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OPINIÓN | Hugo Rama, un talento sin explicaciones ni club

Llama poderosamente la atención que un futbolista de la experiencia y contrastada calidad de Hugo Rama se encuentre sin equipo a estas alturas de temporada.

Después de su éxodo del RC Deportivo tras finalizar contrato en junio, el futbolista de Oroso  ontinúa a la espera de un nuevo destino para proseguir con una trayectoria profesional que comenzó en el Cerceda de Segunda B en la temporada 2017-18 y en la que han tenido cabida clubes del calado de Mirandés, Lugo, Oviedo y Dépor.

A sus 28 años se ha esforzado con entrenamientos personalizados en verano para no perder la forma física pero lo cierto es que hasta el momento ninguna propuesta le ha convencido.

Tal y como reflexionó hace escasos días en el conocido podcast ‘Non vale furar’, en el Deportivo no pudo brillar debido a diversos condicionantes como su falta de adaptación a la banda izquierda con Imanol Idiakez o a las lesiones que le impidieron celebrar sobre el terreno de juego el ascenso del curso 2023-24.

En el citado espacio Rama confesó incluso sentir envidia sana de Charlie Patiño por la oportunidad que se le ha brindado en Riazor este curso.

Pese a haber realizado una buena pretemporada en la 2024-25 sus minutos de juego fueron menguando en la Liga hasta llegar a ser residuales.

No en vano, en su segunda campaña en A Coruña sus guarismos languidecieron, con apenas 15 encuentros del torneo de la regularidad disputados, con solo una titularidad y 215 minutos de juego.

Unas cifras que todavía escuecen a un futbolista al que no se le otorgaron explicaciones acerca de su paso de figura a figurante por parte de los dos técnicos de la pasada temporada.

Aunque desde la Plaza de Pontevedra intentaron buscarle acomodo en otro club en el mercado de invierno, Hugo Rama se negó en rotundo en previsión de que pudiese estar viviendo sus últimos meses como jugador del Deportivo.

Sus compañeros no daban crédito a una falta de oportunidades que, en su opinión, no hizo justicia al sobreesfuerzo que confesó al haber actuado con molestias físicas cuando el equipo lo necesitó.

El centrocampista llegó incluso a cuestionar el trato recibido por un club del que formó parte desde categorías inferiores en el triste momento de su adiós.

Jaime y Pablo Martínez recibieron una merecida despedida y la mía fue una mierda, un post de Instagram, a veces el fútbol tiene estas cosas”, relató.

“Jaime y Pablo Martínez recibieron una merecida despedida del Deportivo y la mía fue una mierda, un post de Instagram”

Sea como fuere, el jugador intenta por todos los medios desmarcarse de la etiqueta de secundario a la que fue relegado en A Coruña durante el año pasado.

Tildado incluso en redes sociales de perezoso o gordo, Rama intenta sacar fuerzas de flaqueza para resarcirse y volver a exhibir su pegada de cañonero.

De trato exquisito al balón —muy pocos futbolistas de la plantilla actual del Deportivo golpean el esférico con su fuerza y precisión—, aguarda una nueva opción para poder reengancharse al fútbol de élite.

Seguidor blanquiazul impenitente, no se ha despegado de la formación de Riazor incluso después de haber salido por la puerta de atrás.

La exigencia física extrema del denominado fútbol moderno tal vez le haya jugado una mala pasada pero en plena madurez todavía tiene mucho que decir en este deporte. Ojalá encuentre pronto un conjunto en donde reivindicar su clase y pegada el ‘bombardeiro de Sigüeiro’.