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Dépor

El balón parado ya le sale a deber al Deportivo

Encajó su segunda diana de córner ante el Almería y la falta de rematadores condiciona la pizarra ofensiva

La acción del 0-1 del Almería al Deportivo
La acción del 0-1 del Almería al Deportivo
Quintana

Antonio Hidalgo llegó al Deportivo con un amplio bagaje de virtudes en su currículum. El técnico catalán no solo había sido sinónimo de garantía de resultados en prácticamente todas las etapas de su corta carrera en los banquillos, sino que detrás de la consecución de los buenos números sobresalían argumentos como la solidez defensiva y la enorme productividad a balón parado.

Después de un periplo en el Sevilla Atlético marcado por una capacidad para sacar a relucir y hacer evolucionar el talento del conjunto filial desde un juego más combinativo —aunque con una esencia vertical—, el ejercicio sin balón y la pizarra en acciones de pelota quieta fueron las señas de identidad con las que logró reflotar al Huesca. Primero, salvándolo cuando antes de su llegada apuntaba al descenso. Luego, en su primera y única temporada al completo en El Alcoraz, haciendo que pelease hasta el epílogo liguero por meterse en playoff de ascenso.

Esos credenciales ayudaron a que el Dépor se fijase en él y se convenciese de que Antonio, junto a su inseparable Ignasi Salafranca, era el hombre indicado para aspirar a dar un salto de nivel. Confiaba el club herculino en sus capacidades para exprimir el jugo de una plantilla que ha mejorado de manera notable este verano.

El fin era pelear el ascenso. Los medios, dotar a un equipo compuesto por alguna de las mejores individualidades ofensivas de la Liga Hypermotion de carácter competitivo. No solo es jugar con balón, sino también aprender a sufrir sin él y sacarle rédito a las jugadas a balón parado, un lunar blanquiazul el pasado curso que tuvo un impacto negativo sobre todo al principio de temporada.

En esas anda el Deportivo, que ha confirmado un inicio liguero que roza el sobresaliente. Único invicto y líder después de ocho jornadas a través de la matemática de la media inglesa (ganar en casa y empatar fuera o, lo que es lo mismo, cuatro puntos cada dos partidos), el cuadro blanquiazul ha dejado muchas más luces que sombras. Sin embargo, entre estas últimas se encuentra un balón parado que, lejos de ser una credencial, ya le sale a deber al conjunto herculino.

El déficit se confirmó el pasado sábado, cuando el Almería aprovechó el primero de sus dos únicos saques de esquina del partido para desnudar el marcaje mixto del Dépor, rematarle en el área pequeña y hacerle remar contracorriente en un encuentro que hasta entonces controlaba con cierta comodidad.

La jugada fue una concatenación de errores bien provocados por la pizarra de Rubi, que generó el espacio preciso entre las asignaciones zonales de Luismi Cruz y Mulattieri, en el primer palo, y Miguel Loureiro, encargado el epicentro del área pequeña. 

Baptistao, emparejado con Patiño, se llevó al inglés y arrastró al andaluz y al italiano para generar el hueco a Bonini. El italiano, un experto en esas lides, se desembarazó de Barcia y anticipó tanto a Miguel Loureiro como a Germán Parreño, lentos a la hora de reaccionar, para cazar el gran envío de Melamed.

Ha sido una jugada muy rápida, que al final es más acierto del lanzador y del que se desprende de la marca y ataca el primer palo, nosotros nos desajustamos en algunos sitios, yo también. Es una zona difícil de defender y ellos lo hacen bien, tienen mérito, calidad y sabíamos lo que venía”, apuntó al término del partido el propio Parreño.

Leganés, el primero

Así, esta diana supuso la segunda surgida en pelota quieta dentro del historial del Dépor en cuanto a tantos recibidos en acciones de balón parado (ABP). La primera llegó en Leganés, aunque facilitada por una falta de contundencia mucho más evidente, pues el gol de Duk —el 0-2 en aquel momento— no fue, ni de lejos, un remate directo. El caboverdiano embocó a gol después de una enrevesada jugada en la que el Deportivo no terminó de repeler el peligro.

Primero, Loureiro ejecutó un despeje que, desequilibrado, se convirtió en una prolongación al segundo palo. Allí apareció De la Fuente para volver a poner el balón de cabeza, Escudero para rechazar sin conectar bien y conceder una tercera oportunidad al punta vallisoletano, que desde el suelo la ganó para Duk. El extremo remató y tras tocar el balón en Escudero, volvió a ganar la pelota dividida al lateral y a Villares para, esta vez sí, fusilar a Parreño.

