El Orillamar y Orlando Vázquez
Comenzó el verano y con él los múltiples trofeos de fútbol base. Uno de los más veteranos y sin duda el más importante de nuestro entorno es el que desde 1992 organiza el Orillamar SD, que celebra este año su treinta edición. La participación de cerca de mil doscientos niños y niñas inscritos en los 74 equipos desde biberones a cadetes así lo atestigua. Este año, por dificultades de última hora con unos visados, y suponemos que también por estrecheces económicas, el Torneo Internacional Ciudad de A Coruña ha quedado reducido a la participación de equipos de la ciudad y su entorno, pero eso no le quita mérito a la labor de los organizadores ni a los equipos que han participado.
Es de todos conocido el historial de este trofeo, en el que en anteriores ocasiones han competido equipos punteros españoles y de otros países, con jugadores que a posteriori han llegado al fútbol profesional e incluso a la internacionalidad.
Este año los organizadores del Torneo han decidido honrar a uno de sus emblemáticos directivos que, como suele suceder muchas veces, ya no ha podido disfrutar de su merecido reconocimiento. Si bien han sido muchos los hombres del Orillamar que han trabajado intensamente en el club y en la organización de este trofeo, es de justicia resaltar los merecimientos de uno de los pilares del club durante muchos años.
Orlando Vázquez García lo ha sido todo en su querido ‘Orilla’. De familia muy vinculada a la zona -su hermano Carlos fuera el fundador y director del recordado Colegio Vázquez y primer presidente del club cuando este se inició en competiciones oficiales- Orlando se integró muy joven en el equipo de su barrio, primero como jugador y posteriormente como directivo. Lo conocimos en los años sesenta, cuando trabajaba en el Banco de La Coruña y formaba parte de su equipo de hockey sala, llegando a crear y dirigir una sección de este deporte en el Orillamar. Pero su principal afición era el fútbol modesto y muy especialmente el fútbol formativo. Lo recuerdo en el patio de los Salesianos captando jóvenes promesas para el RC Deportivo, del cual llegó a ser directivo entre 1986 y 1988. Su constante presencia en los terrenos de juego ojeando jugadores y consiguiendo que fichasen por el Orillamar, hacía posible que sus equipos fueran punteros en todas las categorías del fútbol base.
Lamentablemente una cruel enfermedad lo apartó de su pasión y lo llevó de este mundo hace ahora seis años, cuando contaba 74 años de edad y más de 50 trabajando por ‘su’ querido club. Siempre se dice que las personas pasan y las instituciones son las que perduran, pero seguramente a los seguidores del fútbol de nuestra ciudad les sigue extrañando no verlo al pié de un campo en el que dispute un partido el Orillamar.
Mis felicitaciones a los directivos del Club por la estupenda organización del Torneo y especialmente por acordarse de un hombre que lo ha dado todo por el Orillamar y por la formación de los jóvenes.
