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Dépor

La crónica | Adu Ares baja al Dépor a la tierra (1-1)

El equipo blanquiazul cedió un empate en el descuento en un partido en el que fue de más a menos.

Imagen del Eibar-Dépor de Ipurua |
Imagen del Eibar-Dépor de Ipurua |
FERNANDO FERNÁNDEZ

No pudo sumar el Deportivo su cuarta victoria consecutiva en Ipurua en un partido en el que fue de más a menos y terminó hundido por sus propios errores y el empuje de un Eibar (1-1) que nunca se rindió y acabó encontrando el premio ante la debilidad del equipo blanquiazul en la defensa de su área.

Se le presentaba a Antonio Hidalgo el primer dilema en varias semanas después de haber encontrado el clic que provocó los atropellos a Mirandés y Huesca. Sin David Mella, que probablemente siguió el partido sentado a la mesa para comer en Chile, el técnico apostó por lo más conocido. El elegido fue Stoichkov, un tanto por convencimiento y seguro que otro tanto también para intentar invocar esa tan temida en el fútbol ley del ex. Como ya sucediera la semana pasada, el reajuste de piezas no fue únicamente hombre por hombre, ya que el preparador blanquiazul dejó atrás su estructura de cinco defensas para girar hacia algo que se movía entre un rombo en el centro del campo y un 4-1-4-1 en el que la principal novedad fue la posición de Luismi Cruz, tirado a la banda izquierda.

Le está saliendo todo al técnico de Granollers, que vio cómo su equipo se ponía por delante al cuarto de hora gracias a un penalti forzado, claro, por Stoichkov. El andaluz quizá haya agotado ya la mayor parte de sus 50 mejores partidos, la mayoría de ellos en Ipurua, pero sigue teniendo el oficio de todo gran delantero. Desde luego, más que Cubero para meter la pierna en un balón que no era de nadie y transformarlo en un penalti para que Yeremay abriera el marcador.

Era pronto, pero lo cierto es que el Dépor ya había merecido antes ponerse por delante gracias a varias transiciones en las que se plantó con suma facilidad ante la meta de Magunagoitia. La primera cuando apenas se habían cumplido unos segundos de partido, en la que Mulattieri, después de su exhibición de hace siete días, evidenció que es un delantero humano. Fue precisamente la falta de inspiración del italiano en los últimos metros, también la de Yeremay, la que provocó que el partido no quedara sentenciado antes de que se terminara la primera parte. Porque el cuadro blanquiazul seguía castigando cada error del Eibar en estampida, pero acababa dándose de bruces contra su propia falta de claridad.

De hecho, acabó viniéndole bien el descanso al equipo coruñés, que dio la sensación de verlo tan sencillo que permitió al Eibar volver al partido. Los locales entendieron que los espacios estaban a los costados de Villares y empezaron a zarandear al de Vilalba, que no alcanzaba a llegar con la manguera a todos los fuegos. La cobertura deportivista aguantó y lo máximo que permitió fueron disparos lejanos, aunque alguno como el de Magunazelaia tras una rápida contra puso el miedo en el cuerpo a Germán.

Lucas apagadas

No cambió el escenario en la segunda parte, con el Eibar dispuesto a dar un paso adelante y el Dépor dejando en unos segundos el resumen perfecto de lo que estaba siendo su partido: sobresaliente de área a área, negado ante la portería rival. Ante la agresiva presión armera, Mario Soriano organizó y atrajo la atención de todos para que el equipo encontrara a Mulattieri en campo contrario. El italiano se revolvió con una excelente maniobra para habilitar a Stoichkov, que dejó a Yeremay solo delante del portero. Estaba cantado el segundo, pero el canario disparó al lateral de la red cuando la portería estaba vacía. En un suspiro, el balón estaba en la otra orilla para que Germán Parreño apareciera puntual a su parada salvadora de cada jornada. El Eibar se plantó en el área en tres pases y Adu Ares, que revolucionó el encuentro exigiendo al máximo a Ximo Navarro, buscó el palo más alejado de la portería para que el meta ilicitano se luciera.

Esa jugada le dio la vuelta completa al tablero. El Eibar se dio cuenta de que el Deportivo sangraba y decidió quemar las naves apostando por un juego más directo, una de las pocas flaquezas que el grupo de Hidalgo ha mostrado hasta el momento. El empuje local acabó empequeñeciendo al Dépor como no había pasado hasta el momento y el propio Hidalgo tuvo que deshacer sus propios cambios con el debut de Rubén López para contrarrestar el anterior de Charlie Patiño, al que el ritmo del encuentro le pasó por encima. También a Arnau Comas, que después de dos semanas en el ostracismo regresó por delante de Lucas Noubi para defender el área. El catalán había reducido su participación en las últimas semanas y dejó claro por qué. Blando en los duelos, sin confianza y cometiendo el error que dio paso al gol del empate. Uno de los tantos centros laterales del Eibar que Comas peinó más que despejar. Le llegó a Ares, que se alió con Loureiro para sorprender a Germán y colocar en el descuento un empate que tras los últimos 20 minutos, nadie puede decir que no sea justo.