Un golazo de Rubén hace justicia a la magnífica segunda mitad del Fabril (2-1)

El partido se encaminaba hacia el empate, pero habría sido muy injusto para un Fabril que llegó una y otra vez en la segunda mitad ante el Salamanca UDS (2-1). Lo hizo en más de media docena de ocasiones hasta que encontró un golazo en el minuto 90 de Rubén Fernández, el primero que marca la perla de Caldas de Reis con el filial. Un tiro potentísimo a la escuadra que mantiene líderes a los de Manuel Pablo, quienes transmiten unas sensaciones inmejorables en este inicio. Como con el primer equipo, hay licencia para soñar muy fuerte.

Esta vez Manuel Pablo pudo contar con todos sus hombres y recuperó para el once inicial al central Samu y al centrocampista Enrique, que no habían estado contra el Coruxo por la llamada del primer equipo. Alineaba de esta forma el canario a los mismos once jugadores que en el debut ante el Burgos Promesas. Por parte visitante, presencia en la alineación titular de Óscar Marotías, quien hasta hace unos meses era un habitual de la zaga fabrilista.

El partido comenzó con ritmo. Lo intentaba el filial blanquiazul por medio de Mane, mientras el Salamanca encontró su primer disparo dentro del área por medio del central Murua. Todavía no eran acercamientos muy peligrosos, pero quedaba claro que el conjunto del Helmántico iba a exigir algo más que los dos anteriores rivales.

Una de las mejores armas del Fabril en este inicio de temporada está siendo su solidez, algo que volvió a mostrar en el minuto 19, cuando Damián se tiró perfecto para taponar un tiro de Abraham muy cerca de portería. El duelo era igualado y a continuación respondieron los coruñeses con dos intentos de Nájera. El más claro fue el segundo, cuando remató mordido un centro desde la derecha y la parábola estuvo cerca de sorprender a Leo Mendes.

Un portero, el guineano, que sacaría poco después un cabezazo de Bil. La mandó a córner, pero nada pudo hacer en ese saque de esquina, lanzado al segundo palo, dónde el camerunés prolongó y el balón acabó en el fondo de la red. Su celebración, sin la típica voltereta, fue la mejor pista de que el gol llegó con ayuda. Curiosamente, de un Marotías que tocó con el muslo y tuvo el infortunio de desviar la trayectoria hacia portería.

Eran buenos momentos para el Fabril, que a continuación exigió de nuevo a Mendes con un remate acrobático de Nájera, pero cuando menos daba la sensación, llegó el 1-1. Fue también en una acción de saque de esquina con prolongación, tras la que apareció Servetti en el segundo palo para meter la punta del pie y marcar. El linier amagó con levantar la bandera, pero finalmente entendió que el delantero charrúa estaba habilitado y el gol subió al marcador. El primero en contra del equipo de Manuel Pablo esta temporada.

Comenzó la segunda parte con los locales llevando la batuta. Rápidamente, se plantaron en campo contrario y generaron el primer 'uy' en un tiro desde fuera del área de Iker Vidal, que culminó de esa forma una jugada de estrategia que se había complicado. Poco después, giro en el área de un Bil que se encontró con un defensor y cabezazo fuera de Noé tras una buena acción por banda derecha.

Fluía el fútbol en el Fabril, que rondaba y merecía el 2-1, pues en los siguientes minutos dispuso de hasta tres ocasiones por medio de Fabi, que tras grandes conducciones no tuvo colmillo en la definición, y de otro cabezazo de Noé que se marchó desviado. No había forma de lograr el gol, que tampoco llegó en un chut con poco ángulo del recién incorporado Dipanda ni en un tiro desde la frontal de Bil que repelió un Leo Mendes cada vez más protagonista.

A Manuel Pablo le gustaba lo que veía, por lo que no quemó las naves hasta el minuto 82, cuando introdujo un triple cambio. Antes había ingresado el centrocampista Pablo Cortés, que puso en aprietos al (casi) impenetrable Leo Mendes.

El filial desaprovechó también un cuatro para uno a la contra en el que parecía que por fin iba a llegar el tanto, e incluso necesitó de una intervención de Ríos para salvar ante Javi Delgado un 1-2 que habría caído como un jarro de agua fría.

Pero los fabrilistas no dejaron de creer y lo mejor estaba reservado para el final. Bil Nsongo tuvo pausa y encontró a Rubén Fernández con un pase al espacio. Ahí, como es su especialidad, el de Caldas amagó ante su par, se generó un pequeño espacio y no necesitó nada más. No tenía ángulo, pero le dio igual. Cañonazo a la escuadra y para dentro. Era la única forma de batir a Leo Mendes, la más bonita.

La celebración estuvo a la altura de la importancia del tanto, con todos los jugadores fundidos en una piña en el córner y el equipo no sufrió nada durante el descuento, en el que el visitante Casado terminó expulsado por dar una patada a Rubén.