Dos victorias, y el turrón

El dicho de: “este entrenador no come el turrón” es como un mantra en algunos clubes. Por estos lares ya son unos cuantos los que no llegan a celebrar el cambio de año. Y aunque en las última semanas se ha señalado al banquillo, el último triunfo liguero y el nivel exhibido en la Copa han apagado las alarmas.

Hay dos partidos antes de que finalice el año, seis puntos en juego, que serían no solo un regalo para la afición, sino hasta para el psicólogo del equipo.

En esta liga complicada en inestable, con cruces directos en estas dos últimas jornadas del año, conseguir seis de seis sería dar un paso adelante muy importante por toda la larga lista de factores que ustedes y yo sabemos.

Idiakez comería el turrón a gusto, la plantilla tendría más autoestima, el deportivismo vería al equipo asomando la cabeza en la zona de playoff y los directivos estarían más tranquilos. Buena falta hace. Sestao y Arenteiro son duros rivales, sin duda, y claros objetivos para ganar.

Y  todos a comer el turrón tan contentos.