El Leyma Coruña avanza a la final de 'su' Copa (83-72)

El Leyma Básquet Coruña avanzó la final de 'su' Copa Galicia con un gran triunfo (83-72) ante el Obradoiro, fraguado en una semsacional segunda mitad y orquestado por Paul Jorgensen y una orquesta muy afinada en los dos lados de la cancha. El Breogán, al igual que el año pasado, será su enemigo en la misión de conquistar un título autonómico al del lejano 1996.

Después de una primera semifinal sin historia, la segunda deparó un duelo casi digno de unos playoffs. Intensidad, dureza, velocidad y... errores en el tiro. Sobre todo de los anfitriones, que en los 10 minutos inaugurales abusaron del triple y solo pasaron por el aro dos de los que lanzaron.

Con uno movió el marcador el más abucheado por la afición naranja, Yunio Barrueta. Tras rebote ofensivo. Fue el primero de tres del Obradoiro en este periodo después de rebañar el balón en el aro naranja. El Papi, muy enchufado y aplicado en defensa, abrió la estadística del choque con un tapón a Jacobo Díaz en el poste bajo. Quién le ha visto y quién le ve...

El Leyma también capturó rechaces en la mitad hostil de la pista, pero solo pudo sacar tiros libres. Y tampoco demasiados. Dos de Jacobo Díaz impidieron que el parcial de despegue de los visitantes fuera de 0-10 (12-23). Y dos de Paul Jorgensen bajaron el telón del primer acto con 14-23.

El Príncipe Harry de Harlem tiró del Básquet Coruña en el segundo acto, que comenzó con puntos de tres ex, Goran Huskic (de dos), Lundqvist (dos libres) y el propio Barrueta (de tres, claro). Una suspensión y 2+1 de Jorgensen completaron el parcial de resurrección del Leyma (8-0). Ya llovía mucho menos (25-30).

Llovían, sin embargo, los palos. Las defensas subieron un par de marchas y el partido pasó a jugarse desde los 4,60 metros. El Obradoiro lanzó algún libre más en esta fase, y por eso recuperó una renta cercana a la decena (28-37), a la que Carlos Varela, jugador del vinculado Xiria, le quitó un triple. Buenas maneras, y muy buen físico y muy buena actitud la de este chico.

Danilo Brnovic desprecintó el tercer periodo también anotado de tres, en su caso un 2+1. Punto de partida de un parcial de 10-4, con Mencía aportando dos canastas, una de ellas con adicional. A Epi no le gustó el panorama, claro, y pidió tiempo muerto, del que el Leyma volvió con un libre gratis de una técnica al banquillo compostelano. Jorgensen la transformó en la primera ventaja naranja del partido (46-45).

Una vuelta de tortilla leve. En principio. Porque el Obra acusó el golpe. Y la tremenda defensa del los naranjas, que, además, ahora sí, cerraron el rebote defensivo como perros. Entre Diop y Thiam se comieron a Huskic en el poste bajo, Cuevas subió la velocidad y acabó con su mal fario de la primera parte desde el arco (0 de 6). Su diana lejana, seguida de un palmeo de Diop, puso al Leyma cuatro canastas por delante (53-45).

Un triple de Jorgensen aumentó en un punto el superávit naranja, que el segundo de Varela alcanzó la docena (61-49), con el Coliseum encendido como si fuera un duelo de ¿playoffs? Dos libres del escolta local  y cuatro puntos del Obradoiro mandaron el partido al desenlace con 63-53, después de que los de Marco doblasen a los de Epi (32-16) en estos 10 minutos mágicos.

El parón le sentó mal al Leyma, que encajó un parcial de salida de 0-5. Carles Marco paró el partido después de solo 79 segundos disputados. Cero concesiones. A tono con la intensidad dentro del rectángulo. Mencía acertó desde lejos a la vuelta del tiempo muerto para enfríar la posibilidad de remontada. Y Jorgensen con dos libres recién retornado a la pista, devolvió los dos dígitos a la cuenta naranja (68-58), todavía con más de seis minutos por delante.

Lundqvist, mucho más expresivo (y avinagrado) de lo habitual durante todo el choque, mantuvo al Obradoiro, con una canasta y dos libres que, unidos a un triple de Barrueta, llevaron a Marco a llamar de nuevo a los suyos a capítulo (71-65). Y, otra vez, triple de Mencía al volver a la cancha.

Cuatro puntos seguidos de Thiam, los dos primeros con el único mate del partido, contrarrestaron la primera diana, un triple, de Westermann. Y dos puntos de Barrueta a la carrera colocaron el margen en dos triples (78-72) con 95 segundos en el reloj. Un airball de Jorgensen lo salvó Guillem Jou de salir de fondo, el balón fue a las manos de Galán, de donde se lo arrebató Mencía antes de sentenciar (80-72). Por si había alguna duda, la despejó Jou con un acierto lejano, el último del encuentro que remató con el junior Anxo Soto debutando en el Coliseum. Una noche perfecta.