
"El objetivo sigue siendo Los Ángeles 2028", tranquiliza Carlos Arévalo antes de tomar la salida del Eco Rally de A Coruña, su primera experiencia al volante, mientras sin demasiada maña le pone las pegatinas al Audi con el que este mañana tomó la salida en la carrera junto a su copiloto Javier Ramiro. "Se nota que en la piragua siempre pone los nombres el entrenador", se ríe. El cambio de la pala por el volante solo es temporal. Todavía no deja el piragüismo por más que este le haya dado demasiados disgustos la pasada temporada. Se ha tomado un tiempo, de hecho, de desconexión y ponerse detrás del volante forma parte de ello. Pero esta se acabará cuando llegue a la meta.
"Me invitó una amiga que trabaja en el rally y la verdad que me hizo una ilusión tremenda poder venir a mi tierra a participar en una carrera, a conocer gente nueva y a disfrutar de todos mis amigos, familia y que podrán estar aquí viéndolo", explica sobre lo que hace un hombre de agua en el asfalto. "El mundo del motor a mí me encanta desde pequeño, pero nunca había tenido la oportunidad de participar en un rally, no se lo ofrecen a uno todos los días. Me hace muchísima ilusión, creo que me lo voy a pasar genial, que puedo disfrutar un montón y sobre todo también aprender muchísimo".

En una disciplina nueva, el objetivo no puede ser otro que disfrutar de la experiencia por más que como deportista profesional que es, le pueda el espíritu competitivo. "Creo que el único momento que no voy a disfrutar va a ser este de poner las pegatinas", bromea. Aunque también reconoce que preparación, muy poca. "Ahora nos pondremos con el roadbook", responde el copiloto. Arévalo le mira con cara de no saber de lo que habla: "Ves, menos mal que llevo un profesional al lado".
Muy diferente a lo que está acostumbrado. "Nosotros en la piragua vamos por el embalse y malo será que nos perdamos", bromea. "Tenemos que ir del punto A al punto B lo más rápido posible y listo. Aquí ya se complica un poco más", añade. Y con más cuidado: "Al final vas con un coche en tus manos, tienes una responsabilidad en la carretera y tienes que tener cuidado con todas las cosas que haces. Pero bueno, intentaremos también ser competitivos, queremos ir a hacer las cosas bien y eso es una mezcla de emociones y de momentos".
Año duro en la piragua
Pero no se cambia de deporte. "Bueno, por una buena oferta...", se ríe. "Esas son cositas que te ayudan en el camino, de las que disfrutas y las que te ayudan a desconectar del mundo del piragüismo y te hacen valorar el resto de las cosas que consigues en el deporte". Se pone serio. Porque este ha sido su año más duro. Y eso que ya tenía un máster en momentos complicados. Su pulso con la Federación Española por la plaza en el K1, el cambio de compañeros en el K4 y la presión por los resultados hicieron mella y la medalla de bronce en el Mundial no terminó por compensar todo lo que había vivido.
"Necesitaba desconectar y lo necesitaba además urgentemente. Fue una temporada larga, una temporada dura, una temporada en la que hubo muchos problemas, muchos rifirrafes y la verdad que he valorado ahora en las vacaciones todo lo que me había trastocado", valora. "Así que con estas cosas sigo intentando recargar pilas y volviendo a coger esas ganas de volver coger la piragua con toda la fuerza del mundo para pelear por estar en el próximo ciclo olímpico", dice. Y será ya inminentemente: "Ya me toca. En cuanto vuelva de Coruña ya empezaré a tocar la piragua un poco. Me toca ir volviendo a coger vueltas y coger revoluciones porque va tocando comenzar la temporada que ya las vacaciones están llegando.
Aunque no sea demasiado optimista con respecto a posibles cambios en la situación con la Federación. "Creo que seguirá igual, que la dinámica que quiere exigir es la misma y sigo pensando que están equivocados. Tenemos un método de trabajo que ha conseguido los mejores resultados de la historia de este deporte. Y lo hemos conseguido los deportistas y los entrenadores, no la Federación. Y tienen que confiar en ellos. Si lo hace mal, después ya le pedirás responsabilidades, pero tienes que dejarle trabajar y más si lo hace bien porque repito que se han conseguido los mejores resultados con su trabajo".
Confirma que seguirá entrenando para el K4, la prueba en la que fue plata en 2021 en los Juegos de Tokio y bronce en 2024 en los de París, además de campeón del mundo en 2022, subcampeón en 2019 y bronce este pasado verano. Pero que también quiere seguir en el K1, en la que también tiene un oro mundial. "Espero que me dejen doblar. Esta temporada ya hemos visto que al final no compitió nadie (iba a ir el también betanceiro Iván Fernández y se lesionó en las semanas previas). Yo lo tuve que ver desde las gradas cuando terminé de competir y podía estar allí perfectamente remando. Encima se retrasó un poco la salida, me hubiera dado tiempo de sobra pelear por una medalla. Y al final fue algo que nos perjudicó a todos. A la Federación porque no tuvo un resultado y a mí porque me merecía competir", recuerda.
Trabajo en el Ejército
Desde esta mañana Arévalo ya rueda en el Eco Rally de A Coruña, pero esta semana también estuvo a los mandos de otro tipo de vehículos participando en la Operación Centinela. "Fui desplegado en una colaboración del Ministro de Defensa con la Xunta para trabajar en la disuasión y sobre todo la alerta temprana en la prevención de incendios", explica.
"Es una pena y una devastación todo lo que está ocurriendo allí", dice después de haber peinado los montes de la zona de Ourense durante los pasados días. "Mete miedo cómo está todo. Estuve por la zona de A Gudiña y está todo devastado", se lamenta. "Toda colaboración que podamos hacer para prevenir los incendios y evitar que se propaguen y disuadir a la gente de que cometa estas atrocidades, para nosotros es un honor", continúa. "También he tenido la oportunidad de conducir un vehículo, un Vamtac de los del Ejército, un buen todoterreno, así que puedo decir que estuve practicando".
