Al Dépor ya le encuentran las fisuras: casi 40 remates en las últimas dos salidas
El equipo ha sufrido a nivel defensivo ante Eibar y Málaga, que supieron cómo hacer daño al cuadro de Hidalgo

Antonio Hidalgo siempre ha ido de la mano de la solidez. Desde su llegada al Deportivo, el técnico catalán ha tratado de vincular el éxito final a la capacidad para conceder lo menos posible al contrario. La fórmula de la rocosidad le funcionó en Huesca y sabe el preparador catalán que, con el talento ofensivo que maneja en el Dépor, alcanzar un alto nivel sin balón acercaría mucho a su equipo a la regularidad, sinónimo de triunfo.
“A mis jugadores les digo que sin balón debemos ser sólidos, conceder poco y eso nos va a hacer estar siempre en los partidos. En esa cercanía del resultado, siempre vamos a tener posibilidades porque el talento que tenemos arriba lo sostiene”, exponía Hidalgo precisamente tras el partido ante el Huesca de la sexta jornada, en la que su equipo había logrado su segunda goleada consecutiva, se afianzaba como líder y encadenaba su tercer partido seguido en Riazor sin encajar. Nadie era capaz de hacer cosquillas al Deportivo en su casa, que únicamente había emborronado su impoluta hoja de servicios defensiva con una mala actuación en Leganés.
Aquella de Butarque era la tercera fecha y de aquel duelo -que finalmente el Dépor fue capaz de igualar- tomó nota Hidalgo. Cambios en la retaguardia para convertir a su equipo en un conjunto más afilado, capaz de empujar hacia arriba, de atrás hacia delante con una línea defensiva a la que no le daba vértigo friccionar a 60 metros de su portería.
Pola natureza dos futbolistas que temos, pode que nos guste máis ir cara adiante, ser máis agresivos"
“Quizais do que viñamos facendo en Huesca (con Hidalgo) cando o equipo se sentía máis cómodo en bloque baixo, aquí pola natureza dos futbolistas que temos pode que nos guste máis ir cara adiante, ser máis agresivos. Hai que atopar ese equilibrio, porque evidentemente sabemos que temos un nivel de talento na parte de arriba incrible, que iso nos vai dar a posibilidade de elevar o noso teito de maneira tremenda”, apuntaba hace una semana en una entrevista en DXT Campeón Miguel Loureiro, al que el verde ha transformado en líder natural de la zaga blanquiazul por ascendencia, condiciones físico-técnicas e interpretación del juego.
Sin embargo, algo ha empezado a cambiar. En las últimas salidas, los contrarios han empezado a encontrarle las fisuras al Deportivo. Ese equipo asociado a la solidez ya no es granítico. Primero Eibar y después Málaga. Ambos conjuntos supieron hacerle daño al bloque de Hidalgo.
El primero, desde las modificaciones de pizarra en la segunda mitad para castigar el despoblado centro del campo deportivista a partir de constantes superioridades numéricas y hundirle en una dinámica de juego que acabó en bombardeo. El segundo, desde la habilidad para generar el caos y poder correr casi de manera constante, alargando hasta el extremo al conjunto herculino y moviendo sus marcas individuales.
¿El resumen? Casi una cuarentena de remates concedidos en las dos últimas salidas. En concreto, 38. Porque a los 15 que logró fabricar el Málaga el pasado domingo en La Rosaleda le precedieron, según Opta, los 23 que produjo el Eibar en Ipurua hace dos semanas y media, una cifra que no concedía el conjunto deportivista desde los tiempos de Clarence Seedorf como entrenador.
Semejante volumen de chuts sobre portería propia se tradujo en cuatro goles en contra, casi la mitad de los nueve que el equipo ha encajado en total. La cifra es coherente, pues según la claridad de las ocasiones del equipo malagueño y del eibarrés, el Deportivo acumuló un total de 3,14 goles esperados en contra (expected goals against o xGA) en base al modelo de Opta.
Entre medias, el Almería remató al Deportivo diez veces en Riazor. Ni Burgos, ni Sporting, ni Huesca lo habían hecho tanto, aunque los tres anteriores huéspedes acudieron a A Coruña con un plan más centrado en protegerse que en atacar. Sin embargo, la cifra indálica es más que asumible, sobre todo teniendo en cuenta que en la segunda mitad, el equipo de Rubi acumuló un 62% de posesión.
Hacia abajo
De esta manera, la escuadra coruñesa ha pasado de ser uno de los líderes de la categoría en registros defensivos a convertirse en un equipo más en esta faceta. Su número de porterías a cero se ha quedado en tres, después haber encajado precisamente en los últimos tres encuentros de manera consecutiva. Además, el equipo blanquiazul todavía no ha sido capaz de dejar su puerta virgen en una salida. Incluso en notables encuentros como los que concretó en Granada o Vitoria, contra el Mirandés, encajó.
Además, esta productividad de los rivales ha hecho que el equipo deportivista haya descendido hasta el decimosexto puesto de la liga en la clasificación de remates concedidos. Según Wyscout, a Germán Parreño le han rematado 104 ocasiones a lo largo de estas nueve jornadas. Es decir, una media de 10,62 por encuentro. 15 equipos de la categoría manejan mejores registros que el del Dépor en esta faceta. El registro crece significativamente si se tienen en cuenta solo los partidos lejos de Riazor, en los que el Deportivo recibe 15,6 chuts de media. El debe está fuera de casa.
Sin embargo, más no es sinónimo de mejor. Porque si bien es cierto que el bloque deportivista ha concedido muchas acciones de remate -sobre todo a domicilio-, también lo es que esas situaciones de gol no son claras.
Así lo demuestran los 9,85 goles esperados en contra (xGA) que el equipo acumula en estas nueve jornadas y que, cruzados con el dato de los remates, arrojan un valor de 0,095 xGA por chut. Es decir, de media, cada ocasión del rival tiene una probabilidad del 9,5% de acabar en gol. Solo cinco equipos (Burgos, Las Palmas, Eibar, Sporting y Real B) manejan un promedio mejor.
Clave para entender esto es el hecho de que el Dépor es, también, el sexto mejor equipo en cuanto a permisividad a la hora de que los rivales accedan a su área. El equipo entrenado por Hidalgo permite a los contrarios únicamente 14,33 toques en el área de Parreño. Las Palmas (10,11), Castellón (12), Valladolid (12,44), Huesca (12,67) y Burgos (13,33) le mejoran en esta faceta. El resto, no.
Es decir, concesiones sí. Pero las justas. El Dépor ha perdido parte de la solidez que le caracterizaba en las seis primeras fechas de competición y los rivales le han encontrado, sobre todo a domicilio, una vuelta de tuerca para desordenar su entramado defensivo. Eso es evidente. Pero los regresos de Mella o Noubi y la puesta a punto de Gragera y José Ángel abren nuevos caminos para evolucionar y recuperar la solvencia que, desde el vestuario, detectan como factor clave para alcanzar el éxito. Santander es la siguiente prueba. Quizá no es el rival más adecuado para reponerse. Pero una redención, si es compleja, vale por dos.

