El Dépor gana otra brújula: José Ángel asoma de nuevo
El mediocentro andaluz vuelve a tener minutos cinco meses después

No es fácil encontrar el rumbo sin brújula. Y más, cuando la ausencia de compás se alarga durante cinco meses. Pero la espera ha terminado. José Ángel Jurado está de vuelta para el Deportivo, que agradecerá tener de nuevo a un nuevo intérprete en su mapa de juego.
El centrocampista andaluz disfrutó ante el Almería de su estreno este curso 2025-26. Fueron apenas 60 segundos del tiempo reglamentario y el añadido de la segunda mitad. Tan suficiente como especial. Porque supusieron sus primeros minutos en un partido de fútbol desde aquella ya lejana noche del 4 de mayo, cuando el Dépor derrotó al Albacete por un contundente 5-2 y el recién ascendido pudo agarrar, ya oficialmente, la permanencia en Segunda División.
Con el billete de plata asegurado, fue momento de decir basta. Jurado, que había ido conjugando su disponibilidad con los problemas de pubalgia durante todo el curso, decidió parar.
Hacía mucho que el mediocentro no lograba entrenar con la normalidad de la que sí disfrutaban el resto de sus compañeros. Trabajaba como podía en el día a día, a su ritmo. A duras penas. Casi más en la camilla y en el gimnasio que en el césped.
El objetivo era llegar al encuentro del fin de semana y no dejar al equipo sin el faro que alumbró parte de su despegue a partir de enero, cuando se hizo con la manija de la sala de máquinas y empezó a ser el prólogo de las historias narradas por Mario Soriano y Yeremay Hernández.
Pero con la salvación ya en el bolsillo, no tenía sentido seguir alargando la agonía. Descanso para no sobrecargar más una zona a la que las demandas del fútbol exigen mucho y valoración fría del problema. ¿Tratamiento conservador o quirófano? Con tiempo por delante para recuperarse, mejor la opción más agresiva pero, a la vez, más contundente.
El reinicio
Así, el pasado 21 de mayo, José Ángel pasaba por el bisturí en el País Vasco. Iniciaba entonces su proceso de recuperación, que le llevó a empezar a trabajar al margen de sus compañeros en pretemporada. Era lógico. No había que precipitarse. Se lo decían los médicos y se lo pedía Antonio Hidalgo, que reconoció en más de una ocasión que sabía lo que era pasar por ese tipo de lesión y lo complejo que era volver.
De este modo, José se reincorporó al grupo justo a tiempo para viajar al Reino Unido. Fue un paso adelante que acabó derivando en dos hacia atrás. Porque el 14 de agosto, a escasos días de que el Deportivo iniciase la temporada en Granada, el club hacía oficial un parte médico en el que informaba que Jurado llevaba varios días apartado de la dinámica del grupo, entrenando de manera individual, por una lesión en el muslo.
Su regreso a las exigencias competitivas había derivado en un nuevo problema de fibras que pospuso su retorno varias semanas más. Tanto que no fue hasta la octava jornada de liga cuando pudo volver a figurar en una lista de convocados. Eso sí, fue regresar y entrar. Porque a los 89 minutos, Antonio Hidalgo decidió que no podía seguir exigiendo a un mermadísimo Diego Villares. En el banquillo figuraba Rubén López, pero el técnico catalán prefirió apostar por el poso de Jurado. No se equivocó.

“(José) llevaba mucho tiempo fuera. Vamos cumpliendo años y cuando estás tanto tiempo fuera, cuesta más. Sabíamos que iba a estar para cinco o diez minutos y estoy muy contento con el partido que ha hecho. Tenemos un efectivo más”, explicaba el preparador al término del encuentro.
Quiso ser prudente Hidalgo a la hora de reincorporar a Jurado, al que ha debido de echar de menos sobre todo desde la lesión de José Gragera. Porque el asturiano llegó no solo para dotar de competencia ese puesto de pivote por delante de la defensa, sino para sustituir en este inicio liguero al ‘20’. Para que el Deportivo ganase tiempo. Pero después de nueve meses fuera y mucha carga desde su llegada a principios de agosto, su cuerpo dijo basta en forma, también, de lesión muscular.
Sin uno ni otro, Hidalgo tuvo que improvisar. Villares como ancla y Mario como conductor. Siempre la disponibilidad del capitán y del ‘21’ como solución. Aunque sea de emergencia.
Ahora, poco a poco, uno y otro aspiran a dejar el relevo en la base a otra de las brújulas blanquiazules, que en su escasa participación ante el Almería ya demostró que el criterio de su cerebro y la mirilla de su pie izquierdo de seda no entienden de inactividad. Cuatro de cuatro en pases, dos de ellos largos que acabaron en el pie del compañero. José Ángel está de vuelta y el Deportivo lo celebra.

