
Prácticamente todos los clubes de primera fila tienen un museo en el que cuentan y muestran con orgullo su historia, sea más o menos exitosa. Uno de los pocos que nunca ha dispuesto de una exposición permanente es el Deportivo, que dentro de muy poco tiempo se sumará a la lista en los bajos del estadio de Riazor. El actual consejo de administración blanquiazul ha tomado la determinación de que una idea que ha estado sobre la mesa durante los últimos 25 años por fin se vea hecha realidad. Para coordinar los contenidos y dar forma al relato de la exposición, el club ha contado con dos especialistas: Rubén Ventureira Novo, director de El Ideal Gallego, y Lois Novo Blanco (A Coruña, 1978), subdirector de DXT Campeón, son los asesores históricos y autores de la propuesta expositiva. Novo formó parte durante casi un decenio (2015-2024) del departamento de comunicación deportivista, donde además centró su labor en recuperar, ordenar y divulgar el pasado del club blanquiazul.
¿Qué supone que por fin el Deportivo tenga su museo?
El Deportivo va a saldar tres deudas. Una con la ciudad, otra con el deportivismo y una más con el aficionado al fútbol en general. En prácticamente cualquier ciudad del mundo se puede visitar el museo de su club o clubes de fútbol y algunos de ellos son los más visitados de la localidad e incluso del país. Los y las deportivistas por fin podrán ver cuando quieran los trofeos que ha ganado su equipo y fotografiarse con ellos, algo que durante muchos años fue coto exclusivo de quien podía pagarse una cena en el restaurante del club. Y disfrutar de un relato que, pese a que muchos conocerán en su mayoría, siempre encierra sorpresas. Para el aficionado en general, entre los que me incluyo, siempre es interesante visitar el museo de un club cuando va de viaje. Durante mis años en el Deportivo, yo mismo he contestado a las puertas de Riazor a turistas que ni hay museo ni se puede visitar el interior del estadio.
¿Cómo se gestó este proyecto?
Hace unos meses recibí una llamada del club. Me dijeron que existía un firme deseo de dar vida al museo y que el equipo de trabajo que se formó inicialmente llegó a la conclusión de que tenían que contar conmigo. La única condición que puse fue que Rubén Ventureira formase parte del proyecto: además de ser el socio 638, poseer la insignia de oro y brillantes y tener un gran conocimiento de la historia del club, suma cerca de veinte exposiciones como comisario, entre ellas la mejor que ha habido sobre historia del fútbol gallego. Por mi parte, no fue difícil tomar una decisión, porque cuando el Deportivo me contrató en 2015 mi trabajo de fondo era la creación del museo.
Explique un poco esto último.
El club acababa de cerrar una larga etapa con Lendoiro en la presidencia y el nuevo consejo de administración tenía muchas ideas, entre ellas hacer un museo. Me incorporé al departamento de comunicación tras la permanencia en el Camp Nou, pero con el museo como trabajo de fondo. Cuando ya nos habían presentado varios proyectos y nos habíamos decidido por uno, llegó la sentencia del Tribunal Supremo que dio la razón a Hacienda en la calificación de 22 millones como deuda privilegiada. El club paralizó el proyecto, que ya nunca se retomó.
¿En qué consistió su trabajo en el club a partir de entonces? Porque ha sido empleado del Deportivo hasta hace poco más de un año.
Mi labor se centró más en el día a día. Webmaster, community manager… Fui speaker en partidos del femenino en Abegondo e hice multitud de visitas guiadas privadas al estadio, sobre todo a patrocinadores del club.
¿Qué sucedió durante todo ese tiempo con su trabajo de fondo en torno a la historia del Deportivo?
