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OPINIÓN | Las críticas al mercado, ahora

No sé porque me meto en este berenjenal, pero quiero dejar constancia de cómo veo la plantilla del Dépor tras el cierre del mercado. Porque opinar a posteriori sabemos todos. Este ejercicio de masoquismo voluntario también es de empatía con el criticado Fernando Soriano, que obviamente tiene que hacer las apuestas sin saber cómo saldrán.

La confección de la portería llega marcada por la salida forzada de Helton, una garantía el pasado curso, y por la llegada acelerada de Bachmann, aún inédito. La sensación es que el nivel baja un peldaño, pero Germán y el meta austríaco tienen tiempo para cerrarme la boca.

En defensa me deja dudas el cambio masivo en el eje de la zaga. No por número, ya que me agrada que Samu tenga espacio, sino por jerarquía. El central más fiable en agresividad, concentración y liderazgo es Miguel Loureiro, que no deja de ser un lateral reconvertido.

El centro del campo se reforzó con Gragera para dar un salto en el rol de pivote posicional, pero al Dépor le vuelve a faltar esa pieza creativa que permita a Soriano no tener que bajar tanto a recibir. Se buscó con Genreau y con el intento de fichaje de Riki. Aun así, hay variantes para rotar y competir. Y Patiño podría convertirse en ese ansiado ‘8’.

La línea de tres cuartos es donde se ha dado el gran salto. Retener a Yeremay y sumar a Luismi Cruz asegura talento diferencial. Contar con los “cuatro fantásticos” y sumar a Stoichkov ofrecen alternativas en esa zona, aunque no soy el más optimista con el ex del Granada. Arriba, Zaka, Mulattieri y el propio Stoichkov prometen, a priori, más garantías que el curso pasado. Ahora falta comprobarlo, aunque ninguno convence como solución para jugar directo cuando toque salir de la presión.

En resumen, plantilla imperfecta —como todas—, pero más profunda y con más calidad del medio hacia adelante. Y si me equivoco, cosa segura, que quede constancia. Ya volveré aquí para ver dónde la pifié.