Como suele suceder con las mejores películas, Antonio Hidalgo decidió guardar con celo el guión del que prometía ser el superestreno del Deportivo para esta campaña. El fichaje de Luismi Cruz supuso dos reacciones inmediatas entre la parroquia blanquiazul. La primera, obvia, la ilusión por hacerse con uno de los futbolistas más destacados de la temporada anterior en la categoría de plata. Acto seguido llegaron las cábalas para encontrar la forma en la que el técnico iba a encontrar encaje para juntarlo con Yeremay, Mario Soriano y David Mella.
No tuvo prisa el nuevo preparador deportivista por comenzar el rodaje de los ‘4 fantásticos’, etiqueta que las redes blanquiazules no tardaron en generar y a la que el club contribuyó con una icónica foto durante la concentración en Inglaterra. Ni un minuto juntos coincidieron sobre el césped el póquer de atacantes a lo largo de un verano en el que todos estuvieron a disposición en la mayoría de partidos amistosos. No cambió eso con el inicio de Liga, donde Hidalgo apostó por Yeremay, Soriano y Luismi de inicio, repitiendo en las dos primeras jornadas la entrada de Mella en el extremo derecho para relevar al andaluz.
Parece que el entrenador catalán estaba esperando una situación de máxima necesidad para mostrar su obra. Y el primer ‘tráiler’ lo reveló en Leganés. Con 2-0 en el marcador, Luismi salió al césped en el minuto 62 para dejar la primera muestra de lo que puede suponer tenerlos a todos juntos sobre el verde. El Dépor terminó empatando con asistencia de Mella y un penalti forzado por Mulattieri tras una jugada en la que se habían asociado los otros tres protagonistas. Tras el paréntesis frente al Sporting por el viaje del de Teo con la sub-20, Hidalgo eligió la pantalla grande de Mendizorroza para un estreno que, por rendimiento colectivo e individual de cada una de las piezas, dejó el primer gran taquillazo para el Deportivo:
Mario Soriano
Si Eddahchouri se llevó el balón por sus tres goles, a Mario Soriano deberían darle algo por su hat-trick de asistencias. Después de varios encuentros terminando como mediocentro para buscar el gol en la recta final, esta vez formó parte ya de inicio en el doble pivote junto a Diego Villares. Y de nuevo fue el auténtico motor del conjunto blanquiazul.
Tardó unos minutos en descifrar el sistema defensivo del Mirandés, tal y como reconoció el propio Hidalgo, pero en cuanto entendió dónde estaban los espacios, destrozó al cuadro jabato con su capacidad para recibir entre líneas, girarse y elegir siempre la mejor opción. Habilitó a Luismi Cruz con una brillante pared en el 0-1, estuvo vivo para encontrar a Eddahchouri en la frontal tras un robo en campo contrario y, siendo el único de los cuatro que completó los 90 minutos, tuvo las piernas suficientes para acompañar el contragolpe y asistir en el 1-4, además de participar en el 1-5 con el pase a Escudero para que el pucelano dejase a Zaka solo ante Nikic.
Luismi Cruz
Como Mario, el gaditano también tuvo que asumir un rol diferente para acomodarse a la puesta en escena de los ‘4 fantásticos’. Hasta el momento le había tocado jugar pegado a la línea de banda. Casi siempre como carrilero y teniendo que hacer gala tanto de paciencia para esperar la pelota abierto, como de capacidad defensiva para cerrar su carril cuando el equipo no tenía el balón.
La tarea ante el Mirandés fue completamente opuesta. Luismi formó una línea de tres atacantes junto a Mulattieri y Yeremay en la que tenía dos funciones principales. Emparejarse con Iker Córdoba para dificultar la salida del Mirandés y moverse con libertad por ese pasillo intermedio y sembrar el caos en el sistema defensivo rojillo, haciéndole pasar una mala tarde, sobre todo, al central cedido por el Valencia.
El andaluz estuvo brillante viniendo a recibir en campo propio y especialmente inspirado en la zona de finalización, donde firmó su primer doblete como jugador del Deportivo con dos gestos con la zurda marca de la casa. Una sutil vaselina para abrir el marcador y una precisa rosca ajustada al palo para hacer el segundo.
Yeremay
No tuvo la misma recompensa en forma de goles, pero el canario completó un partido muy similar al de Luismi en el costado izquierdo. Sacó a bailar a Juan Gutiérrez hasta que el central jabato se quedó sin recursos para frenarlo, también sin margen tras ver una tarjeta temprana. El canario interpretó a la perfección los espacios en los que hacer daño y asociándose con Mario dinamitó una y otra vez el sistema defensivo del Mirandés.
Se volvió a ver un Yeremay con chispa y fino en el regate, saliendo airoso en cuatro de los seis que intentó. Estuvo además preciso con la pelota, solo falló un pase, y mostró buena química con Mulattieri para asociarse en los últimos metros. Hidalgo lo sacó del campo en el minuto 71, todavía con 1-2 en el marcador.
David Mella
Fue el que menos tiempo jugó de los cuatro, a los 66 minutos el técnico lo retiró para dar entrada a Charlie Patiño, y probablemente también el que tuvo que desempeñar también la labor más oscura. Le sigue faltando algo de frescura en este inicio de temporada, pero una de las claves de Mella desde que llegó al primer equipo es la capacidad que muestra para ser competitivo incluso en los días que está menos inspirado.
Se encargó de dar amplitud y profundidad al equipo por la banda derecha, una petición exigente para el de Teo, que ganaba mucha altura con la pelota y luego tenía que retornar hasta el área propia cuando el equipo la perdía. Fue una buena solución para Ximo y Luismi cuando el Mirandés apretaba, pisando zona de peligro en varias ocasiones y, sobre todo, cumplió con creces a nivel defensivo. Dejó intervenciones de mérito en campo propio y no permitió que lo regateasen en ninguna ocasión. De hecho, su salida del campo coincidió con los mejores minutos del rival, precisamente entrando por ese costado.
