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Dépor Femenino

La conexión se pierde en el centro del campo

El juego del Deportivo se encomienda a balones en largo hacia las delanteras mientras que Fran Alonso y las jugadoras demandan un estilo más combinativo

Henar controla el esférico ante Marina en el partido contra el Madrid CFF
Henar controla el esférico ante Marina en el partido contra el Madrid CFF
Germán Barreiros

El partido del pasado domingo frente al Atlético de Madrid dejó muchas lecturas posibles. El punto permite al Deportivo coger aire de cara al parón de selecciones de este fin de semana, sobre todo por conseguirlo ante un rival que no acostumbra a ceder. Más allá del resultado, el transcurso del encuentro ha permitido ver dos caras diferentes del cuadro blanquiazul, algo ya habitual en este arranque liguero. Esta vez, marcadas por la expulsión de Lauren Leal. Mientras el conjunto colchonero estuvo con once futbolistas, el Dépor volvió a mostrar una carencia: la conexión con el centro del campo.

El objetivo marcado para esta temporada no es solo el de entrar en el top 8 de la Liga F. También ha sido mencionada la meta de exponer sobre el verde un juego atractivo que, según Fran Alonso y algunas de las futbolistas que se sentaron ante los micrófonos de la sala de prensa de Abegondo, pasa por ser un equipo protagonista con el balón. Por lo pronto, el Deportivo está lejos de mandar con el esférico.

Queremos tener más la posesión, crear más ocasiones arriba y tener opciones en ataque más claras"Merle Barth, central del Deportivo

Para practicar ese estilo de juego más combinativo, todo pasa por el medio del campo. Es el nexo de unión entre la línea defensiva y la zona más adelantada. Y es ahí donde la escuadra blanquiazul se da de bruces partido tras partido. Fran Alonso tiene a su disposición a varias jugadoras que encuentran en el centro del campo su posición natural: Paula, Henar, Lucía o incluso Redru, del filial. Todas ellas de distinto corte.

Sin ir más lejos, la propia Lucía Martínez reclamó en la rueda de prensa del pasado miércoles que ese enlace se refuerce: “Tenemos que intentar jugar más con el centro del campo, girar más el balón”.

La mejor perfilada para practicar un fútbol de control es Paula, aunque Henar y Lucía dotan al equipo de mayor contención. Esté quien esté en el centro, la problemática es la misma. Sobre todo cuando el rival opta por una presión alta. La primera intención del equipo coruñés siempre suele ser sacar el balón jugado, sin embargo, ya es recurrente ver a Inês Pereira o a las centrales optar por buscar balones en largo para conectar con las tres de arriba.

Balones en largo

Es cierto que la calidad de Millene o Ainhoa les permite ser totalmente independientes y generar peligro por sí solas, pero la defensa rival también juega y como resultado de ello, son muchos los balones que acaban en manos del enemigo o en tierra de nadie.

Además, aunque las bombillas de la ‘10’ y la ‘14’ se iluminen y cacen uno de tantos balones en largo, el equipo termina roto y la distancia entre las mediocentros y las delanteras es tan amplia que aleja cualquier posibilidad ofensiva. Una línea defensiva bien ubicada que corte las opciones de las tres de arriba, provoca que un pase atrás se convierta en la única opción y con él, las blanquiazules retroceden unos metros que luego les cuesta un mundo volver a ganar.

La precipitación es uno de los principales contratiempos que impiden al Deportivo combinar. De hecho, las pocas veces que imperó la paciencia y no el atropello en el encuentro del pasado domingo, el equipo logró conectar con el centro del campo. Demostraron ser capaces de circular y avanzar hacia la meta rival. El control y la combinación es la fórmula para que el Deportivo gane metros con claridad. El riesgo es obvio, pero la recompensa acerca al Dépor al gol.

Con una más

Contra el Atlético de Madrid, el Deportivo fue capaz de practicar ese fútbol más combinativo. Eso sí, se dio desde que las rojiblancas se quedaron con una jugadora menos. Fran Alonso optó por dar entrada a Paula en lugar de Barth y acumular así una futbolista más en el centro del campo.

El cambio se tradujo en control. Y también en gol. Una diana que llegó merced a un caramelo de Paula para Millene que demuestra que hay futbolistas capacitadas para tener el balón.

El Deportivo ya ha dejado patente que una de sus mejores armas son los contragolpes, en su mayoría los comandados por Ainhoa. Y tener las dos opciones no hace más que abrir un abanico más amplio. La posibilidad de usar ambos escenarios significa ser impredecibles. O lo que es lo mismo, convertirse en un dolor de cabeza para cualquier entrenador rival.