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Dépor

Del paro a la gloria: el último héroe del Huesca, rival del Dépor

El Alcoraz estalló de alegría cuando Liberto Beltrán conectó una volea con la zurda que dio al Huesca una victoria agónica frente al Málaga (1-0) en la última jornada. Para muchos fue solo un gol con un valor de tres puntos, que ya es bastante. Pero para el propio Liberto (Castellón, 1996) fue mucho más: la confirmación de que, tras años de curvas, lesiones y parones, está de vuelta en el fútbol profesional. “Tenía muchas ganas de estrenarme con esta camiseta”, confesó el atacante de Castellón tras el duelo ante el Málaga, con un gesto que mezclaba alivio y satisfacción.

Su historia no es la de un talento del que nunca se dudó. Al contrario, cada paso que dio estuvo marcado por decisiones arriesgadas y contratiempos que pudieron apartarlo del camino. En 2014, sin todavía ser mayor de edad, se marchó de su Castellón natal con la carta de libertad para probar suerte en el Elche. En el filial ilicitano, tras alternar con el Juvenil A, encontró visibilidad y pronto le llegó el premio del primer equipo. El atacante debutó en Copa del Rey contra el Almería y marcó. Aquel gol parecía abrirle una carrera veloz hacia la élite, pero nada fue tan sencillo.

Tras una cesión al Alcoyano y el descenso del Elche, Liberto fue traspasado al Betis en 2017 por 225.000 euros. El movimiento volvía a parecer un impulso decisivo, pero Sevilla se convirtió en un punto de inflexión amargo. Una grave lesión de rodilla y el descenso del filial bético se llevaron por delante sus aspiraciones. Encadenó cesiones a la Cultural Leonesa y al Lleida, donde por fin encontró la confianza de un técnico, Manuel Jesús Casas ‘Molo’, que le dio continuidad en Segunda B. Fue la primera señal de que, con minutos y estabilidad, podía volver a sentirse futbolista.

En 2020 se hizo oficial su salto al Albacete, su segunda oportunidad real en el fútbol profesional. Como sucedió con el Elche, Liberto también vio puerta en sus primeros pasos con el Albacete, esta vez en su segundo partido con el club manchego en Segunda. Pero la realidad volvió a ponerlo a prueba. Salió con destino al UCAM Murcia, primero como cedido y después como agente libre, y sufrió el descenso a Segunda Federación en la 2021-22. Posteriormente pasó por el Ceuta y el Alcoyano e incluso estuvo sin equipo durante la primera mitad de la 2023-24.

El Tarazona lo rescató del paro en enero de 2024, pero el renacer llegó en Mérida. En la 2024-25 se convirtió en uno de los futbolistas más destacados de la Primera Federación, con 13 goles y una conexión total con la afición del Romano. “Ha sido una temporada mágica”, escribió en su despedida en redes sociales. Esa explosión llamó de nuevo a la puerta de la Segunda. El Huesca, de la mano de Sergio Guilló, su técnico en el Mérida, apostó por él este verano. La recompensa a su constancia.

Con 28 años, Liberto está ante la tercera oportunidad de asentarse en la categoría de plata. El atacante regresa a Segunda con más madurez, consciente de que no se trata de acumular minutos, sino de tener impacto: “Lo importante es la calidad de los minutos. Puedes jugar mucho, pero si no eres determinante, es como si no hubieras estado”, comenta. De momento ya ha convertido su primer tanto y muestra una versión acorde a lo que prometía en su juventud con la velocidad y la verticalidad por bandera.

El gol ante el Málaga fue el premio a un camino que no siempre fue recto, pero en el que Liberto nunca dejó de creer. El Huesca sumó tres puntos y Liberto ganó algo más, la creencia de que por fin ha llegado su momento.