La leyenda Mamadou llega a la edad del demonio
No se llama Mamadou, pero hubo un día en el que un taimado convirtió un chascarrillo en un mal chiste como si tomarse un par de cervezas en la previa de un partido en Riazor fuese pecado.
El supuesto Mamadou está por encima de todo eso y más. Pocas personas de las que se han sentado en el palco de Riazor han sido tan apreciados por tirios y troyanos hasta el punto de que uno de los actores imprescindibles para entender el Deportivo contemporáneo (este también da para aturuxo) le identifica entre el trío de personajes que le marcaron durante su larga estancia en el club.
Nuestro Mamadou particular cumplió ayer la edad del demonio. Lo hizo sin tridente, pero entre amigos que levantaron las tazas por él.
Larga vida a Mamadou.
