
Paul Jorgensen: "Es verdad que en los momentos 'clutch' me siento cómodo"
El escolta de New Jersey es uno de los referentes ofensivos del equipo entrenado por Carles Marco
Paul Anders Jorgensen (1996) está llamado a ser una de las principales fuentes de anotación del Leyma Básquet Coruña. El escolta de New Jersey cumple su quinta temporada en España, una aventura que arrancó en 2019, de la mano del Palencia de... Carles Marco. Hace menos de cuatro meses acarició el ascenso con el Fuenlabrada. Cree que puede tener un hueco a la ACB, adonde espera devolver al equipo naranja.
¿Influyó Carles Marco en su fichaje por el Leyma?
Sí. Después de la Final Four con el Fuenla, no me llamó pero había rumores de que Carles iba a fichar por Coruña, y un par de semanas después me llamó, me contó el proyecto que tiene Coruña. Tenemos una relación de varios años y antes de fichar [por el Fuenlabrada] habló con su amigo Ferrán López [ex director deportivo del club madrileño] y me dijo que Fuenlabrada era un buen sitio para mí. Y cuando Coruña me hizo la oferta todo encajó perfectamente.
El Fuenlabrada estuvo a nada de ascender, a pesar de los muchos problemas que hubo. ¿Notaron los jugadores esa zozobra?
A ver, no quiero echarle la culpa a nadie... Cosas que pasan... Sí, claro. La vida, sobre todo en el baloncesto, pero tuvimos un grupo increíble, un equipo súper fuerte, súper conectado; pasaron muchas cosas, pero, pasara lo que pasara, estuvimos más juntos. Las dificultades te ayudan a unirte y ser mejor equipo.
Después de mirar de cerca a la ACB, ¿buscaba un proyecto similar?
Sí, sí, Por supuesto. Estuve pensando con mi gente que quizás iba a tener alguna oferta de ACB. Estuve esperando, esperando..., pero tampoco quiero ser la última opción de un equipo. Con 29 años que tengo prefiero ser una persona importante en el club y que pueda ayudarlo a conseguir sus objetivos. Y A Coruña lo tiene todo. Es una ciudad a la que le encanta el baloncesto. Mira este Coliseum donde jugamos [la entrevista se hizo a pie de pista de un recinto que la mirada de Paul recorre, en este punto, con orgullo]. Esta todo súper bien aquí.
Conozco a Carles Marco desde hace años. Y cuando Coruña me hizo la oferta todo encajó perfectamente.
A cualquier jugador le gusta formar parte de la NBA o de la ACB. Usted es algo bajo para el '2' en la máxima categoría española, ¿cree que sus posibilidades pasan, por una cuestión de estatura, por jugar de '1' en vez de '2'?
Bueno... Buena pregunta (risas). Puede ser. Yo soy un tipo combo, que habitualmente juego de '2' pero también puedo aportar como '1'. Y si un equipo ACB me ofrece la oportunidad de jugar como '1', sin problemas, porque crecí jugando en esa posición; cambié poco a poco porque tengo la habilidad de meter puntos. Me da igual jugar en cualquiera de las dos posiciones.
Jugó media temporada en Oviedo (2021-22), que ahora dirige el entrenador en su campaña en el Estudiantes (2022-23), Javi Rodríguez. ¿Cómo es la filosofía del técnico porriñés?
Muy fuerte. Quiere jugadores con hambre hasta la muerte. En el Estudiantes teníamos un equipo un poco diferente [al de ahora], por el carácter de Javi. Tuvimos un buen año, pero es un club complicado; si no ganas todos los partidos... Pesa demasiado y eso no ayuda nada. Javi es un gran entrenador, que conoce muy bien la liga y sabe muy bien cómo desarrollar jugadores. Tengo muchas ganas de jugar contra él y de volver a charlar con él.
Dado el conocimiento que tiene de usted, ¿espera alguna trampa especial en defensa?
Nada, nada (risas). Ya sé qué va a hacer. En el año en Estudiantes siempre me empujó a hacer cosas fuera de mi zona de confort. Espero un partido normal.
No se le da nada mal evitar trampas. Se ha visto que en los momentos calientes Paul Jorgensen anota mucho en jugadas de uno contra uno, penetrando con habilidad por ambos lados. ¿Es algo natural, o está pactado con el entrenador?
Todos los partidos son diferentes. A veces me toca tirar más y a veces me toca tirar menos. Pero es verdad que en los momentos clutch me siento cómodo. Tengo habilidad para atacar y para el uno contra uno. Y sé que con ello puedo ayudar al equipo. Pero puedo hacer cosas diferentes. No digo que todos los partidos tengo, ni quiero, tener siempre esos balones, pero a veces es lo que el equipo necesita. Y me siento cómodo.
Llevo muchos años haciendo esto y muchos años en el gimnasio [pabellón] cuando no había nadie. Si has practicado mucho, es como un hábito, algo instintivo
¿Pregunta Carles Marco a los jugadores si están preparados para asumir esos balones?
