El Deportivo llegaba al primer partido de Riazor con gran ilusión después de arrancar la temporada con un contundente triunfo en Granada. Pero ahí se encontró con el rocoso Burgos para dejar a la entregada afición blanquiazul con las ganas de celebrar un tanto en la 2025-26. El equipo que dirige Antonio Hidalgo tiene otra oportunidad mañana para inaugurar su cuenta realizadora como local, pero delante tendrá a un rival que se lo pondrá igual o más complicado.
El Sporting se planta en A Coruña como uno de los equipos menos goleados del arranque de competición. En tres partidos ha encajado un único tanto, como el Málaga, cifras solo mejoradas por el Valladolid que hasta la fecha está imbatido. En el caso asturiano, este éxito tiene nombre y apellidos: Rubén Yáñez. El portero catalán, formado en la cantera del Real Madrid y que cumple su tercera temporada en El Molinón, continúa consolidándose como uno de los mejores guardametas de plata. Lo ha sido en los últimos años y ha empezado la Liga con el mismo nivel, liderando ahora mismo la clasificación de más paradas realizadas por un arquero en Segunda.
Yáñez ha tenido que realizar 13 intervenciones en las tres primeras jornadas, más de cuatro paradas por partido. Pero su gran mérito no es solo destacar por volumen, sino también por poner sobre la mesa una eficiencia de élite en el segundo escalón del fútbol español. Su capacidad de éxito se va por encima del 90 por ciento, siendo el Sporting el sexto equipo al que más le rematan a palos. El único guardameta que mejora sus números es Guilherme Fernandes, meta portugués del Valladolid. En su caso, el mérito de no haber recogido todavía un balón del fondo de su jaula es tanto suyo como del sistema defensivo pucelano, que únicamente ha permitido cinco disparos que han sido respondido con otras tantas paradas por parte del luso.
Un trío indiscutible
No deja de tener mérito, más allá de la presencia contrastada de Yáñez, los buenos números defensivos del Sporting en este inicio de Liga teniendo en cuenta que su pareja de centrales ha llegado este verano. El entramado defensivo de Asier Garitano tiene como guardianes a Pablo Vázquez, futbolista que la parroquia blanquiazul conoce de sobra, y a Lucas Perrin, defensor francés que después de varios años a buen nivel en la primera división gala ha llegado a tierras asturianas tras una escala en el Círculo de Brujas belga.
Tanto uno como otro han caído de pie en Gijón gracias a su buen rendimiento y a un carácter que se ha metido en el bolsillo a la afición rojiblanca. Perrin viene además de ser el autor del último triunfo en casa ante la Cultural.
Este tridente formado por el guardameta y los dos centrales es de total confianza para Garitano y hasta ahora pueden presumir de ser los únicos integrantes de la plantilla gijonesa que han jugado todos y cada uno de los minutos disputados en Liga esta temporada.
