
Yeremay Hernández ha sido uno de los nombres del verano en el mercado de Segunda División. Por su gran rendimiento en el año de debut y por las numerosas e importantes ofertas que el Deportivo ha rechazado por él en los últimos meses, en el que ambas partes han decidido reforzar su compromiso. Con la persiana bajada en la ventana de transferencias y la competición en marcha, el canario sigue acaparando los focos en un inicio de curso discreto a nivel individual en el que está destacando en una estadística poco usual para él: las amonestaciones.
En un contexto en el que el Dépor ha dado un paso adelante en agresividad, algo que desde el primer día intentó inculcar Antonio Hidalgo, el ‘10’ blanquiazul ha asumido el mensaje a la perfección y ante el Sporting de Gijón recibió su tercera amarilla en cuatro jornadas. Tendrá que bajar aprender a controlar el ímpetu el atacante ya que está a únicamente dos amonestaciones de tener que cumplir sanción cuando el campeonato no ha hecho más que empezar. En la primera jornada vio la primera tarjeta en Granada por “patear el balón desde fuera del terreno de juego hacia dentro de él, interfiriendo en el juego”.
Las otras dos han llegado en apenas unos días y ambas por lo que los colegiados han entendido como conducta “temeraria por parte del deportivista. El lunes en Leganés y el sábado frente al conjunto asturiano, en una disputa con Nacho Martín que obligó al futbolista del Sporting a retirarse del terreno de juego y provocó el malestar entre la afición rojiblanca y también entre algún rival como el exfutbolista del Celta Kevin Vázquez, ahora lateral sportinguista, que pedían algo más de castigo. “Estoy cabreado porque en los últimos partidos se nos escapa el partido y porque nos vamos con un jugador lesionado después de una entrada muy dura. Tengo que revisar la jugada porque Nacho tiene los tacos clavados a la altura de la rodilla. No entiendo nada de eso. No soy el juez de esto, pero sé que se nos va un jugador del campo que estaba haciendo un grandísimo partido. Lo perdemos por una entrada a la altura de la rodilla que lo lesiona”.
La realidad es que Yeremay ya ha visto más tarjetas esta campaña de las que vio el curso pasado, en el que terminó con dos amonestaciones en los 39 encuentros que disputó con la camiseta blanquiazul, en los que superó los 3.000 minutos de juego.
Los otros palos
A lo largo del curso pasado Yeremay fue una víctima habitual de los rivales del Dépor, que no encontraban otra manera de frenarlo que a base de patadas. Eso no ha cambiado demasiado en la presente Liga, en la que el canario también está protagonizando palos... de todo tipo. Porque además de la tercera tarjeta de la campaña, ante el Sporting también pegó su segundo palo en un intento de remate. Ambos en Riazor.
El extremo sigue sin poder celebrar un tanto en casa después de que la madera le negara el gol frente al Burgos tras una gran vaselina, y el sábado tras un remate ajustado que ya había batido a Yáñez.