Paralelamente al día a día, fuimos haciendo infinidad de cosas. Montamos la exposición de historia de Riazor en su 75 aniversario, en el Kiosko Alfonso, y paralelamente escribí un libro sobre el estadio. Antes había escrito otro sobre las participaciones del Deportivo en competiciones europeas. También corregimos, editamos y cedimos material gráfico para el libro de Rubén Ventureira sobre los orígenes del club y el título olvidado. Iniciamos un proyecto de recuperación y digitalización de fotografías que nos permitió disponer de un material que el club no tenía. A la par de este proyecto, firmamos convenios con todos los archivos históricos de la ciudad para digitalizar todo lo que conservan relacionado con el Deportivo, el estadio y el trofeo Teresa Herrera. A raíz de la reforma de la Plaza de Pontevedra limpiamos, ordenamos, catalogamos y almacenamos todos los trofeos y placas que había en las oficinas y en el estadio, más de 2.000 objetos. También he participado en las reuniones de ideas de diseño y concepto para las equipaciones, que muchas veces han estado relacionadas con la historia, y de productos para la DéporTienda también inspirados en el pasado. Creé bases de datos de partidos y jugadores tanto del primer equipo como del femenino y del Fabril. A finales de 2023 participé en la primera reunión de directores de museos e historiadores de clubes de fútbol españoles, en Madrid.
¿Nunca reaparecieron las intenciones de dar vida al museo?
Sí, sí que reaparecieron, aunque no de hacer exactamente un museo. En lo que pensamos fue en algo más sencillo, en musealizar el recorrido de las visitas que hacíamos a los patrocinadores con pequeñas modificaciones. Me encargué de realizar dos proyectos de tour musealizado, uno más modesto y otro más ambicioso. El primero lo tumbó la derrota con el Albacete. Y el segundo, la eliminación ante el Castellón.
Y ahora, por fin, el trabajo de todos estos años va a salir a la luz.
La verdad es que es un orgullo que, aunque tomé la decisión de irme, el club haya depositado su confianza en mí. Vamos a poder hacer realidad uno de nuestros sueños y el de muchos y muchas deportivistas.
¿Escogieron algún tipo de eje expositivo?
Pensamos en tres hilos conductores: los ídolos, la afición y los colores. Creemos que todos estos elementos deben estar presentes en todas y cada una de las etapas en que se estructura el museo. Son tres pilares que nunca quisimos perder de vista en nuestro discurso expositivo. También establecimos el gol de Vicente Celeiro como bisagra en la cronología. En 1988 finaliza la Sala Dorada antes de pasar a la Sala Azul.
¿Qué podrán ver los visitantes al museo del Deportivo?
En primer lugar, un museo ideado por deportivistas y futboleros para deportivistas y futboleros. Tanto Rubén como yo llevamos muchos años recopilando información, adquiriendo y guardando material, poniendo orden y siendo puntillosos con cualquier dato. Además, nos complementamos bien porque él ha profundizado en los orígenes y primeras décadas y yo he indagado más de la posguerra en adelante. El visitante podrá ver muchos trofeos. Más allá de los siete títulos oficiales, el Deportivo ha ganado el Carranza, el Conde de Fenosa, el Emma Cuervo, el Concepción Arenal, el Teresa Herrera… Hay auténticas obras de arte. Por suerte, el Deportivo también conserva la inmensa mayoría de los trofeos que conquistó en sus albores, verdaderas joyas de plata. Hay una selección de camisetas e incluso algunos objetos centenarios que familias de algunos fundadores del club han conservado durante varias generaciones. También habrá espacio para la interacción, con juegos, pantallas y fotomatones. Además, será un museo vivo, abierto a cambios en ciertas zonas y que tendrá una sala temporal en la que haremos una o dos exposiciones al año.
¿En qué contenidos piensan para esa sala de exposiciones temporales?
El Deportivo tiene una historia tan longeva, amplia, densa y rica que se pueden hacer infinidad de exposiciones. Nuestra idea inicial es que estén relacionadas con efemérides que se celebren ese año, aunque pueden girar alrededor de otra temática, porque hay mil historias que contar. De primeras se me pasa por la cabeza la posibilidad de hacer algo sobre por qué el club conservó sus trofeos durante la Guerra Civil, acerca de los jugadores del Dépor en los Mundiales, sobre los Balones de Oro, Plata y Bronce que han jugado en el Deportivo o rememorar qué hizo la delantera bautizada como ‘Orquesta Canaro’.
Da la impresión de que la exposición hará justicia a la intensa y centenaria historia del club.
Sin ninguna duda. Igual que para nosotros está siendo un trabajo de una enorme carga emocional, también para los visitantes será un paseo que emocionará al deportivismo.