
Solo han pasado tres meses de la derrota del Liceo contra el Barça en la final de la Liga pero parece otra vida ya. Es lo que tiene el deporte, que siempre da una nueva oportunidad. El equipo verdiblanco es de los que más sabe de eso. De caer y levantarse. De nunca bajar los brazos. De reinventarse pese a los peores diagnósticos. Contra todo. Contra todos. La Supercopa de España le abre un folio en blanco en el que quiere seguir escribiendo grandes gestas. Cierto que hay cosas que siempre se repiten. Más que el ajo. Y ese es el rival. Otra vez el Barça. Aunque esta vez sea en las semifinales (Les Comes, 18.45 horas). Plato fuerte así para empezar, sin aperitivo ni nada, pero sin miedo a atragantarse. Porque lo más dulce le puede esperar en el postre con una final en la que le esperaría o el Igualada o el Reus, que disputan la otra semifinal (16.15 horas).

Para los dos empieza también una nueva era. Casi como el yin y el yan. Para el Liceo, con protagonistas diferentes, hasta cuatro por más que de momento solo vaya a poder contar con tres, Blai Roca, Toni Pérez y Nuno Paiva, porque Tombita sigue lesionado; pero con un espíritu continuado. Para el Barça, con las mismas piezas pero ordenadas por una mano diferente, la de Ricardo Ares, aunque de momento todavía no se haya notado su toque porque viene de perder la final de la Liga Catalana el pasado fin de semana frente a un Calafell (4-2).
Sigue siendo favorito. No solo porque haya ganado las tres últimas ediciones. Cuando los azulgranas están sobre una pista siempre lo son. Para ellos, como en el Liceo, la exigencia es máxima. No le valió, de hecho, a David Cáceres, el antecesor de Ares en el banquillo, ganar la Supercopa y la Liga. El estrépito en la Champions fue causa suficiente para que tras solo una temporada los mandamases culés, que habían visto en él un relevo natural a la trasnochada época de Edu Castro, decidiesen cambiar el rumbo ya no solo del primer equipo, sino en toda la estructura hacia abajo (tampoco sirvió a la cantera el pleno de cuatro títulos nacionales).
El Barça adelantó movimientos y tiró hacia lo cool, por uno de los entrenadores de moda, con un gran trabajo en el Porto y con paso incluido por las selecciones españolas masculina y femenina, con la que fue campeón del mundo y de Europa. Con los dragones blanquiazules también levantó de todo, la exigente liga portuguesa en tres ocasiones, la última la temporada pasada, Champions, Continental e Intercontinental. En España, sin embargo, su curriculum se limita al Voltregà, donde le tocó dirigir los primeros pasos en la elite del que será su principal baluarte, Ignacio Alabart.
El coruñés ya fue uno de los factores diferenciales de la poco equilibrada final del curso pasado contra el Liceo, resuelta por la vía rápida (6-3, 6-0 y 5-9). Además ha tenido descanso de selección para terminar de recuperarse de los problemas físicos que le mermaron durante el año. Tampoco fueron los hermanos Grau. Por el Liceo sí cumplieron César Carballeira y Blai Roca, que sólo llevan dos semanas junto al resto de sus compañeros, lo mismo que los también culés Sergi Llorca, Eloi Cervera y Sergi Aragonés.
Pasar página
Por ahí las fuerzas están igualadas en un momento en el que ambos están en proceso de adaptación. No en los antecedentes, completamente favorables al Barça que ganó todos los duelos de la pasada temporada, desde las semifinales de la Supercopa pasando por los dos partidos de la fase regular y los tres del playoff. El Liceo tendrá ese extra de la búsqueda de la redención, pero también de empezar con buen pie un proyecto que ha dejado muy buenas sensaciones en la pretemporada, las de un equipo con más recursos y capacidad ofensiva.
Precisamente en la diferencia en la pegada radicó buena parte de la diferencia entre ambos en las últimas citas. Pero al Barça, como los campeonatos, se le gana desde atrás. Momento para juntarse, aguantar y remar, como diría Juan Copa tras su paso por las traineras en Bueu en pretemporada. Remar juntos y remar siempre. Más si hay olas. Y esperar que escampe para que llegue su oportunidad. Con paciencia y personalidad. Conscientes de que es solo una primera piedra. Pero sin renunciar a dejar desde ya su marca en verde.
| Carballeira y Copa, premiados como el mejor defensa y el mejor entrenador de la temporada pasada |
| Juan Copa y César Carballeira fueron dos de los protagonistas de la presentación de la OK Liga que tuvo lugar ayer en Igualada, que este fin de semana acogerá la Supercopa de España. El técnico del Liceo recogió el premio como el mejor entrenador de la temporada pasada, el tercero ya en sus vitrinas, mientras que el defensa verdiblanco entró en el cinco ideal del curso como el mejor en su especialidad, lo mismo que el también coruñés Ignacio Alabart (Barça).Otros de los galardonados de la tarde fueron Martà Casas (Reus), MVP de la OK Liga; Marc Rouzé (Igualada), mejor jugador joven (relevó en la lista de ganadores al liceÃsta Nil Cervera); y Cándid Ballart (Reus) como mejor portero. Los tres, además, completaron el cinco ideal de la temporada junto a los dos jugadores coruñeses, Carballeira y Alabart.Los premios se los repartieron precisamente los cuatro contendientes en la Supercopa de España, Igualada y Reus, que abren la competición en la primera semifinal (16.15 horas) y Barça y Liceo, que repiten tanto las semifinales del año pasado como la final de la OK Liga en la segunda a partir de las 18.45 horas.A Coruña también estuvo representada por Rubén Fernández como mejor árbitro, premio compartido con Jonathan Sánchez que hoy será el encargado de dirigir el Barça-Liceo junto a Albert Barba. |