Llevo muchos años haciendo esto y muchos años en el gimnasio [pabellón] cuando no había nadie. Si has practicado mucho, es como un hábito, algo instintivo. En esos momentos no pienso mucho, solo en cómo hacer la jugada.
Pasamos de sus virtudes a las del equipo. ¿Cuáles son las principales?
Jugar muy, muy, muy duro, poner un ritmo muy alto, correr, pasar bien y disfrutar, porque al final queremos disfrutar.
¿Había jugado alguna vez en un equipo con rotaciones tan cortas?
No. Es la primera vez. Al principio es un poco diferente, pero también es guay, porque sabes que vas a volver [a la pista]. Cada partido es diferente. Podemos estar en el banquillo tres minutos, o diez, pero todos sabemos que vamos a volver y a jugar a tope para el equipo.
¿A qué porcentaje de rendimiento está ahora mismo el Leyma?
Creo que... Cien por cien, no (risas). Todavía nos queda mucho y cada semana estamos creciendo y aprendiendo más. Te diría al ochenta o al setenta y cinco por cien.
Victoria holgada (63-79) en San Sebastián, sin hacer un gran partido.
Un partido muy feo, sí (risas).
¿En una liga tan dura como esta, lo de jugar bonito es secundario?
Claro. Hay que ganar. La liga, como has dicho, es muy dura, y más este año. Y, sobre todo, cuando juegas fuera de casa, da igual donde sea, es muy complicado. Así que para nosotros es muy bueno ganar el primer partido en Gipuzkoa, nos da igual si fue un partido feo o no. La clave es ganar. Y prepararse para el siguiente.
Todavía nos queda mucho y cada semana estamos creciendo y aprendiendo más. Diría que estamos al ochenta o al setenta y cinco por cien.
En 2013, con solo 17 años, fue bautizado como Príncipe Harry de Harlem a raíz de una actuación colosal en un playground. ¿Ha vuelto a anotar en siete posesiones seguidas?
Nooo... Siete son muchas, pero ese baloncesto es diferente, porque si metes una te vuelven a pasar el balón. Siete, no, pero tres o cuatro, sí. Siete es muchísimo (risas).
Aparte de lo más importante, la liga, dentro de poco toca jugar la Copa. El ganador consigue automáticamente el segundo puesto final de la fase regular. ¿Es un objetivo, o algo secundario?
No hemos hablado nada de ello. Estamos cien por cien en el Oviedo y cien por cien en cada partido.
Vamos con algo más personal. ¿Qué hobbies tiene Paul Jorgensen?
Cocinar, un poco, pero no soy muy bueno (risas). Cocino más cuando estoy solo, pero cuando viene mi novia, que es de Madrid, ella es mil veces mejor que yo. Cocinar, leer libros, ver series, hablar con mi familia... No tengo un montón. También me gusta estar en la playita, tranquilo. Me encanta.
¿Música?
Sí. Escucho de todo. Reguetón, rap, country... Tengo mucho rango. Y varío si estoy en New York, si estoy en España... Todos los estados tienen su música. Y me gusta mucho.
En Estados Unidos es habitual practicar varios deportes ya desde el instituto. ¿Jugó a otro u otros que no son el baloncesto?
Un poquito al fútbol americano y a béisbol.
¿Era bueno alguno de ellos?
En fútbol americano, no (risas).

¿De qué jugaba en béisbol?
De short stop [especie de líbero que en defensa se coloca entre la segunda base y la tercera]. La gente de aquí no conoce mucho el béisbol. Eres la primera persona que conozco aquí que sabe.
Sus dos últimos cursos universitarios los pasó en Butler. ¿Qué supone jugar al baloncesto en el estado de Indiana?
El baloncesto en Indiana es como aquí el fútbol. Lo es todo. Es que flipas. Para mí fue una experiencia increíble. Tiene mucha historia, algo distinto.
¿Qué otros deportes, de los que no ha practicado, le gustan?
Golf. Juego mucho.
Aquí hay un campazo en A Zapateira, con algún hoyo inspirado en el Augusta National.
¿Ah, sí? A ver si tengo la suerte de poder probarlo.
¿Golfista favorito?
Tiger Woods. Ha sido un ganador toda la vida, por su mentalidad y por su juego.
Usted estudió Ciencias Políticas.
Sí, en mis dos primeros años en la universidad George Washington.
¿De no haber sido baloncestista, le habría gustado ganarse la vida con la política?
En esos dos primeros años pensaba que sí. Y al final no me gustó mucho porque, sobre todo ahora, en el mundo hay demasiadas cosas..., todo el rato se está discutiendo con alguien... Me interesa, pero no para dedicarme a ello. Si no fuera jugador de baloncesto, algún negocio como agente de jugadores, o entrenador. Fuera del baloncesto, la verdad es que no sé.
Ya había estados varias veces en A Coruña. ¿Qué ha descubierto desde que es su hogar?
La ciudad me gusta mucho. Vivo muy cerca de la playa y estoy caminando mucho por el Paseo Marítimo. Y además está haciendo muy buen tiempo. Me dicen que no es lo normal (risas). Pero, por ahora, el clima es increíble.


