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Dépor 1-1 Almería

...y Yeremay frotó de nuevo la lámpara

El canario, negado de cara a puerta en las primeras siete jornadas, marcó el mejor gol de la temporada para colocar el Deportivo 1-1 Almería

Yeremay Hernández, celebrando el empate del Deportivo ante el Almería
Yeremay Hernández, celebrando el empate del Deportivo ante el Almería
Javier Alborés

Yeremay Hernández vive empeñado en ir contra la lógica. El futbolista canario se estaba acostumbrando a acumular errores de cara a puerta en este inicio de liga, en un constante desacierto que, como daño colateral, apagaba también su fútbol. 

Tan solo su precisión desde el punto de penalti le permitía maquillar esa falta de puntería, tan evidente en lo visual como impactante en los datos. Porque ningún otro futbolista de la Liga Hypermotion acumulaba, hasta el comienzo de esta octava jornada, los -casi- cuatro goles esperados (3,9, según Opta) en 22 remates que había producido el ‘10’ del Dépor a raíz de la calidad de sus ocasiones. Y nadie figuraba con un balance tan negativo entre esa probabilidad de gol y sus tantos reales.

‘Yere’ marcó dos, ambos desde los once metros. Pero de haber estado mínimamente atinado, ‘debería’ llevar, al menos, un póker.

Hernández, siempre tan generador de ventajas en el juego, había dado también un paso adelante en cuanto a cifras el pasado curso. Precisamente esa explosión de su impacto de cara a puerta le había hecho alcanzar el siguiente nivel. Y, con él, confirmar el interés de los mejores de Europa en él. Pero en esta campaña, Hernández vivía peleado con el gol.

Tras un nuevo verano convulso, en el que ni siquiera el temprano refuerzo de su importante vínculo con el Deportivo apagó los rumores de salida, el deportista ya gallego de adopción -como demostró el pasado martes en la presentación del ‘nuevo’ Abegondo- competía cargando con la mochila de las expectativas y los 35 millones de euros que el club ha rechazado por él. 

Quizá el chico sentía cierto síndrome del impostor. “Mejor no intentarlo demasiado, no vaya a ser que falle”. Normal: a cualquiera le daría vértigo saber que tu empresa te valora muy por encima de una millonada que otros -probablemente cualquiera que no fuese este Dépor- cogerían y echarían a correr. Sin mirar atrás.

Así, la temporada estaba yendo medio torcida en lo individual para el grancanario, que salía a deber cada vez que miraba al arco rival. Y esa factura la pagaba no solo el Deportivo como colectivo, sino también su fútbol. Más apagado por su nueva posición, una jaula de la que todavía no ha conseguido encontrar el cerrojo, pero también por el peso de la responsabilidad.

El desatino tuvo su culmen en Eibar. En Ipurua, el canterano marró una ocasión a puerta vacía con la que el Deportivo perdió el 0-2. Un resultado que quizá hubiese supuesto la sentencia en un encuentro del que, finalmente, volaron dos puntos. “En los primeros partidos he tenido muchas ocasiones y le he dado al palo. El otro día fallo una muy clara que no puedo fallar porque tengo capacidad para meterla”, reconocía el propio futbolista al término del partido contra el Almería, en el que, curiosamente, volvió a empeñarse a ir contra la lógica. Aunque en este caso, para inventarse un gol que no existía.

El míster me pide que juegue de segundo delantero. Estoy con él en que, si consigo adaptarme, puedo ser todavía mucho más determinante"Yeremay Hernández

De dilapidar ocasiones con el arco abierto, a transformar una probabilidad de gol del 2% -según la estadística avanzada- en el mejor tanto de su carrera y uno de los goles del curso en territorio nacional. Recibir abierto en el perfil izquierdo tras una buena maniobra de Zaka, acelerar, ir a por Chirino, driblarlo hacia dentro para mirar hacia portería y proyectar un misil tierra-aire directo al ángulo que forman el larguero y el poste izquierdo de la portería de Marathón.

“Fue un buen gol. La cogí en la banda, donde más me gusta coger el balón. Me meto hacia dentro y la pongo ahí. Hoy, por suerte, tocó el palo y fue para dentro. Estoy muy, muy contento”, explicaba Yeremay ante los medios, casi con más tono de alivio que de la alegría que decía poseer.

Pese a la belleza del tanto y la trascendencia para guardarse un punto y sacarle dos a un rival directo, la diana no pasará al primer escalón del podio dentro de su predilección de obras de arte propias. Ese espacio sigue reservado para su primer grito de gol con el equipo matriz, en aquel debut esplendoroso en La Condomina en un partido entre semana de diciembre del 2021 de Copa del Rey ante el UCAM: “Para mí es mi favorito. El de hoy fue un buen gol, pero me sigo quedando con aquel porque le tengo mucho cariño”.

Osadía sin premio

El ‘10’ del Deportivo se atrevió y su osadía tuvo premio. Ya sin margen para no intentarlo una vez Hidalgo le había devuelto a la banda para encontrar nuevas soluciones. Es en ese carril exterior donde todavía se siente más cómodo ‘Yere’, pese a que sabe que su nueva evolución pasa por el pasillo central. 

“El míster me pide que juegue por esa posición, de segundo delantero. Estoy con él en que, si consigo adaptarme, puedo ser todavía mucho más determinante. Es verdad que en las temporadas anteriores partía de banda y es mi posición más natural. Yo hago lo que me pide el míster y estoy con él. Si logro adaptarme a esta posición, voy a ser muy determinante. Todavía tengo que seguir trabajando en el día a día, entrenando fuerte y más. Pero poco a poco”, explicaba el líder blanquiazul.

Previamente a esas palabras, el del barrio del Polvorín había aprovechado su primera comparecencia pública para sincerarse y, con autocrítica, exigirse más. “Yo soy el primero que sabe que no he estado nada bien en estos primeros partidos. Todos los jugadores, y yo todavía más, pasan por momentos malos. No puedo estar bien siempre. Cada vez me voy encontrando mucho mejor”, expresaba el atacante, que aseguraba que incluso “estando mal” tiene “la capacidad de hacer gol”.

“Debo seguir ayudando al equipo y a mis compañeros. Ellos también me están ayudando mucho en estos partidos en los que no he estado tan bien. Estoy súper agradecido a ellos. El míster confía muchísimo en mí y tengo que seguir en esta línea porque puedo más y voy a dar más”, recalcó.

Para ello, deberá dejar atrás el vaivén de un nuevo verano movido, con su nombre sonando en Italia o Portugal con mucha fuerza. El canario lo digirió “tranquilo”, ya que dejó esas cuestiones a su “representante y al club”.

Ese fue su discurso oficial, aunque a través de su oda a Joaquín Sorribas, el psicólogo del club, deja entrever el enorme trabajo del terapeuta para ayudarle en la compleja gestión emocional de la situación: “Es una persona muy importante dentro del club. No solo me ayuda a mí, sino a todos. El otro día le dediqué el gol porque siempre está conmigo, apoyándome. Obviamente trabajo con él porque soy muy joven, me han pasado muchas cosas y tengo que tranquilizarme. Le tengo mucho cariño porque hablamos mucho de la vida en general”.

Probablemente esa asistencia psicológica le haya ayudado al '10' a superar el bache. Aunque seguro que no hay mejor antídoto a los males que el gol, muestra empírica para revitalizar la confianza. Y más si es un golazo. El Deportivo lo necesitaba y Yeremay encontró la lámpara para frotarla y regalarle a los suyos una genialidad de otro planeta.