido, ellos sí". Dani Barcia apuntó en la misma dirección. "Nos faltó efectividad. La primera parte tuvimos tres muy claras, pero la fiabilidad la tuvieron ellos, nosotros no. Hay que mejorar en eso". Dos frases que resumen el sentir general. Que el Deportivo no se quedó sin gol por falta de intentos, sino por falta de puntería.

El reto, a partir de ahora, pasa por transformar esa amenaza constante en resultados, como había hecho el Deportivo hasta no hace mucho. Hidalgo ha conseguido que el equipo llegue y finalice con regularidad, incluso cuando el juego se enreda. Si el Deportivo mantiene su volumen ofensivo y afina la finalización, la derrota de Málaga se recordará solo como un accidente. Porque, pese a los altibajos, este Dépor tiene una virtud de serie debido al talento de sus jugadores: la sensación de peligro.