
Es que ser delantero en el Deportivo es muy complicado. Es esta una afirmación que seguro que usted, querido lector, ha escuchado en repetidas ocasiones durante los últimos años. Casi siempre como coartada para jugadores, en primera persona, aunque fuera con la boca pequeña, o como argumento desde la grada. Nunca he sido yo partidario de buscar excusas, sobre todo cuando tratan de tapar la mediocridad.
Al menos en tiempos recientes y especialmente en el futbol de hoy, en el que todo se puede medir y cuantificar, soy un firme creyente de que, salvo los grandes artilleros del planeta por los que se pagan millones de euros, a los ‘nueves’ no hay que medirlos tanto por los goles que marcan, como por los tantos que el equipo consigue hacer cuando él está sobre el césped. Aprovechándose de su valía, sea directa o indirectamente.
Ha marcado un gol en tres partidos y medio. Y aun así, nadie tiene ninguna duda de que Samuele Mulattieri se ha convertido ya en una pieza fundamental en el engranaje del Dépor. Su exhibición ante el Huesca ha despertado los elogios de propios y extraños para un futbolista que ha caído de pie en Riazor. Un detalle sin aparente importancia es que el viernes ni disparó a puerta. Tampoco le pusieron un centro en el área. Porque sí, los extremos y el mediapunta siguen siendo los mismos.
Nadie está aquí tratando de reinventar el fútbol. Un delantero está para hacer goles, por supuesto. Especialmente cuando tiene ocasiones de esas en las que facturar es una obligación. Pero lo que hay que entender es que en 2025, y más en un equipo con el caudal ofensivo y el perfil de jugadores de segunda línea que tiene el Dépor, tanto valor tienen sus dianas como las que le facilita a sus compañeros.
Sucedió con Barbero, que con sus goles sacó lustre al indispensable trabajo que permitió que Lucas, Mella y Yeremay tiraran del carro para el ascenso. El problema del ahora ariete del Arouca no fue perder el olfato en Segunda División, sino haberse dejado también por el camino todo lo que aportaba lejos del área. En una semana en la que el ‘hat-trick’ de Eddahchouri en Mendizorroza prendió el debate sobre quién debía ocupar la punta del ataque ante el Huesca, algunos celebramos el viernes antes de empezar el partido que Hidalgo mantuviera su apuesta por Mulattieri. Porque quizá no sea tan complicado ser delantero del Deportivo. A lo mejor, lo realmente difícil es ser un gran delantero. Y la mejor noticia es que el club coruñés parece haber encontrado a uno de los de verdad.