De este modo, el cuadro herculino ya cuenta con un par de tantos recibidos desde envíos de esquina y ve cómo, dentro de su solvente capacidad defensiva, el balón parado le empieza a restar. Porque ese tipo de acciones suponen ya el 33% del origen de sus goles en contra

El Dépor iguala la cifra total y parcial del Cádiz, que también ha encajado seis dianas y también un tercio han llegado en ABP. Mientras, Leganés, Zaragoza, Málaga, Granada y Almería han concedido los mismos tantos que deportivistas y amarillos, aunque el porcentaje con respecto al total de encajados es menor para ellos. Por su parte, Real Sociedad B, Albacete y Cultural Leonesa, con tres, son los equipos que más frágiles en esta suerte.

Poco premio ofensivo

Si se puede decir que el balón parado defensivo ha empezado a dejar a deber es también porque a nivel ofensivo, el Deportivo no está encontrando la forma de concretar de manera tangible su estudio y trabajo de las faltas y córners a favor. 

El bloque coruñés ha logrado un gol a balón parado en estas ocho primeras jornadas. Fue en la cuarta fecha, contra el Sporting de Gijón. En aquellos minutos finales en Riazor, Dani Barcia se inventó una volea para mandar un balón suelto a la escuadra después de un envío al área de Mario Soriano desde el costado izquierdo que él mismo no acertó a rematar en primera instancia y su marcador tampoco logró despejar.

Aquella diana, ni siquiera gestada en una ABP de remate directo, fue la única que el equipo deportivista ha podido celebrar a partir de una acción de pizarra. Y eso que es el segundo máximo goleador de la categoría, con 17 tantos en su haber. 

Ambos datos provocan que el blanquiazul sea el equipo en el que las ABP —sin contar penaltis ni faltas directas— supongan un menor porcentaje en cuanto al origen de los tantos: solo el 6% de los goles del Deportivo han llegado a través de córners o faltas indirectas.

De este modo, el Dépor está lejos de las cifras del Racing, que ha materializado cuatro dianas de esta manera, o el Castellón y el Andorra, que le secundan con tres. Por el contrario, Albacete, Córdoba, Ceuta, Cultural y Zaragoza todavía no han estrenado su casillero de goles a balón parado.

Lo curioso en este sentido para el bloque de Hidalgo es que la productividad está reñida con el acierto. Porque centrándonos únicamente en los saques de esquina a favor, el Deportivo maneja uno de los mejores promedios de acciones finalizadas con remate. Según datos de Wyscout, el cuadro de Riazor ha ejecutado 26 córners, de los que ocho han acabado en remate. Es decir, un 30,7%. Las zonas de remate en las que el equipo coruñés ha logrado generar mayor peligro han sido el área grande —en torno al punto de penalti—y el área pequeña.

Solo el Racing ha logrado finalizar más saques de esquina que el Dépor, aunque para ello ha tenido que lanzar casi el doble. El conjunto de José Alberto ha producido 49 córners, de los que ha podido culminar 15. O, lo que viene siendo lo mismo, un 30,6%.

Por lo tanto, el Deportivo lidera en cuanto a porcentaje de córners rematados y, pese a haber producido bastantes saques de esquina menos que la media (34,5), es el segundo en cuanto a finalizaciones y también en lo relativo a goles esperados (xG). Es decir, sus situaciones de remate han sido relativamente claras, pues suman un total de 1,03 xG.

Pizarra y lanzadores, pero no rematadores

Los datos, por lo tanto, confirman que lo que está fallando principalmente en el Deportivo es el acierto. El conjunto blanquiazul cuenta con lanzadores de la talla de Luismi Cruz o Escudero, dignos herederos de la maestría con la zurda de Lucas Pérez. 

Sin embargo, carece de rematadores consagrados. No lo es Barcia, autor del único tanto del equipo, ni tampoco lo son Mulattieri o Zaka, los futbolistas más altos de un equipo de no demasiada talla y en el que José Gragera, Arnau Comas o Lucas Noubi no han tenido continuidad.

Ni siquiera por la altura destaca Miguel Loureiro, el mejor futbolista en estas lides y principal . El cercedense explotó su faceta goleadora en el Huesca gracias a la pizarra de Hidalgo, Salafranca y Adrián Sipán. De ellos, el tercero continúa en El Alcoraz y fue clave para que el equipo altoaragonés sumase una agónica victoria ante el Eibar.

De hecho, tras aquel encuentro, el propio Sergi Guilló, técnico principal del equipo oscense, reconoció que el pasado curso él y su cuerpo técnico del Mérida se habían fijado en el Huesca de Hidalgo, Salafranca y Sipán para sacar más rédito a la pelota quieta. "Todo el mérito es suyo", recalcó Guilló después de aquel duelo para ensalzar al que continúa como responsable de la pelota parada.  Esa que dio al conjunto azulgrana casi la mitad de sus goles —once de córner— y permitió al Huesca soñar por todo. Ahora, el Dépor busca que el balón parado, al menos, no le salga a deber.