En Riazor volvió a repetirse una escena que, a pesar de lo inusual, se está convirtiendo en tradición. La afición del Deportivo volvió a disfrutar de un gol agónico en Riazor contra el Sporting de Gijón. Esta vez el culpable de la alegría desbordada de la grada blanquiazul en los instantes finales del encuentro fue Dani Barcia. El central cazó en el minuto 89 una volea con la zurda, y con el alma, y deshizo el 0-0 en un partido que parecía bloqueado pese a la buena actuación de los locales. Un nuevo capítulo de una historia reciente en la que buena parte de los duelos entre Dépor y Sporting han quedado marcados por el mismo patrón, un desenlace in extremis en clave blanquiazul.
Para la afición coruñesa, ese instante de éxtasis se ha convertido en una pequeña costumbre cargada de simbolismo. En primer lugar, por el obvio subidón que supone. Y también por la carga emocional de hacerlo ante un adversario con el que la rivalidad se ha multiplicado en los últimos tiempos por la proximidad geográfica, por el peso social de ambos clubes y por el calor de dos hinchadas fieles. Dépor y Sporting se han medido una y otra vez en contextos de máxima tensión, con desplazamientos masivos, polémicas en el campo y cuentas pendientes que van más allá de la clasificación.
Por eso el fenómeno actual tiene un punto de redención. Durante finales de los 2000 e inicios de los 2010, especialmente en El Molinón, el Dépor se acostumbró a sufrir la cara amarga del fútbol. Polémicas, derrotas dolorosas, empates arrancados en la recta final y, sobre todo, la figura de Diego Castro, gallego de nacimiento y verdugo rojiblanco de profesión, que firmó varios de esos goles que hicieron morder el polvo al Dépor en el último suspiro. Golpes dolorosos que quedaron grabados en la memoria colectiva de Riazor.
Ahora parece que las tornas han cambiado. Como una especie de revancha con calma, pero de forma reiterada. Goles sobre la bocina, empates salvados en el alambre y victorias desatadas a escasos segundos del final. El Deportivo está encadenando en Riazor una serie de episodios que tienen siempre un final feliz.
La secuencia arrancó en la 2013-14, en un duelo de altura entre segundo y tercero en la clasificación de Segunda. Bernardo puso el 0-1 que alteraba el mapa del ascenso directo, pero en el minuto 95 apareció Toché para cabecear el córner salvador en un remate acrobático. Fabricio incluso había subido al remate. Y el Dépor acabó ascendiendo ese curso.
En la 2016-17 llegó quizá el recuerdo más icónico: el gol de Ryan Babel. El neerlandés lanzó un misil que batió a Cuéllar en el 90+1 y rubricó un 2-1 inolvidable. La grada lo celebró como un triunfo histórico gracias al tipo de tanto que condensa lo que significa ganar un duelo de este tipo en el último instante.
El guion volvió a repetirse en la 2018-19, también en Riazor. Tras un choque dominado sin acierto, con incluso un penalti fallado, el central Pablo Marí apareció en el 90+3 para cabecear el córner que tumbó a un Sporting con diez que ya saboreaba el empate.
Incluso cuando no hubo victoria, la tendencia volvió a aparecer. El curso pasado, bajo un aguacero en Riazor, Nacho Méndez adelantó al Sporting en el minuto 77 y enmudeció el estadio. Pero en el 85 Mella conectó con Lucas y devolvió el aliento al Dépor con un empate que, sin ser un triunfo, prolongó la costumbre.
Y esta campaña, con Barcia como protagonista, la historia volvió a escribirse con la misma tinta blanquiazul en Riazor. De hecho, ni siquiera El Molinón se ha librado del fenómeno en los últimos tiempos. En la 2019-20, en pleno curso aciago para el Dépor, Aketxe evitó la derrota (1-1) desde el punto de penalti en el 90+5.
Con cada episodio la historia se amplifica y alimenta una sensación de deuda cobrada. Y tanto el Deportivo como su afición afrontan cada enfrentamiento contra el Sporting, en Riazor, con la sensación de que siempre queda tiempo para una acción más, para cambiar el marcador, para otro gol in extremis.
Repaso gráfico de los últimos goles agónicos en los Dépor-Sporting
- 2013-14. Segunda División. Dépor-Sporting (1-1). El Dépor, segundo, recibía al Sporting, tercero, separados por un punto en la jornada 26. Bernardo marcó el 0-1 en un saque de esquina, intercambiando los puestos de ascenso directo, pero en el último suspiro llegó el córner salvador. Fabricio subió a rematar y estuvo a punto de hacerlo en un vuelo kamikaze, pero apareció Toché para cabecear en escorzo y empatar. El Dépor ascendió ese curso.
- 2016-17. Primera División. Dépor-Sporting (2-1). Quizá el Dépor-Sporting que será recordado por más años por la afición blanquiazul debido al gol agónico de Ryan Babel. Borges adelantó a los locales y Sergio Álvarez empató en la segunda parte. Pero en el 90+1 emergió la figura del neerlandés. Recibió un pase de Çolak, orientó el balón y soltó un cañonazo potente y raso a la base del poste de la portería de Cuéllar. Un golazo icónico.
- 2018-19. Segunda División. Dépor-Sporting (1-0). . El primer partido en Riazor en la 2018-19 se decidió con justicia en el tiempo añadido. El Dépor desperdició varias ocasiones, incluido un penalti errado por Didier Moreno, y el Sporting estuvo a punto de arañar un punto pese a jugar con diez los últimos quince minutos por una roja a Cofie. Lo evitó Pablo Marí con un gran cabezazo en un córner en el 90+3, casi en la última acción del partido.
- 2024-25. Segunda División. Dépor-Sporting (1-1). No fue un gol de la victoria ni tampoco llegó en el tiempo añadido, pero el pasado curso también tuvo su dosis de gol postrero del Dépor en el duelo en Riazor contra el Sporting. Una genialidad entre Lucas y Mella sirvió al Deportivo para salvar un punto en el minuto 85, unos instantes después de que Nacho Méndez enmudeciera Riazor en medio de la lluvia en un partido gris de los blanquiazules.
- 2025-26. Segunda División. Dépor-Sporting (1-0). El Dépor llevó el control del partido ante un Sporting que no quiso tomar riesgos. El 0-0 parecía inevitable, pero Barcia hizo justicia en el 89 con un voleón tremendo.
